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Ximo Puig: “Las autonomías somos parte fundamental del Estado del bienestar y hemos de tener la financiación adecuada”

El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, durante su intervención en el Cercle d'Economia.

Laura Martínez

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Si algo genera acuerdo en torno al sistema de financiación autonómica es estar en contra del sistema de financiación autonómica. Al menos entre las llamadas autonomías periféricas, de régimen común, con independencia de su color político. La idea la enunciaba el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, tomada de su homólogo andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, en un encuentro organizado por el Cercle d'Economia este jueves en Barcelona sobre el modelo territorial español.

Catalunya ha acogido un intento promovido por los empresarios de recuperar la normalidad en las relaciones de esa comunidad con el resto del Estado, ante el ministro de Política Territorial, Miquel Iceta, presente en un acto de reivindicación de una estructura más federal, que traslade el centro de poder de Madrid y lo reparta entre el mapa que compone España. El Cercle d'Economia, impulsor del evento, recuerda las reivindicaciones -algunas ya históricas- del Estado autonómico: avanzar hacia un modelo menos radial de infraestructuras, el Corredor Mediterráneo y su unión con el eje Atlántico, la conexión con infraestructuras insulares o la reforma del sistema de financiación. Madrid es una aspiradora de recursos, pero también un potente polo de poder e infraestructuras, que consigue que toda comunicación pase por la capital. “El modelo multipolar está perdiendo fuerza”, lamentaba Teresa García Milà, directora de la Barcelona Graduate School of Economics y moderadora de la mesa con los presidentes autonómicos de Galicia, Alberto Nuñez Feijóo; Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla; de les Illes Balears, Francina Armengol, y de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig.

Los dirigentes autonómicos reclamaron un modelo de cogobernanza y recuerdan que el Estado español es un Estado de las autonomías, no como cesión, sino de pleno derecho, reconocido en la Constitución. Recordaron también que son las autonomías las que soportan la prestación de servicios públicos básicos, no como ocurrencia, sino como principio constitucional. Y para que todos los ciudadanos gocen de los derechos reconocidos, las autonomías necesitan suficiencia financiera. “Las autonomías somos una parte fundamental de la gestión del Estado de Bienestar y hemos de tener la financiación adecuada”, reivindicaba Puig, arropado por los dirigentes autonómicos. De la financiación autonómica depende el Estado del Bienestar, cuyas principales competencias -Educación, Sanidad y Servicios Sociales- están cedidas a comunidades autónomas, algunas de las cuales deben hacer un sobreesfuerzo constante, crónico, para llegar a una cobertura mínima de servicios básicos.

“La reforma de la financiación es una exigencia absoluta”, reiteró el presidente valenciano, que apunta que la respuesta debe tener en cuenta la suficiencia financiera y el principio de equidad, como indica la ley de financiación de las comunidades y la Carta Magna. Puig, al que la reunión de la ministra de Hacienda con la plataforma valenciana en defensa de una financiación justa le ha valido ciertas complicaciones la última semana, alternó el tono reivindicativo con la complicidad respecto al Gobierno. “Esta vez si que ha habido una respuesta”, afirmaba respecto a los recursos durante la pandemia, “pero es necesario generar una suficiencia financiera, actualizar el sistema”. “Hay que poner encima de la mesa la cuestión, sentarse, tiene que ser por la vía del consenso”, insistió Puig, que busca sumar a los dirigentes populares a la mesa. Feijoó y Moreno Bonilla suman a sus problemas financieros variables como la dispersión de la población o el envejecimiento, que no entran en la ecuación valenciana.

La pandemia, considera el presidente valenciano, ha supuesto un experimento de cogobernanza positivo, con las sucesivas reuniones interterritoriales y las conferencias de presidentes, pero no puede quedarse en algo coyuntural. “La cogobernanza debe darse en unos parámetros que no dependan de la voluntad del Gobierno”, enunció Puig, recogiendo precisamente un argumento que algunos parlamentarios han venido apuntando respecto a la reforma de la financiación autonómica. El dirigente valenciano reclama “un ejercicio de federalismo”, una reducción de la brecha de rentas entre autonomías -cuestión que, a su juicio, el Estado aún no ha sabido resolver- y de descentralización “real” de las instituciones del Estado, así como del sistema de transporte. “La estructura del Estado tiene que avanzar, modificarse”, insistió.

En las horas previas a la ponencia, el presidente valenciano mantuvo un encuentro con su homóloga balear, el ministro Iceta y el exministro Salvador Illa, hoy cabeza del PSC en el parlamento catalán. Una foto de los dirigentes socialistas con los que Puig pretende forjar su alianza mediterránea, que tendrá como símbolo la cumbre valenciano-balear del próximo julio, y el enésimo intento por tejer una red de poder que no pase por la M-30.

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