Los educados
En este país, por lo que he podido leer y oír en las últimas horas, contamos con una delincuencia de lo más educada y sensible. Ajenos a las definiciones del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, los más educados de mi educada patria andan soliviantados por los salones de té de toda España porque un joven madrileño por lo visto acusó de no dar el nivel de “decencia” requerida para presidir un país como el nuestro a quien, según sus propios testimonios, fue uno de los mejores amigos de Bárcenas, Carlos Fabra, Paco Camps o Rafael Blasco.
Al día siguiente, a tanta gente de bien se les unió en el coro de lamentos por la virulenta escena presenciada, un nutrido grupo de sobrecogidos periodistas, candidatos de todo signo, guardias de la urbanidad sin porra ni pito y un sacristán jubilado que fue campeón nacional de mus. Todos ellos coincidieron al considerar que no era de recibo aquel lamentable espectáculo del “y tu más”.
¡Ah, qué recuerdos! Esta sentida reacción a las violentas palabras de Pedro Sánchez, de tanta y tan buena gente, tengo que reconocer que me han quitado 10 años de encima. De nuevo vuelvo a oír a los mismos decir lo mismo que cuando Ángel Luna lanzaba sus exabruptos, insultos e improperios sobre el pobre Paco Camps desde la sacrosanta tribuna de les Corts Valencianes. ¡Menudo animal aquel Luna por Dios! Si el pobre Paco llegó a pensar que el síndico de la oposición había alquilado una furgoneta para darle matarile. ¿No lo recuerdan? Si hasta tuvo que venir Rajoy a la plaza de toros de Valencia a tranquilizar a nuestro añorado ex-presidente, tan amable como asustadizo, para decirle que nadie podría secuestrarle nunca porque él, en persona, estaría siempre “delante, detrás o a su lado”.
Y es que tiene razón Soraya Sáenz de Santamaría cuando acusa a Sánchez de “Macarrismo”. ¿Quién va a querer ser de McCarrie pudiendo ser de McCarthy? De “macarrista” a lo más que puedes aspirar en esta vida es a gerenciar una verdulería o a ser diputado por el PSOE, pero de “macartista” como poco te cae un puesto de Director General en Telemadrid, Canal 9 o la Televisión de Castilla-La Mancha. Si lo sabré yo que he sido macarrista toda la vida y así me ha ido.
Ahora entiendo a tanto entusiasta converso a la causa de la lucha contra la corrupción. No fue complicidad por lo que no se les oyó jamás llamar ladrones a los que tanto nos han robado. Se equivocan quienes creen que les justificaron tanto tiempo porque compartieron mesa, sobre y mantel con aquellos delincuentes. No abrieron la boca porque ellos sí tienen la educación que a otros nos falta. Y seguramente jamás encontraron el camino del juzgado porque es bien sabido que las denuncias están llenas de palabras que pueden herir la sensibilidad del denunciado.
Hay que desterrar de la política de una vez a tanto analfabeto del saber estar. ¿Dónde llegará este país si al que roba lo llamamos ladrón, al que miente mentiroso y al defraudador delincuente? ¡Hay que respetarse en los debates recorcholis! Y si tú eres un profesor que jamás cobró un sobresueldo ni un euro en dinero B, si jamás urdiste una trama de financiación para tu partido o te apropiaste del dinero de los ciudadanos para pagar prostitutas o confeti, solo por eso no puedes señalar a tu adversario aunque este sí lo hubiera hecho, estuviera publicado, acreditado por tomos de sumarios y grabaciones y no haya dimitido. Eso no se hace Pedro, jolines, porque eso es caer en el “y tu más”. Y eso, eso sí que no lo hacen los políticos educados.