El Gobierno valenciano lanza un cuestionario online sobre el coronavirus para estudiar mediante inteligencia artificial su impacto y evolución

El Gobierno Valenciano ha puesto en marcha otra de las patas de la estrategia de inteligencia artificial y 'big data' contra el coronavirus. El Ejecutivo autonómico puso inició hace dos semanas un proyecto piloto para detectar puntos de riesgo a través de la movilidad de los usuarios y este domingo ha lanzado un cuestionario anónimo sobre la incidencia de la pandemia. 

El Gobierno que preside Ximo Puig creó a principios de mes un grupo de trabajo que da apoyo a la toma de decisiones a través del análisis de datos, integrado por el departamento de Análisis y Políticas Públicas y el comisionado de Inteligencia Artificial.

El Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) publicó el pasado jueves la  creación de la Comisionada de la Presidencia de la Generalitat para la Estrategia Valenciana para la Inteligencia Artificial, un puesto que ocupa la ingeniera en telecomunicaciones y doctora por el Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) Nuria Oliver.

La primera acción de esta comisionada ha sido la elaboración de un cuestionario, que, de forma anónima, busca recoger datos sobre los ciudadanos para hacer un estudio sobre el coronavirus. Los únicos datos que solicita, señala al inicio el texto, son sexo, edad y código postal. 

El cuestionario incluye preguntas sobre los desplazamientos de la población, sector de trabajo, economía del hogar y posibilidad de aislamiento e interpela a las personas sobre si sufren síntomas o han estado en contacto con alguna persona que haya dado positivo por coronavirus o con síntomas de la enfermedad.

Ana Berenguer, responsable de Análisis y Políticas Públicas de la Generalitat Valenciana, explica que la estrategia del Gobierno autonómico se basa en tres pilares: análisis de movilidad, estimaciones epidemiológicas y análisis sofisticado de datos en general. “Se nutren las unas a las otras”, indica, explicando que se realiza un “mapeo” de toda la información disponible para identificar qué variables pueden faltar.

Este cuestionario “persigue tener información sobre aspectos para el seguimiento de la epidemia: interacciones sociales que está teniendo la ciudadanía o cuánta gente puede tener síntomas”, cita Berenguer con algunos ejemplos. La encuesta pasará por un control de calidad de las respuestas y se ha encargado a una empresa demoscópica que la repita con cierta frecuencia para valorar la situación y la parcialidad de los datos.

A través de las respuestas con el código postal se puede averiguar dónde hay núcleos de población con síntomas, continua Berenguer, que matiza que el objetivo principal no es conocer los positivos por coronavirus, ya que “el dato más fiable es el de Sanidad”.

Con los resultados de los cuestionarios y el resto de iniciativas, el Gobierno podrá analizar la movilidad real de los abonados  de telefonía móvil -las personas cuyas compañías hayan cedido datos- desde antes del comienzo de la epidemia de forma diaria y en función de código postal. Con ello, se podrá evaluar el impacto de las medidas adoptadas para reducir la movilidad de la población, averiguar si ha descendido la movilidad entre municipios o en largas distancias, hacer predicciones sobre la evolución de la epidemia -a través de modelos epidemiológicos metapoblacionales- “que nos van a permitir estimar qué recursos sanitarios son necesarios en función del progreso estimado del número de infectados”, explica la responsable. 

Del mismo modo, se podría entender cómo afecta la movilidad a la tasa de contagio, si son suficientes las medidas de contención o en qué medida deberían variar, así como predecir dónde puede propagarse la enfermedad en base a la aparición de casos en una cierta localización y los patrones de movilidad en torno a la misma.