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Qué hacer dos décadas después con las 28 toneladas del mural por el que Carlos Fabra pagó 140.000 euros

Las responsables de Cultura y de Patrimonio de la Diputación de Castellón observan las piezas del mural de Ripollés halladas dos décadas después.

Lucas Marco

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Los actuales responsables de la Diputación de Castellón, en manos de la izquierda desde hace tres años, tienen un problema heredado de la época del PP de 28 toneladas de peso.

¿Qué hacer con las polvorientas 8.000 piezas de cerámica de un mural encargado por Carlos Fabra a su artista de cabecera que han aparecido abandonadas durante unas tareas de limpieza? Los técnicos de la institución provincial han comenzado a inspeccionar las piezas y han detectado que algunos moldes están rotos. El objetivo inicial del encargo, hace dos décadas, era instalar el enorme mural de 29 metros en la fachada de un edificio que da al patio de la plaza de las Aulas de Castellón. Sin embargo, ya en aquella época los técnicos desaconsejaron su instalación porque podía causar daños estructurales en el edificio debido a su considerable peso.

El encargo de Fabra al escultor Juan Ripollés costó a la Diputación 140.000 euros, tal y como ha informado elDiario.es, y la diputada de Cultura, Ruth Sanz, y la de Patrimonio, María Jiménez, han tenido que bucear en la documentación antigua para conocer los detalles del encargo. El contrato contó con el visto bueno del interventor y del secretario de la institución provincial y, si hubo algún tipo de ilícito penal, habría prescrito dado el tiempo transcurrido.

La actual responsable de Cultura de la Diputación de Castellón, la socialista Ruth Sanz, compareció el miércoles para mostrar las piezas abandonadas, en el depósito de vehículos de la institución, donde se almacenan antiguos coches de bomberos y vagones de la panderola (como se conocía al antiguo trenet de la capital de La Plana a El Grau). Sanz tildó el encargo fallido de “despropósito” y este jueves se ha puesto en contacto con el artista Juan Ripollés para transmitirle la “clara intención de recuperar una obra que costó tanto dinero público y que los anteriores gestores políticos de la institución provincial habían dejado olvidada en un almacén”.

La diputada ha explicado que “Ripollés ha dejado patente su sorpresa por el hallazgo, porque pensaba que ya no sabría nunca dónde había acabado”. Este diario ha intentado, sin éxito, contactar con el artista para conocer el devenir de las piezas. Sanz ha señalado: “Lo primero que tenemos que hacer es ver si están todas las piezas y si, tras más de 20 años, encajan como toca, además de analizar su estado de deterioro por su mala conservación”, algo que, asegura, ha lamentado el artista. “Por nuestra parte haremos todo lo posible para ver si se puede dar salida al trabajo de Juan Ripollés”, agrega.

La idea, según fuentes de la institución provincial, es trasladar la obra a alguno de los pueblos de la provincia que dispongan de un espacio de 29 metros de altura y 13,5 de ancho y pueda además soportar un peso aproximado de 28 toneladas.

Ripollés, conocido artista de Castellón, ha mantenido una estrecha relación con el expresidente de la Diputación de Castellón, procesado por ocultar su patrimonio para no pagar sus deudas con Hacienda, a pesar de haber movido 26 millones en varias cuentas bancarias, según ha acreditado la investigación. El artista es autor de la famosa escultura del aeropuerto de Castellón, con un coste de 300.000 euros según el contrato suscrito, y que fue inaugurada cuando la infraestructura aeroportuaria estaba aún en desuso.

Carlos Fabra no es ajeno al mundo del arte, más allá de su cercanía al escultor. Uno de los préstamos investigados, por valor de 50.000 euros, fue avalado por el expolítico del PP con una colección de arte, aunque el anexo del contrato detallaba el valor aproximado de cada obra pero no las identificaba “inequívocamente”, según un auto del juez instructor.

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