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Una denuncia de la extrema derecha lleva al límite al Gobierno de Sánchez
Crónica - El día que Sánchez se declaró humano. Por Esther Palomera
Opinión - El presidente Sánchez no puede ceder

Papá Pitufo está en el edificio

Patricia Canet

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Después de oír los ridículos nombres de mil operaciones policiales, no se sorprenderán con esta metáfora de denominación no menos ridícula pero igual o más grave que las causas contra las tramas corruptas. No he encontrado mejor código (digno de elaboración del mismísimo servicio secreto) para describir la última meada fuera de tiesto y de paso, también, de democracia del presidente de RTVE, o lo que es lo mismo, del chico de reparto de los periódicos del PP.

Me explicaré. Un hombre de nombre común ha llevado a cabo un acto por desgracia común que ya seguramente ni altere nuestro común estado de indignación. El nombre común es José Antonio Sánchez, presidente de RTVE, y el acto común, subordinar los principios de la democracia a intereses partidistas. En este caso, lo que ha hecho este señor ha sido nombrar director de informativos de la cadena pública al que hasta ahora era subdirector de opinión de La Razón, José Antonio Álvarez Gundín decisión más tarde respaldada en el Parlamento únicamente por la bancada del PP. Antecedentes a tener en cuenta: el señor Sánchez fue presi también en los últimos años de gobierno de Aznar y después lo fue de Telemadrid. ¿Cómo se te queda el cuerpo? Pues debería estar peor que después de una cucharada de ensaladilla rusa cocida al sol en un chiringuito de playa.

El presidente de la cadena pública y su director de informativos son personas que seguramente se refieran a su mano izquierda como “la otra derecha”. Lo digo así por no decir directamente que son personas de más que probada tendencia ideológica a la derecha más diestra. Su afinidad con los populares los hace a ambos dignos merecedores del disfraz de Papá Pitufo en la próxima festividad de Halloween.

¿Dónde nos deja eso al resto? Pues en un panorama nada agradable pero bastante conocido para los valencianos. Tenemos un medio de comunicación público que sigue y va a seguir recitando las notas de prensa del gobierno cual niño de San Idelfonso en un ejercicio tras otro de manipulación mediática. A este paso que no se sorprenda Jordi Hurtado si a su programa le cambian la música de cabecera por el himno del PP. Esta gente es tan mísera para con los valores democráticos que ya no encuentro límites a sus despropósitos.

¿De verdad considera la aldea pitufo que el nombramiento a dedo del director de informativos con su perfil ultraconservador cumple con los estándares democráticos? Me refiero a su intimidad, es obvio que de puertas para fuera se las darán de super demócratas. ¿Estas personas no son conscientes de que nos están arrebatando derechos porque simplemente les sale de ahí? Y lo que es peor, ¿los informativos de RTVE tendrán credibilidad para alguien mínimamente cabal pese a todo ello?

Sin embargo, una cosa buena sí les veo. Cuando venga un día malo, y últimamente cuesta creer que no vivimos en uno de ellos, podremos escuchar para calmarnos los telediarios de la 1 como si el Dalai Lama nos estuviera dando una lección magistral de meditación, pues todo estará perfectísimamente bien, viviremos en la prosperidad y Candy Candy nos retransmitará las fiestas populares más divertidas de suelo patrio. En los otros días, no nos quedará otro remedio que ser Gargamel.

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