Las Fallas pasan la prueba: una fiesta de masas sin impacto en la pandemia

Las Fallas han superado la prueba con nota. La fiesta grande de València, junto a la Magdalena de Castelló, fue la primera de masas que se suspendió en España al coincidir prácticamente con la irrupción de la pandemia.

También fue la primera en volver a celebrarse entre el 1 y el 5 del presente mes de forma parcial y con estrictas restricciones, pero con un resultado muy satisfactaorio puesto que, pese a las dudas suscitadas en algunos ámbitos sobre la conveniencia de su realización, finalmente no se ha detectado un aumento de los contagios. Muy al contrario, han seguido por la senda del descenso iniciada semanas antes, lo que a buen seguro marcará el camino a seguir al resto de fiestas populares.

El concejal de Cultura Festiva del Ayuntamiento de València y presidente de la Junta Central Fallera, Carlos Galiana, mantuvo este lunes una reunión telemática con la secretaria autonómica de Salud Pública, Isaura Navarro, para conocer de primera mano los datos sanitarios vinculados a la pandemia por la COVID-19 una vez superados los 14 días desde la finalización de los actos falleros desarrollados durante la primera semana de septiembre.

En ese sentido, los dos pusieron sobre la mesa unos datos que, lejos de reflejar ningún repunte de la pandemia, muestran una evolución que permite que la ciudad esté en estos momentos en una situación mejor que la de hace tres semanas. Así, en cuanto a la incidencia acumulada en los últimos 14 días, la semana de los actos falleros empezó con una tasa de 166,08 por cada 100.000 habitantes y este lunes esa tasa es en la ciudad de València de 58,73, a solo 8 puntos del riesgo bajo.

Galiana mostró su satisfacción por el hecho de que “los datos sanitarios vayan de la mano no solo de lo que defendimos durante muchos meses en referencia a la responsabilidad y el compromiso del mundo fallero, sino también del comportamiento que de la inmensa mayoría de falleras y falleros vimos entre la noche de la Plantà infantil y la noche de la Cremà”.

En ese sentido, reivindicó al “principal tejido asociativo de nuestra ciudad como una población responsable, que nunca ha sido parte del problema y siempre ha apoyado para ayudar a combatirlo”.

Galiana destacó que “con estos datos damos por cumplidos todos los grandes objetivos de los actos falleros de septiembre: máxima responsabilidad para seguir todas las directrices sanitarias para priorizar la salud y la seguridad de todas y todos y a su vez poder cerrar un ciclo tanto en la vertiente económica como en la social y emocional de nuestra fiesta grande. Era necesario para garantizar la supervivencia de nuestro gran Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad poder hacer que los artistas falleros vieran quemar sus fallas de 2020 y pudieran trabajar con tranquilidad en las de 2022, que los indumentaristas y orfebres tuvieran un balón de oxígeno con los actos de septiembre y que también pudieran repuntar de cara a las próximas Fallas, que los y las floristas vieran aliviada su situación con la Ofrenda, que las y los profesionales de la música tuvieran contratos y que las empresas pirotécnicas continuaran comprobando cómo el Ayuntamiento de València dispara el 100% del presupuesto destinado a pirotecnia, como ya pasó el año pasado y como continuará pasando el año que viene”.

“Los datos sanitarios son el mejor colofón posible para cerrar ciclo y continuar trabajando con la máxima ilusión en los nuevos retos de nuestro Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de cara a marzo de 2022”, dijo Galiana.

Por su parte, Navarro afirmó que “es fundamental a la hora de valorar el desarrollo de las fiestas en tiempos de pandemia tener en cuenta tanto el avance en la vacunación, como que se ha disfrutado de unos actos festivos con restricciones y limitaciones, organizados al aire libre, con la implicación tanto de la Corporación como del sector festivo en el cumplimiento del protocolo fallero, con una formación específica facilitada por parte de Salud Pública para todas las fallas”.