La yayaflauta acusada de un delito de odio el 1-O: “Viendo a los ultras, si la más peligrosa soy yo, tenemos un problema”
“El miércoles 11 de octubre estaba tomándome una clara en un bar con mis compañeros después de participar en una concentración frente a la Delegación del Gobierno y antes de coger el autobús de regreso a mi casa, que está en Vilamarxant, cuando unos agentes de la Policía Nacional me identificaron y me llevaron a comisaría acusada de un delito de odio y lesiones”. Así relata Amparo Molina, iaiaflauta de 61 años (en noviembre cumplirá 62) cómo le aplicaron la 'Ley Mordaza' por unos supuestos hechos que sucedieron el pasado 1 de octubre en la plaza del Ayuntamiento de Valencia durante una concentración de protesta contra las cargas policiales en Barcelona durante la jornada del referéndum y reivindicando el derecho al voto, “que no es ilegal”.
Según relata Amparo, ella acudió a ese acto junto a sus compañeros 'iaioflautas' como viene haciendo desde que hace seis años participó en las primeras movilizaciones del 15-M en Valencia, ataviada “como siempre” con su bandera republicana y una pancarta en la que se podía leer “Rajoy dimisión por malo” y 'armada' con una pulsera de bolitas de plástico “de esas que valen un euro y que la Policía me requisó el miércoles porque decía que era un arma”.
Durante la concentración, reconoce que se encaró con una pareja que portaba una bandera española y mostrándoles la suya les dijo: “ésta es mi bandera”. Esta pareja es la que ha presentado la denuncia por agresiones y asegura que Amparo les llamó 'fachas'. “La verdad es que yo no recuerdo si les llamé 'fachas', pero lo que no pasó es que les agrediera, en ningún momento agredo a nadie, y menos que les odie”, explica la vecina de Vilamarxant, que puntualiza: “¿Cómo les voy a odiar si yo no les conozco de nada. Yo soy chillona y protestona, eso es verdad, pero violenta en ningún caso”.
Explica que lo que le ha sucedido a ella, le podría haber pasado “a cualquiera de nosotros, como ya le sucedió antes a mi compañero Ramón Alcañiz”, a quien también le aplicaron la 'Ley Mordaza' y multaron con 600 euros por increpar al autobús homófobo de Hazte Oír cuando pasó por Valencia.
Amparo pasó dos horas detenida en la comisaría y se negó a declarar ante la Policía, “ya hablaré cuando me llame el juez”, donde le requisaron la pulsera y dos pequeñas pancartas que portaba consigo y en las que se podía leer “Moragues [delegado del Gobierno] dimissió” y “PP, Mato y Rato se lucraron mucho rato”. No obstante, reconoce estar “asustada” por las penas que conlleva la acusación. “Estamos hablando de cárcel -de 1 a 4 años- y de una sanción que podría ser de miles de euros”. Eso no quita para que sostenga: “Conmigo han pinchado en hueso, porque voy a seguir en la calle”. Insiste en que ella, lo único que ha hecho es acogerse a la libertad de expresión y manifestación.
Esta valenciana de adopción nació en Granada desde donde llegó con ocho años con sus abuelos. Se lamenta por su detención tras las agresiones que protagonizaron grupos de ultraderecha el pasado 9 d'Octubre, y por las que se estaba manifestando el pasado miércoles: “Si después de lo que se vio el lunes la más peligrosa soy yo, tenemos un serio problema en este país”.
Amparo, reivindicativa desde hace años a favor de la acogida a los refugiados y contra injusticias como los deshaucios, los recortes o los barracones, o la violencia machista -que es lo que más la indigna ya que ella misma la padeció en sus propias carnes, “llevamos 64 mujeres asesinadas este año”-, denuncia al Gobierno: “Nos quiere calladitos y amordazados, pero no lo van a conseguir”. “Hay que poner el foco en las injusticias y en actitudes violentas como las que vimos el 9 d'Octubre”, concluye.