Cantó y Bonig reprochan a Puig los incumplimientos de la pasada legislatura y el caso del expresidente de la Diputación
Si la legislatura que comienza sigue la línea de los discursos de este jueves, Toni Cantó e Isabel Bonig pelearán por ser los líderes de la oposición, con ideas bastante similares, mientras que Vox quedará al margen con un discurso ultranacionalista, antifeminista, contra el valenciano y contra la memoria histórica.
La investidura de Ximo Puig de este jueves ha servido a los partidos para marcar posición. Estas tres fuerzas han votado en contra, cada una con posicionamientos más radicales que la anterior, con el podium para Vox, con su portavoz, Ana Vega, sobre el estrado. Las posiciones ultras de Vox parecen haber contaminado el debate en la derecha del hemiciclo, donde la candidata con un discurso más moderado ha sido Isabel Bonig, del PP.
Bonig ha reprochado a Puig los incumplimientos de la pasada legislatura, que van desde no haber acabado con los barracones hasta las listas de espera en Sanidad. Las tres formaciones tienen en común la crítica a Podemos, a quienes unos llaman “comunistas”, otros, “responsables del chavismo en Venezuela, Bolivia y Ecuador” -señalando a su portavoz, Rubén Martínez Dalmau- y otros “comunistas amigos de los genocidas bolivarianos”. A ver quién daba más.
La portavoz popular ha recordado que Puig prometió exigir el cambio del modelo “gobierne quien gobierne porque los valencianos están hartos de ofrendar nuevas glorias a España” y ha criticado que ahora que gobierna el PSOE “ni reivindicaciones ni pancartas”. Bonig ha criticado el caso Alquería, que costó el cargo al socialista Jorge Rodríguez por una supuesta trama de enchufes en la Diputación de Valencia, y ha pedido a Puig que asuma la corrupción.
Acto seguido, Cantó, segundo en intervenir, se metía de lleno en el papel. El portavoz de Ciudadanos ha reprochado al dirigente socialista el caso que investiga al alcalde de Ontinyent Jorge Rodríguez, expulsado del PSPV. Cantó considera que los socialistas han hecho lo mismo que criticaban a los populares: corrupción, enchufes y despilfarro.
El dirigente de Ciudadanos ha estado a punto de perder los nervios en varias ocasiones, llegando a decirle al presidente de las Corts Valencianes, Enric Morera, la segunda autoridad de la Comunitat Valenciana, “yo debato con quien me da la gana”, cuando le ha llamado la atención por desviarse del guión de la investidura. De paso, Cantó ha aprovechado para decirle: “No le consiento que hable de presos políticos”. Se refería a un tuit de hace más de un año. También ha habido tiempo para insinuar que el PSPV-PSOE tiene vínculos con el terrorismo, hablar de Miguel Hernández -asegurando que hoy, por culpa de Vicent Marzà, no podría publicar, pero obviando que fue víctima del franquismo- y de “chiringuitos políticos”, otro punto de encuentro con PP y Vox. El socialista le ha respondido que al poeta ilicitano “quienes no le dejaron publicar fueron algunos de sus socios”, en una clara alusión a la extrema derecha de Vox.
Con todo, el dirigente ha hecho una exposición de los incumplimientos de Ximo Puig, a quién ha reprochado hacer un discurso similar al de 2015, como si fuera “el día de la marmota”.
El último turno de la derecha ha sido para el ala más ultra, paradójicamente ubicada en el centro del parlamento, junto al pasillo. Ana Vega, portavoz de Vox, ha considerado que los aliados progresistas “condenan a los hombres, a quienes quieren elegir la forma de educar a sus hijos” y a “la familia, la institución más peligrosa de todas”. También ha censurado las leyes de género y LGTBI. “Ustedes, con sus ideas marxistas, han metido al Gran Hermano en la vida familiar de los españoles”, aseguró.
La portavoz ha expresado su convicción: “La lengua valenciana se ha convertido en el caballo de Troya con el que ustedes y sus tentáculos sociales y mediáticos transmiten la ideología marxista y nacionalista a los niños y jóvenes”. “¿Marxista de Carlos [Karl] o de Groucho?”, le respondía el presidente Ximo Puig entre risas. No hay mejor pegamento para el Botànic II.