La Torre Grande de Almansa, un vestigio del siglo XIV en “pésimo estado de conservación”
Dos monumentos de la provincia de Albacete han entrado en la Lista Roja de Patrimonio de la Asociación Hispania Nostra. Se trata de dos construcciones muy distintas y separadas en el tiempo, pero unidas por el “abandono total” en el que se encuentran. Por un lado, la Torre Grande de Almansa y la Casa Palacio de los Salazar, en Hellín. Su “pésimo” estado de conservación les ha llevado a entrar en esta lista, que ya recoge más de mil monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.
La Torre Grande de Almansa era conocida como de Burjarón, Burjaharón, Boriaharón, Bujaharrón, Burxa, Burfçefierón, o Torre de los Catalanes. En la conquista de Almansa, entre 1242 y 1243, Burjaharón era una pequeña alquería islámica que el rey Alfonso X el Sabio, por carta fechada en Sevilla el 9 de octubre de 1264, cedía a los almanseños. Las primeras citas de la alquería se encuentran en la conquista y el deslinde entre el Reino de Valencia y el Reino de Castilla y así aparece en los mapas de entonces y sucesivas citas de las fronteras. La torre, situada en dicha alquería, era a finales del siglo XIV propiedad de don Jaime de Ayerve, un caballero catalano- aragonés vecino de Almansa.
La torre, como elemento defensivo, se cita en el siglo XIV. Se ubica en un lugar estratégico, vigilando las vías de comunicación que venían desde el Reino de Valencia, tanto las que subían el puerto de Almansa, como las que entraban desde Villena. Actualmente se la conoce como como Torre Grande. Por su emplazamiento, la torre era lugar habitual de conflictos locales y entre las coronas de Castilla y Aragón y posiblemente estuvo despoblada durante algún tiempo.
En los grabados de la batalla de Almansa se puede encontrar una reproducción de la torre, así como de sus elementos defensivos. Se trata de una torre señorial defensiva, que estuvo rodeada por murallas desde tiempos antiguo tal y como aparece en una pintura del siglo XVIII de Buonaventura Ligli. Algunos de los lienzos del muro de la construcción cuadrangular han caído. Las esquinas del edificio y el matacán están construidos con piedra de sillería y el resto con mampostería. Antiguamente, tuvo una terraza almenada en la parte superior, y en un momento indeterminado del pasado, fue sustituida por un tejado a dos aguas.
Los muros orientados al norte y al sur tienen “diversas” grietas de arriba a abajo. Unas nacen en la parte inferior y otras en la superior. El tejado ha sufrido el desprendimiento de alguna de las chimeneas y la cubierta puede tener filtraciones.
Casa de los Salazar en Hellín
La Casa de los Salazar en Hellín es el segundo monumento que entró recientemente en la lista. Se trata de una de las mansiones “más importantes” de la localidad, ubicada en la plaza de San Francisco. Cronológicamente se puede situar su origen en el siglo XVII, si bien será en el siglo XVIII cuando adquiera su aspecto actual, con reformas en los siglos posteriores. En ella vivieron personajes famosos de la política y de la música como Jaime Salazar o los Ladrón de Guevara.
Actualmente, se encuentra inscrita en la ruta denominada “Casas con Memoria”, iniciativa del Ayuntamiento de Hellín que consiste en señalar con azulejos, a través de un código tipo “bidi”, los 16 edificios con más historia del casco antiguo de la localidad. Además, el palacio se encuentra en venta a través de una inmobiliaria.
Se trata de un edificio que ocupa un gran espacio, 1.800 m2, que da a dos calles: la calle Eras y la calle Perier, y con la fachada principal orientada a la plaza de San Francisco. Posee una portada de piedra adintelada, flanqueada por dos pilastras cajeadas, coronada con frontón de metopas y triglifos, y una cornisa volada que soporta el balcón del cuerpo superior. Presenta, además, un escudo nobiliario del apellido Salazar, de forma almendrada y con trece estrellas de ocho puntas de oro sobre fondo de gules. Se trata de una fachada bastante simétrica. Según la leyenda, se debe a la victoria de Lope García de Salazar frente a un gigante musulmán venido de África, en la ciudad de Toledo. La Casa Salazar es uno de los edificios más emblemáticos de Hellín en cuanto a su arquitectura señorial.
La cubierta presenta un tejado a diversas aguas, formada por teja árabe y un voladizo con decoración pintada que le da una personalidad peculiar a esta parte del edifico. Los huecos de ventana presentan carpintería de madera, estructurando una modulación ordenada en la fachada que da a la calle Perier.
Asimismo, las grandes ventanas tienen rejería entrelazada y los balcones poseen reja sencilla, algunos con reja de forja tipo “pecho de paloma” y una cornisa dotada de ménsula en algunos de sus ángulos.
En su interior, hay grandes espacios abiertos y otras dependencias de menor tamaño, así como una escalera principal de gran porte que articula todo el circuito de uso interno. No obstante, presenta un estado de ruina avanzada. Es el patio interior el que da acceso a todas las estancias.
La fachada presenta buen aspecto, con algunas grietas en determinadas partes. Sin embargo, su interior se encuentra en estado de ruina y con un “pésimo” estado de conservación, con los techos caídos y sin restauración de ningún tipo, siendo la Casa-Palacio uno de los elementos personalizadores de la trama urbana de la ciudad antigua de Hellín.
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