Qué diferencia las inauguraciones del PP y las 'no inauguraciones' de la izquierda valenciana

La visita del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, el pasado lunes 17 de diciembre al Parque Central, en la que participaron el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, el alcalde de València, Joan Ribó, y un nutrido grupo de consellers y concejales de todos los colores políticos, generó una cierta polémica al regirse ambas instituciones por el 'Codi de Bon Govern' (Código de Buen Gobierno) aprobado por el Gobierno valenciano en aplicación del Pacto del Botánico entre PSPV-PSOE, Compromís y Podemos en mayo de 2006, el cual prohibe expresamente las inauguraciones.
El documento dice concretamente: “Las personas sujetas al presente Código no promoverán en ningún caso la instalación de placas conmemorativas o semejantes que hagan referencia a las personas que, ejerciendo cargos públicos, hayan participado en la decisión de la construcción o de la puesta en marcha del servicio o semejante”.
Un hecho que no se produjo ni en esta ocasión ni en la apertura de otras dotaciones como el aparcamiento de la Plaça de la Ciutat de Bruges, el parque de Malilla o el anillo ciclista.
El documento también establece que “las personas sujetas al Código se abstendrán de participar en actos de inauguración de obras no finalizadas, de inauguración de servicios que no estén en funcionamiento o de colocación de primeras piedras o semejantes. Solo podrán estar presentes en la puesta en funcionamiento de servicios financiados con fondos públicos ya activos con la única finalidad de comprobar el funcionamiento del servicio y de informar en las mejores condiciones a la ciudadanía sobre el servicio correspondiente”.
También este extremo se cumplió puesto que cuando tuvo lugar el acto, a las 16.30 horas, el Parque Central llevaba ya horas en funcionamiento. En concreto, abrió sus puertas a las 9,00 horas, si bien es cierto que el acto tuvo un carácter más propagandístico que de comprobación del funcionamiento de los servicios, puesto que hubo intervenciones públicas tanto de Ábalos, como de Puig y Ribó.
Fuentes de alcaldía mantienen aún así que “el Ayuntamiento no hace inauguraciones” y argumentaron que Ribó no tenía previsto ningún acto hasta que se comunicó la visita del ministro Ábalos.“Si un ministro visita cualquier instalación que depende el Ayuntamiento, lo lógico es que el alcalde vaya a recibirlo”, explican.
Con todo, el acto dista mucho de los que protagonizaban en su momento Camps y Barberá en los años del PP al frente de las instituciones valencianas, en los que había colocaciones de primeras piedras (algunas virtuales como la de la Torre de la Música que nunca se llegó a construir), cortes de cinta, placas conmemorativas y en algunos casos hasta catering.
Incluso en algunas inauguraciones de parques y jardines se repartían entre los asistentes espontáneos (algunos de ellos habituales en estos actos) pequeñas macetas con arbustos o flores. Una práctica que se desterró con la llegada de la crisis.
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