Inmaculada Rodríguez-Piñero pide a Bruselas cláusulas de salvaguarda preventivas y el establecimiento de una tasa de emisiones de carbono en frontera
Las reticencias por parte de los agricultores ante firma del acuerdo comercial de Mercosur y sus posibles consecuencias para el campo valenciano, vuelve a poner de manifiesto la necesidad de realizar un trabajo en Bruselas de carácter preventivo. En este sentido se ha manifestado la eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez-Piñero, quien reclama a Europa la aplicación de cláusulas de salvaguardia de tipo preventivo y no reactivo, para anticipar crisis como la reciente en el sector citrícola.
La eurodiputada también ha recordado que el acuerdo fue negociado de forma opaca hace tres años, durante el gobierno del Partido Popular, y, una vez cerrado, es muy complicado renegociar aquellos puntos que puedan perjudicar a los sectores valencianos. No obstante, ha recordado que existe un fondo de 1000 millones de euros para “compensar” a aquellos que se ven afectados por el acuerdo.
“El acuerdo, globalmente, es positivo para la economía valenciana. La eliminación de los aranceles beneficiará a la industria automovilística valenciana, a la fabricación de maquinaria, textiles, muebles y la cerámica –que pasaría de un 20% de arancel a un 0% de manera inmediata-. Hay que tener en cuenta los intereses globales de la economía valenciana y hacemos todo lo posible para que el acuerdo sea positivo para todos nuestros sectores. Estamos bien posicionados”, ha explicado la eurodiputada.
En cuanto a los recelos que despierta en el sector agrícola la competencia desleal que supone el incumplimiento de los fuertes estándares fitosanitarios europeos por parte de los países de Mercosur, Rodríguez-Piñero ha asegurado que la existencia del acuerdo favorece el cumplimiento de dichos estándares. Paralelamente a la entrada en vigor del mismo, se crea una evaluación del cumplimiento de las medidas fitosanitarias, con el objetivo de garantizar la sanidad vegetal en la zona euro.
Además, todos los países de Mercosur se comprometen también a aceptar compromisos medioambientales. Rodríguez-Piñero ha apelado a la necesidad de establecer una tasa de emisiones de carbono en frontera, ya que “hay países –como China- que no controlan sus emisiones de CO2”. “Ser sostenibles resulta más caro a las empresas europeas y eso conlleva una competencia desleal cuando te llegan productos directos de China, que no cumplen los estándares de sostenibilidad y ello les permite abaratar costes. Los productos exportados con estas características deben ser grabados”, ha explicado la eurodiputada socialista.
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