El puerto pesquero de Castellón lidera el número de capturas en la Comunidad Valenciana durante 2015
El puerto pesquero de Castellón lidera el número de capturas en la Comunidad Valenciana durante 2015 con cerca de 4.200 toneladas (4.169,9 para ser más exactos). Según el último informe de la Generalitat Valenciana, esa cifra representa un 19%, aproximadamente, del conjunto de apresamientos desembarcados en las 18 lonjas de las tres provincias y cuya cantidad asciende a 22.129,6 toneladas. Por especies, el boquerón se mantiene como predominante, seguido de la sardina, la alacha, el salmonete, el pulpo y la merluza. Entre las seis, suman el 54,9% del volumen total.
Si se tiene en cuenta la importancia económica de las capturas, el orden citado varía ostensiblemente debido a las mayores cotizaciones que en el mercado tienen algunas variedades. Así, el boquerón es la primera especie en cuanto a importancia económica, alcanzado un valor de 5,5 millones de euros. La merluza y el salmonete ocupan la segunda y tercera posición, con unas ventas estimadas en 2,8 y 2,7 millones de euros, respectivamente.
Los datos de la Conselleria de Pesca constatan una tendencia a la baja en la evolución de las capturas desde 2005. No sólo en el puerto pesquero de Castellón, sino prácticamente en el resto. La única excepción es Gandía, con un ligero incremento. Los demás evidencian caídas con especial atención a Vinaròs, que pasa de una media de 3.500 toneladas en el periodo 2005-2014 a tan sólo 1.000 en el pasado año.
La lonja de Castellón posee una de las flotas más importantes de la Comunidad Valenciana. Más allá de la cantidad de embarcaciones (52, sólo superada por Santa Pola, con 85), destaca por la importancia de sus buques de cerco. Ningún otro puerto apuesta tanto por esta modalidad de pesca, más gravosa debido a los gastos de mantenimiento y personal, pero que produce al empresario unos elevados beneficios en ventas si la campaña resulta medianamente buena. Lo que, por otro lado, sucede cada vez menos por la sobreexplotación del mar.
Quizás por esto último, según explican fuentes de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores, el puerto de la capital de La Plana ha perdido en la última década más de la mitad de su flota pesquera. En 2000 tocó techo con 110 embarcaciones. Desde entonces, el descenso de las barcas dedicadas al arrastre, cerco y trasmallo se ha repetido año tras año. El motivo no sólo hay que buscarlo en la disminución de las capturas. Otro factor que ha influido es la inestabilidad del sector, con poca rentabilidad económica, que se ha traducido en un trasvase de profesionales hacia otras parcelas industriales.