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¿Qué me aporta ser voluntario?

Javier Carballeira

Hace poco leí la definición de voluntariado establecida en la Ley correspondiente: “el acto de una persona que de forma gratuita se implica en una acción que trasciende sus propias necesidades con la visión de un cambio social”. Me parece una definición realmente acertada.

Hace 3 años me hice voluntario. Desde hacía tiempo tenía la sensación de que estamos viviendo una regresión en cuanto a derechos y oportunidades, que afecta especialmente a las personas más jóvenes, y que cada vez se acentúa más. Logros sociales y laborales que parecían más que consolidados han vuelto a ser objeto de debate y puestos en cuestión. Me planteaba que, aunque el sistema “necesitara” una cierta desigualdad para funcionar, la actual me parece extrema y obscena. Y, además, con tendencia a aumentar en el futuro.

Como soy padre de tres, pues decidí que tenía que hacer algo. Que no iba dejar que eso sucediera sin poner algo de mi parte para impedirlo. Busqué en la plataforma “hacesfalta.org” y encontré el Equipo de Acción Ciudadana de OXFAM Intermón en mi ciudad. Su misión es impulsar las campañas y causas de la Organización a través de iniciativas y actividades de sensibilización (recogida de firmas, redes sociales, cine fórums, festivales, etc.), el diálogo con los gobiernos locales y la colaboración con otros agentes sociales. Su objetivo es contribuir a generar cambios reales en su entorno que impulsen un modelo de sociedad global más justa e igualitaria.

Ese es mi sitio, pensé. Y así he venido desarrollando varias de estas actividades a lo largo de estos años. Durante este tiempo he podido comprobar los múltiples beneficios que tiene ser voluntario. Paso a enumerar algunos de ellos:

  • Estableces relaciones personales muy enriquecedoras. Trabajar codo con codo con veteranas activistas, como las que yo me he encontrado, te proporciona una motivación enorme al ver su constancia y su voluntad inalteradas tras múltiples luchas, con sus logros y sus decepciones. Al mismo tiempo, te encuentras con gente muy joven que te quita de la cabeza esa idea de que las nuevas generaciones no se implican y son pasotas. Ves que tienen capacidades que tú a su edad no tenías, y una alta determinación para hacerse responsables de su futuro. De hecho, su participación en estas actividades es la más alta de todos los estratos de edad.
  • Recuperas el valor del diálogo. Te encuentras en un grupo heterogéneo, con personas de diferentes ideologías, pero que se ponen de acuerdo sobre unos valores compartidos y dejan a un lado sus diferencias para llevar a cabo la tarea de su voluntariado. En nuestro caso, tal vez no estemos de acuerdo en cuál es el mejor sistema económico para conseguir una sociedad sostenible, pero sí coincidimos en que el actual no es nada justo. Ni es justo por cómo se pagan los impuestos; ni por la competencia desleal de las multinacionales frente a las pymes al hacer uso de paraísos fiscales y otras trampas; ni por cómo se reparten los beneficios de la recuperación económica, ya que mientras se reparten dividendos y aumentan los salarios de los altos directivos, se mantienen salarios insuficientes y condiciones laborales precarias para la mayoría de los trabajadores.
  • Conoces otras realidades. Durante las diferentes actividades, o por la incorporación de personas voluntarias de diferentes procedencias, puedes llegar a conocer otros puntos de vista y otras historias vitales que te pueden ayudar a entender el mundo, y a apreciar los valores cívicos y democráticos que nos permiten convivir siendo tan diversos.
  • Por último, se trata de una actividad altamente satisfactoria. Y no hablo solo en mi caso, sino en el de la mayoría, ya que el 96 % de las personas voluntarias se muestran muy satisfechas con su voluntariado y la organización en la que lo desarrollan, según el último informe de la Plataforma del Voluntariado de España.

Si estos beneficios te parecen atractivos, seguro que encuentras un voluntariado en el que participar. Da igual tu condición socio-económica, edad, situación laboral, o lo que sea, tu contribución siempre será bien recibida en alguna parte. ¿Te apetece algo más acorde a tu formación? ¿Quieres poner tu experiencia al servicio de los demás? ¿De qué tiempo dispones? Hay mil formas de colaborar: desde vincularte a proyectos que atienden a personas mayores, pasando por proyectos contra el bullying, voluntariados deportivos, colaborar en una tienda de comercio justo, acompañamiento a enfermos en hospitales, etc.

Dedicado a todas las voluntarias y voluntarios que ya disfrutan de estos beneficios.

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