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¡¡¡Como está el panorama postelectoral, amigos/as!!! Es como si “La noche de los muertos vivientes” fuese no una película sino la propia España el pasado domingo a partir de las veintitrés horas. Y noches así generan titulares dignos más de fantasmas que de zombis, porque estos últimos largan más bien poco. Lo más grandilocuente que se dijo en la velada de marras es que el bipartidismo ha muerto; ¡ole!. El soniquete ha continuado, como es lógico, llenando artículos de opinión -este mismo- y noticias variadas. Si de muertos vivientes va la cosa, las consecuencias que las elecciones han traído, además de que el Señor Bipartidismo ha palmado, es que Rubalcaba, o Rubalcadaver, como le llamaban anoche en “El Intermedio”, es poco menos que un figurante de la serie “Walking Dead”, y que el PSOE se dirige sin remedio hacia la catástrofe y la desolación que describe la mencionada serie americana.
Yo no sé si toda esta sarta de memeces son interesadas o corresponden al más estúpido de los sensacionalismos. Empecemos por Rubalcaba; afirmar que se ha transformado en zombi precisamente ahora es una soberana estupidez cuando todo el mundo sabe que comenzó a heder hace mucho tiempo, justo después de que lo designasen para enfrentarse a Rajoy en las generales. Por romper una lanza a favor de los que acaban de bautizarlo como muerto viviente, la confusión es comprensible; al principio, cuando uno se transforma en zombi, el cuerpo aún está relativamente fresco y entero, y tal vez, si no fuera por la vista perdida y la forma de caminar muy pocos podrían aseverar que fulano o mengano es un “caminante”. Pero claro, pasa el tiempo, y la descomposición y la podredumbre hacen de las suyas, y al final no hay dios que aguante unos segundos al lado del fiambre, porque apesta como veinte demonios y, además, muerde, se come tus tripas y tu cerebro, y te contagia el “zombismo” o como se llame.
¿Y lo del fin del bipartidismo? Para morirse...de la risa. ¡Oye!, a lo mejor es un zombi también, y no nos hemos enterado....pero no, eso no puede ser, porque total, a un zombi, con reventarle la cabeza es suficiente para que...¿muera?, ¡y mira que al señor bipartidismo le han dado pedradas en la sesera!, pero nada, ahí sigue. Fantasma, alien, godzilla, puede ser cualquier cosa, pero está vivo y bien vivo sigue, a pesar de lo que digan algunos. Luchar contra este leviatán es cuestíon difícil en nuestro país, porque (1) la constitución y el sistema electoral fomentan que la cosa exista, no tan exagerada como en el Reino Unido, cierto, pero ahí está; (2) si además los/as sátrapas de las comunidades autónomas introducen cambios en las reglas electorales en sus territorios que benefician a sus formaciones en las elecciones regionales, y (3) sin embargo los dos grandes partidos del panorama estatal, PP y PSOE, y los poderosos partidos nacionalistas, están de acuerdo en no reformar una ley electoral de circunscripción provincial que les beneficia a todas luces. Así que por muy pesados que se pongan los partidos nacionales más pequeños como IU, UPyD y ahora, tal vez, “Podemos”, nadie con dos dedos de frente puede pensar que el bipartidismo ha muerto o va a morir, porque está blindado.
Pero sin duda, la mejor garantía que tiene el poder para evitar el fin del bipartidismo es la mala memoria de la mayoría de los españoles: jamás se me olvidará (yo la mantengo...de momento) cómo pocos meses después de acontecer la pésimamente gestionada desgracia del Prestige, el PP ganaba de nuevo las elecciones en Galicia y de forma rotunda. Tal vez tomando “Memoricina” mandemos el bipartidismo a hacer puñetas alguna vez, pero sinceramente, ahora no lo veo. Aunque quien sabe; como decía la canción, “la vida te da sorpresas”, y yo me equivoco mucho...afortunadamente.