Movilización para salvar el santuario de Sant Joan de Penyagolosa, cerrado desde hace un año y propiedad de la Iglesia
La hospedería y el restaurante del santuario de Sant Joan de Penyagolosa, en el término municipal de Vistabella del Maestrat (Castelló), permanecen cerrados desde hace más de un año. El santuario, de origen gótico, recibe a las peregrinaciones religiosas de la zona y a los excursionistas que suben al Penyagolosa, el pico más alto del territorio valenciano tras el Cerro Calderón en el Rincón de Ademuz.
El recinto ha permanecido cerrado, a excepción de alguna procesión, desde que en septiembre del 2018 cesaron los últimos arrendatarios del restaurante y la hospedería. El alcalde de Vistabella del Maestrat, Jordi Alcón, lamenta que el cierre “se está notando en los comercios del pueblo”, que cuenta con 342 habitantes. “Siempre sube gente que va al Penyagolosa y la comida del restaurante la compraban en los comercios de Vistabella”, cuenta el edil de Compromís por teléfono.
El santuario es propiedad de la Diócesis de Segorb-Castelló, a excepción de dos edificios que pertenecen a la Generalitat Valenciana. El Obispado reconoce que, desde hace más de un año, no puede dar el servicio que venía ofreciendo a todos los que se acercaban al emblemático lugar y lamenta “el estado y el deterioro de algunas dependencias del complejo”.
La Diputación de Castelló negocia con la Iglesia la posible cesión o venta de esta joya patrimonial, de origen medieval pero con posteriores ampliaciones neoclásicas y barrocas. Esta misma semana, la responsable de Cultura de la Diputación, Ruth Sanz, se ha vuelto a sentar con representantes del Obispado para “negociar la compra o la cesión”, según declara a este diario.
La diócesis, según fuentes conocedoras de la negociación, apuesta por la cesión aunque tampoco descarta la “implicación de otras instituciones públicas”. Los propietarios advierten que el proyecto de restauración “deberá conjugar los valores arquitectónicos, históricos y artísticos del conjunto con su gran valor y significado religioso en el pasado y en el presente”.
La Generalitat Valenciana compró el pasado mes de febrero el Penyagolosa por 1,14 millones de euros. Días después de la compra, la Diputación, entonces presidida por el popular Javier Moliner, firmó un convenio y convocó un concurso de ideas para rehabilitar el santuario.
Tres proyectos ganaron el concurso pero la diputada de Cultura de la institución provincial, que pasó a manos de la izquierda tras las últimas elecciones municipales y autonómicas, recuerda que en algunos casos las ideas ganadoras se solapan y las bases no indican que se tengan que ejecutar. La socialista Ruth Sanz defiende que la Diputación no incluyó una partida destinada a la rehabilitación del santuario en sus presupuestos porque, de momento, ni es propietaria ni ha obtenido la cesión del recinto.
La institución provincial aprobó el pasado 17 de diciembre una declaración institucional a favor de Sant Joan de Penyagolosa. El presidente de la Diputación, José Martí, cree que hay que separar los edificios de culto de la hospedería porque “el objetivo es negociar una compra o una cesión de ésta última durante 40 o 50 años” y, a partir de la adquisición, comenzar a invertir en la rehabilitación. Así, los edificios religiosos quedarían al margen del acuerdo y continuarían dependiendo del Obispado.
Martí, quien también aboga por limpiar, acondicionar y mejorar la señalización de los caminos que confluyen en el santuario, asume que existe “una gran sensibilidad con este asunto”, a la que la institución que preside “no puede ser ajena”.
La petición de la plataforma ciudadana Salvem Sant Joan de Penyagolosa en change.org había recogido este viernes 3.450 firmas. El mismo texto de la petición ciudadana ha llegado este semana al Parlamento valenciano. La exalcaldesa de Vistabella del Maestrat y diputada de Compromís en las Corts Valencianes, Belén Bachero, ha impulsado una proposición no de ley en la cámara autonómica, firmada por todos los partidos menos por Vox, que insta al Consell a adoptar las medidas adecuadas para “conservar, revalorizar y rehabilitar” el santuario para “volver a dar vida” a Sant Joan de Penyagolosa, “en colaboración con las instituciones provinciales, municipales y eclesiásticas”.
La iniciativa también pide que se desbloqueen las negociaciones entre el Obispado y las administraciones públicas. “El ermitorio de Sant Joan de Penyagolosa no es sólo de Vistabella, sino que es un patrimonio que toda la ciudadanía de las comarcas de Castelló siente como propio, por eso la petición de su puesta en valor es tan trasversal, unánime y clamorosa entre la ciudadanía”, defiende Bachero.
La exalcaldesa de Vistabella confía en que el Obispado tenga una actitud receptiva y “ayude a la búsqueda de soluciones”. “Sant Joan tiene un valor patrimonial evidente pero su puesta en valor, además, supone una oportunidad para los pueblos de la zona y constituye un punto de encuentro, no sólo religioso, sino también de todos aquellos que aman la naturaleza”, apostilla Belén Bachero.
