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Un exconcejal de Vox en Toledo tilda al partido de “pseudosecta”: “No hay libertad de expresión”

Luis Miguel Núñez FOTO: Antonio Seguido

Fidel Manjavacas

El concejal del Ayuntamiento de Toledo Luis Miguel Núñez, que la pasada semana solicitó su baja del partido de Vox y del grupo municipal para pasar a ser edil no adscrito en la Corporación, se ha despachado contra la formación de Santiago Abascal tras su salida: “De ser un partido político pasó a ser una pseudosecta”, en la que dice que “la libertad de expresión no existe”.

El edil ha reunido a una gran representación de medios de comunicación de Toledo en la Sala Thalia del Polígono para dar “pelos y señales” de los motivos que le han llevado a abandonar Vox, formación que ha perdido también a su portavoz municipal, Alberto Romero, que renunció a su acta de concejal también la semana anterior. Entre ellos, Núñez ha apuntado directamente a la actual dirección provincial del partido y, sobre todo, al vicepresidente provincial, Gerardo Ortega.

Durante la rueda de prensa, de casi una hora de duración, ha hecho un repaso de su trayectoria en la formación y de los episodios que han precipitado su descontento con la organización de la misma, sobre todo desde el período electoral que vivió el país entre los meses de abril y mayo.

“Imposiciones” y “diferencias irreconciliables”

“Quien dé un discurso un milímetro fuera de la línea de la dirección de Vox está fuera”, ha aseverado el edil que aunque no ha mostrado ningún reproche al líder de Vox, Santiago Abascal, quien para él es “un político excelente”, sí ha apuntado hacía la Secretaría General, en manos de Javier Ortega-Smith. “Creo que -Abascal- tiene gente a alrededor que no está haciendo su proyecto”, ha dicho el concejal toledano, que ha agregado, en referencia a Ortega-Smith, que “cuando una persona con esa responsabilidad desconoce lo que está pasando es malo, pero si lo conoce y no lo ataja es peor, pues significa que lo está consintiendo”.

“Imposiciones” desde la dirección provincial que han provocado “diferencias irreconciliables” son los adjetivos con los que que Núñez define sus últimos meses antes de su salida de Vox, la cual reitera que “no tiene nada que ver con la de Romero”. “No voy a negar la evidencia. Hay diferencias irreconciliables con la dirección provincial y con diferentes miembros de la dirección nacional. No ha sido un capricho. Ha habido una mala gestión política desde Madrid y la provincia”.

“Ratas sin ideas ni ideologías” y supresión de primarias un 23-F

En este sentido, Núñez indica que “el problema” surge cuando llega el momento de conformar las candidaturas electorales, para las elecciones generales y, en mayor medida, para las autonómicas y municipales. En estas candidaturas, asevera, consiguieron posicionarse “ratas que venían sin ideas ni ideología, con la única intención de corroer las bases y cimientos de este proyecto en el que muchos creímos. No es algo exclusivo de la ciudad de Toledo, es un hecho que se ha replicado en otras provincias”, subraya el edil, quien, no obstante, considera que “gran parte del proyecto de Vox sigue siendo útil”.

Ha destacado que cuando él se hizo cargo de la dirección provincial del partido, Vox contaba con “288 afiliados” en Toledo, que pasaron a “casi 1.500” gracias a la labor del equipo con el que contó y el auge de la formación en el resto del país. “El éxito fue efímero”, recalca antes de señalar que los estatutos aprobados el 23 de febrero de este 2019, en el que se suprimían las primarias dentro del partido, fue el detonante de los problemas de Vox.

“Los afiliados dejamos de tener voz y voto dentro del partido. Pasamos a depender de cuatro o cinco personas que decidieron todo el desarrollo político y el proyecto inicial se empezó a venir abajo. Comenzaron a colocar cabezas de lista en todas las provincias de este país con gente que no había tenido vinculación con el partido”, explicaba Núñez.

Proceso de conformación de listas

En este contexto, explica que, de cara a las elecciones municipales, el vicesecretario de Organización de Vox, Tomás Fernández, les indicó que debían centrarse en “Toledo, Talavera de la Reina y los dos o tres municipios más grandes” de la provincia. “El resto de pueblos no nos importa”, afirma que defendió el representante nacional del partido, momento en el que sacaron “los pies del tiesto” ante “la falta de conocimiento de cómo funciona la política municipal”.

Esta situación se producía tras el éxito de Vox en la provincia de Toledo en las elecciones generales, donde obtuvo el tercer mejor porcentaje de votos en el país. Aún así, dice Núñez, se conformaron las listas municipales y Vox presentó más de 40 candidaturas en la provincia de cara a los comicios locales, a excepción de municipios como el de Illescas, donde “la dirección nacional comunicó tarde la lista definitiva y no hubo tiempo de presentarla”.

En estos comicios del mes de mayo Vox pegó un bajón respecto a las elecciones generales y los concejales que esperaban tener -“de 4 a 6 en el Ayuntamiento de Toledo”- o diputados regionales -“dos según las encuestas” fueron finalmente dos en el Consistorio toledano y cero en las Cortes castellanomanchegas, respectivamente. Además, no se consiguió gobernar en ninguna localidad de la provincia.

Meses antes, ya desde marzo, dice Núñez que comenzó a “montarse un cordón sanitario” en torno a él del que desconoce los motivos. Cesaron al coordinador local de Vox en Toledo, José Luis Sánchez Lorezo, un hombre de su confianza, y fue sometido “a un tercer grado en Madrid”, donde le informaron que Daniel Arias sería el candidato a la Junta y él al Ayuntamiento de Toledo, “ambos casos en contra” de su criterio. “Pero como decía el refrán, son lentejas...”.

“A partir de ahí, trabas, pegas, dificultades y un durísimo camino de silencio” en el que afirma que la dirección de Vox dejó de comunicarse con él, hasta tal punto que se enteró por el BOE de que finalmente no sería el cabeza de lista en Toledo, sino que sería el número dos por detrás de Alberto Romero. También, su mujer, Nuria Reino, que en un principio iba como número cuatro en la candidatura de Talavera de la Reina, pasó a ser la número 13 sin explicaciones por parte del partido, ha añadido.

Duras palabras contra Gerardo Ortega, vicepresidente de la gestora de Vox en la provincia

Tras solicitar varias reuniones a Madrid, Núñez señala que esta decisión ha sido “un castigo” hacia su persona. “Lógicamente no puedo aguantar ni un minuto más como presidente provincial del partido. No tengo capacidad de trabajo ni respaldo. Presenté mi dimisión con un comunicado dos semanas antes de las elecciones -autonómicas y municipales- en el que no quiero hacer ninguna afirmación malsonante”, apunta el concejal.

A raíz de ahí, el aparato provincial quedó en manos de Daniel Arias, a quien tampoco ha reprochado su papel y sí a quien trabaja con él, como el mencionado Gerardo Ortega, quien ha admitido que es el que “mueve los hilos totalmente”. “Ha estado urdiendo una estrategia bajo cuerda y ha enfrentado a pueblos, coordinadores y afiliados, a los que ha insultado”, ha dicho el edil.

Núñez consiguió el acta de concejal en el Ayuntamiento de Toledo, donde dice que le ha sido “imposible trabajar”. Primero, apunta, les trataron de “imponer los cargos de libre designación” con los que cuenta el grupo municipal, algo a lo que Romero, con quien en el último mes y medio ha mantenido “una relación excelente”, y él se negaron.

No se postuló para ser portavoz tras la salida de Romero

Precisamente, Vox afirmó que Núñez se había postulado para sustituir a Romero como portavoz de la formación una vez que, a finales de agosto, conocieron que el artista tenía decidido abandonar la formación. Una petición que él ha desmentido y sobra la que su partido señaló que Núñez “no tenía capacidad” de asumir.

Aunque se la he pasado “muchas veces por la cabeza dimitir”, ha aseverado: “Si entrego el acta les estoy dando lo que quieren, ya que no quieren una opinión distinta al dogma de fe que imponen. Lo más coherente era seguir mi política y enriquecer las juntas y la política municipal”.

Trasvase, el cambio climático “ante el que estamos aunque algunos lo quieran negar” o la violencia de género: “No votaré a Vox”

Uno de los temas en los que Núñez discrepaba con la dirección del partido es el trasvase Tajo-Segura. En otros actos el concejal había defendido el cierre del trasvase, e incluso con un acto con Abascal en Toledo apeló al problema “sangrante” del Tajo y aseguró que el río es “una charca infecta”. Una actitud que le costó que su propio partido le desautorizara y le hiciera recular en sus declaraciones para pasar a defender un plan hidrológico nacional.

“Estamos ante un cambio climático, pese a que algunos lo quieren negar”, ha agregado también en relación a diferencias ideológicas con Vox, de quien, no obstante, no le separa su postura contraria a aceptar que exista una violencia de género. Cuestiones que, junto a la situación que ha vivido, le harán que su voto en las elecciones generales del 10 de noviembre no sea para Vox, aunque no ha querido desvelar a qué partido lo confiará.

“He tomado un camino claro: hacer políticas sin tutelas ni tu tías. Con tres premisas: Toledo, Toledo y Toledo. He tenido la suerte de llegar a un Ayuntamiento donde la unidad y el ambiente facilitan llegar a grandes acuerdos y consensos”, ha concluido Núñez, que se muestra dispuesto a apoyar proyectos de cualquier formación política que puedan ser beneficiosos para la ciudad.

Así, resalta que por el momento no tiene intención de pasarse a otro grupo político dentro de la Corporación, donde está retenido ahora la designación del grupo que, afirma, Vox pidió controlar, algo a lo que se negaron también tanto él como Romero -9.000 euros al año y 550 euros por concejal-.

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