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'La confiança', en la Sala Ultramar

'La confiança', en la Sala Ultramar.

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València —

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Del 29 al 13 de junio, Produccions d'Ultramar presenta su primer montaje, La confiança, una obra sobre “la violencia obstétrica, la gestación y la crianza” que, según la sala, son “las grandes olvidadas de la lucha por la igualdad de género”. Este “vacío en el feminismo” es afrontado por la dramaturga Guadalupe Sáez.

“La defensa de aquellas compañeras que no quieren ser madres ha sido el principal motor de la lucha del colectivo, y por el camino hemos desatendido a aquellas personas que, voluntariamente o no, deciden tener hijos”, expone la autora de un texto que toma su nombre de “la necesidad de confiar en los profesionales sanitarios durante un trance tan íntimo”.

La obra, sin embargo, no explica qué significa parir, sino que se centra en un aspecto que trasciende el acto en sí mismo: la violencia obstétrica. “Se trata de un poderoso texto de denuncia en el que se explica cómo se enmudece a la mujer para poder convertir el acto de dar vida en un hecho protocolario, medicalizado, práctico y violento. Parir como un elemento más de la cadena de producción del mercado”, argumenta la directora de la pieza, Eva Zapico.

La propuesta busca, tal como explica la sala, hacer valer los derechos reproductivos de las personas gestantes, valorar el cuidado, y atender a la violencia que se produce dentro de un paritorio y en las clases de preparación al parto, a fin de evitar reproducir esquemas que aíslan y hieren a las mujeres durante el acto de dar a luz.

La construcción escénica del dolor, del sudor y del placer de dar a luz por parte de Zapico no pretende la verosimilitud. El lenguaje evita la representación naturalista del acto para partir un busca “de lugares más abstractos que pasan por una ejecución física y vocal muy exigente de la protagonista para representar toda esa violencia ejercida sobre el cuerpo de la mujer y materializar la rebelión frente al intento constante de doblegar sus necesidades y su voluntad”.

La responsable de subir el alumbramiento al escenario es Mertxe Aguilar. La actriz tiene dos hijos biológicos y aunque la llegada al mundo del primero de ellos se asemeja a la experiencia que plasma la obra, explica que para dar vida a su personaje no le hacía falta haber pasado por un paritorio: “La interpretación es técnica, investigación y trabajo creativo”. A ese respecto, el ritmo del texto es muy importante. Las palabras de Sáez le sirven a la intérprete de guía para encontrar esos estados por donde pasa la mujer que va a dar a luz.

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