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Un negocio en negro detrás de la guerra del Mercado Central contra Ribó

El Mercat Central de Valencia.

Sergi Pitarch

El Ayuntamiento de Valencia volverá a cerrar esta tarde el centro de la ciudad como ya hiciera el pasado fin de semana largo, que incluyó Nochebuena y el día de Navidad. desde este sábado hasta el miércoles los peatones podrán pasear por la calzada y hacer con tranquilidad sus compras por todo el caso antiguo, con una afluencia de público que no se recuerda, según los datos que ofrecen los grandes operadores comerciales.

Esta victoria para el peatón durante los días de fiestas navideñas es la antesala del futuro de la zona y una manera de probar los beneficios y perjuicios que puede tener la peatonalización del centro, la plaza de la Reina y el Ayuntamiento. Pese a ser una tónica en todos los centros históricos comerciales de las ciudades, el cierre navideño de este año ha puesto en pie de guerra a la Asociación de Vendedores del Mercat Central que, con motivo del anterior cierre, tomó el Ayuntamiento de Valencia rompiendo un cordón policial para protestar ante el alcalde Joan Ribó, que por esta actitud no los quiso recibir.

La manifestación -de una virulencia sin precedentes- se produjo justo una semana después de que se inaugurara el parking de Brujas, bautizado Centro Histórico –Mercado Central. Una obra que ha costado 14 millones a la ciudad y la reivindicación de los vendedores de hace tres lustros. El PP en diez años no pudo ponerlo en marcha. Así, con este parking cualquier coche puede entrar hasta el corazón de la ciudad para hacer la compra en el Mercado Central sin ni siquiera tener que pisar la calle.

Esta inversión no fue suficiente para la dirección de la Asociación de Vendedores que montó en cólera porque con el corte del centro, el accedo en coche hasta el mercado se realiza por otra vía. Pero, ¿hay motivos para que la protesta fuera tan agresiva y para romper hasta un cordón policial en el ayuntamiento? Los vendedores pueden acceder con sus vehículos para transportar el género, los clientes tienen un parking a mitad de precio para llegar al mercado y, los vecinos que van a pie tienen una acceso mucho más seguro. Sin contar con el incremento de flujo de visitantes, como ha pasado en la Gran Vía de Madrid o pasa en Las Ramblas de Barcelona.

Una parte de vendedores del Mercat Central, que no comulga con la actuación de la pasada semana liderada por el presidente de la asociación, Francisco Dasí, asegura que la apertura del parking “es un chute de vida”. Este vendedor, que no quiere revelar su nombre por la “actitud sectaria” de otros compañeros, asegura que el asalto al ayuntamiento “debía haber sido comunicado por asamblea”. “No hemos notado que baje la clientela y encima, de hecho los compradores habituales de la zona vienen paseando”, explica.

Otra vendedora de este grupo manifiesta que el problema de la beligerancia de la directiva con el consistorio -“que no tuvimos con Rita Barberá”- es la comercialización del sótano del Mercat Central, que hasta la fecha se utilizaba de parking para clientes. Por hacer compras se regalaban tiques de tiempo. Dinero que era reembolsado por los vendedores a la asociación y un dinero que se reembolsaba en negro y sin ninguna fiscalización. Así como otras iniciativas como el merchandising del mercado.

Con la apertura del parking del mercado y el cierre del centro, el sótano del Mercat Central ya no podrá ser utilizado para los clientes. Por ello, desde la asociación han ofrecido a los vendedores las 80 plazas a 90 euros para que aparquen los vendedores y las vendedoras. Una vez más, todo en dinero negro.

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