Recetas urgentes para evitar otra mortandad en las residencias de mayores por la pandemia de la COVID-19
A falta de tests será difícil establecer la cifra exacta de muertes por coronavirus en las residencias de mayores españolas. Lo que sí se puede intuir de momento (y da pistas sobre posibles soluciones de urgencia) es cómo han actuado las residencias en las que no ha entrado el virus.
Un estudio de la Universitat de València y del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local publicado por la Cátedra Prospect Comunidad Valenciana 2030, elaborado por la presidenta de la Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología, la doctora Sacramento Pinazo, asegura que “la magnitud de las consecuencias hubiera sido mucho menor si hubiese existido mejor coordinación sociosanitaria y si las residencias hubieran estado mejor dotadas de recursos humanos y técnicos”.
“Las medidas preventivas que se han adoptado ante la crisis han sido tímidas, insuficientes y han llegado con retraso o demasiado tarde. Han faltado medios, directrices, claridad y protocolos”, critica el informe.
El tremendo coste social de la pandemia en las residencias de mayores es incuestionable. Sin embargo, el 69,11% de las residencias en la Comunitat Valenciana (226 centros de un total de 334) no ha tenido ningún caso confirmado de coronavirus. Estos centros comparten rasgos en común que suponen un “relevante aprendizaje para el desarrollo de la estrategia futura”, según apunta la doctora Pinazo.
Como si de un macabro sorteo de lotería se tratara, el virus no ha entrado en muchas residencias. ¿Por qué en unas residencias sí y en otras no?
“Han podido sectorizar el edificio, trabajar en grupos pequeños, asignar los mismos trabajadores a unidades de convivencia pequeñas, evitar que el mismo profesional trabaje con diferentes grupos de personas, se han adelantado en las compras y han hecho acopio de material de protección (...) antes de que el estallido de la crisis provocara desabastecimiento”, abunda el informe.
Así, la presidenta de la Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología propone una estrategia urgente de cara a los próximos meses que incluya la detección y diagnóstico de casos positivos de COVID-19, tanto a los ancianos de los centros como a los profesionales, así como un plan de actuación único para residencias públicas y privadas.
Pinazo pide un “criterio único” en todos los departamentos de salud que no se base en la edad sino en la “situación funcional, cognitiva y pronóstico del paciente”. “El plan de actuación único para todos los centros residenciales, con una derivación mínima al hospital de agudos de aquellas personas con COVID-19, no debería estar basado en la limitación en la edad sino en criterios de situación funcional y pronóstico y ser individualizadas”, añade la autora del estudio.
En las residencias, “los pacientes deben ser tratados por profesionales sanitarios preparados, en unidades aisladas y dedicadas específicamente a pacientes con COVID-19, separando rápidamente a estas personas del resto de personas de la residencia [para] evitar la propagación de la enfermedad”. “Si no se puede aislar por unidades, será preciso aislar todo el centro”, apostilla la doctora Sacramento Pinazo.
El informe también demanda, al igual que la Sociedad Española de Cuidados Paliativos y que el Defensor del Pueblo, que se adopten protocolos que permitan facilitar la despedida al menos de un miembro de la familia.
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