La Marina no es del Puerto

El caso del antiguo edificio de los Docks

El Ayuntamiento titubea en la defensa de la parte urbana del Puerto de Valencia

La condición urbana de la Marina de Valencia está en juego. Y no parece que el equipo de la alcaldesa María José Catalá esté escogiendo las mejores cartas. Ni la afinidad de su concejal de Grandes Proyectos, José Marí Olano, con sus colegas abogados del Estado, ni el hooliganismo a favor de la polémica ampliación de las instalaciones portuarias deberían nublar el juicio de la primera edil a la hora de defender que la antigua dársena interior y la zona turístico-deportiva y de servicios construida en su día para la Copa del América son de la ciudad y que debe sacar sus manos de ahí la Autoridad Portuaria. Pero el caso de los antiguos Docks comerciales pone en riesgo la cesión de la Marina a Valencia.

Construido en la segunda década del siglo XX por los arquitectos Víctor Gosálbez y Demetrio Ribes, el edificio de los Docks fue utilizado en la época de Rita Barberá en la alcaldía como discoteca, pero con la llegada del equipo de Joan Ribó se optó por reformarlo y destinarlo, en una era digital como la actual, a Data Center. Puede discutirse, como hace el equipo de gobierno del PP, si el de almacenamiento de datos es el uso más adecuado en el contexto de La Marina, donde sin embargo el desarrollo empresarial a partir de las nuevas tecnologías de la comunicación se ha convertido, junto al ocio, en uno de los componentes principales de actividad. Pero resulta muy peligroso desistir de una adjudicación prácticamente acabada, con las reclamaciones económicas que pueda conllevar por parte de las compañías concurrentes, en base a un informe de la Abogacía del Estado para la Autoridad Portuaria que viene a sostener que, desde que el Gobierno condonó en 2021 la deuda de 360 millones prestados a la ciudad para la reforma de la fachada marítima, no se pueden llevar a cabo en los edificios objeto de cesión actividades con ánimo de lucro, ya que, en caso contrario, las instalaciones volverán a manos del Puerto.

Ese informe al que el Ayuntamiento ha hecho caso al anular la concesión de los Docks está en absoluta contradicción con otro del propio secretario municipal, según el cual “una nueva concepción amplia o extensiva de la utilidad pública o interés social” recoge desde hace tiempo “otro tipo de usos urbanísticos de naturaleza privada como son los terciarios” con actividades “de tipo económico, recreativo y turístico” para este tipo de cesiones de gestión. El PP ha optado por ignorar el informe del secretario municipal. Y eso puede tener consecuencias.

Carlos Navarro Castelló ha explicado en este diario el dilema con precisión: “¿Puede mantener el Ayuntamiento de València la titularidad de los 160.000 metros cuadrados de terrenos e infraestructuras cedidas por la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), dependiente del Estado, a pesar de que parte de sus usos sean hosteleros y comerciales? Esta es la gran pregunta de la que depende que la ciudad siga teniendo la última palabra en la planificación y desarrollo de una parte importante de la Marina de València ganada en su día al Puerto, más acostumbrado a comerle terreno a la urbe que a cederlo, como sucedió con las desaparecidas playas de Natzaret y La Punta, hoy recubiertas de hormigón, grúas y contenedores”.

El Valencia CF da por hecho el convenio

Tres meses para garantizar que habrá nuevo estadio

El culebrón del inacabado, y aparentemente incabable, nuevo estadio del Valencia CF ha entrado en tiempo de descuento. La confirmación por la FIFA de que España será organizadora del Campeonato Mundial de Fútbol de 2030 hace que Valencia disponga de tres meses para presentar el dosier que garantice que se acabará a tiempo el estadio si la ciudad quiere ser una de las sedes. La noticia ha frenado una dinámica de opinión que empezaba a tomar cuerpo entre la afición en el sentido de volver a considerar la continuidad de Mestalla y olvidar el atascado proyecto del nuevo campo de juego, convertido en un esqueleto ruinoso a medio construir, teniendo en cuenta que acabarlo costaría ahora 160 millones de euros, un 33% más de lo previsto.

En ese contexto, el Valencia CF ha dado por hecha, “a falta de pequeños detalles”, la firma del convenio con el Ayuntamiento que ha de permitir acabar el nuevo estadio. Habrá que verlo.

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