¿Hay que refundar el PP de Valencia?
El caso Imelsa ha tomado un rumbo inesperado, al menos a priori, que ha descabezado por completo tanto el grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Valencia como el partido en la ciudad.
La Guardia Civil investiga la presunta financiación ilegal del partido en la ciudad y por ello ha imputado a 50 asesores y concejales de la última etapa de Rita Barberá al frente del Consistorio, los cuales han empezado a declarar este viernes.
El instituto armado pretende averiguar si las donaciones de 1.000 euros que hicieron todos ellos para financiar la pasada campaña electoral de Barberá les fueron devueltas en sobres, con dinero procedente de diversas empresas afines al partido.
Esta situación hace insostenible la continuidad de la actual directiva del PP de la ciudad, al chocar frontalmente con la imagen de tolerancia cero frente a la corrupción que pretende ofrecer el partido. Máxime cuando el hasta ahora presidente local, Alfonso Novo, había sido suspendido cautelarmente de militancia al conocerse su imputación el pasado martes tras la operación Taula.
Todo ello ha obligado a la presidenta del PP en la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig, seguramente presionada por la dirección nacional del partido que se está jugando mantener la presidencia del Gobierno, a anunciar la creación de una gestora que será la encargada de dirigir el PP de la ciudad.
Sin embargo, son muchas las incógnitas que se abren a partir de ahora. En primer lugar, los nombres que la integrarán, puesto que ahora mismo el partido está totalmente huérfano de un líder local. Así, quizás haya llegado el momento de refundar el partido a nivel local como una forma de escenificar la ruptura con el pasado que encarna Rita Barberá y todo su entorno, tal y como vienen demandando muchos militantes de base.
Por otra parte, habrá que ver cómo queda el grupo municipal del PP en el Ayuntamiento, ya que todos sus ediles y asesores están actualmente imputados. No solo ellos, sino muchos de los siguientes que están en la lista electoral. Una situación de incertidumbre nunca vivida durante la etapa democrática.
