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Los bancos piden que se levante ya el veto a los dividendos pese a las advertencias sobre los riesgos para el sector

Onur Genç, consejero delegado de BBVA, durante el Encuentro del Sector Financiero organizado por KPMG y 'Expansión'.

Diego Larrouy

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Los bancos piden que se les levante ya la recomendación para no conceder dividendos. La medida fue aprobada por el Banco Central Europeo en marzo, tras el estallido en Europa de la pandemia de coronavirus y ante los peligros de una crisis sistémica que cerrase el grifo del crédito en la zona euro. Ahora, siete meses después de la medida, directivos de las principales entidades españolas han coincidido en solicitar públicamente que esta medida se levante a partir del 1 de enero, fecha inicialmente fijada por el BCE, pese a la existencia de distintas advertencias de riesgos para el sistema financiero durante el próximo año.

Así se produjo este lunes durante un foro del sector organizado por el diario Expansión y la consultora KPMG, que continúa este martes, donde participaron los consejeros delegados de los principales bancos. El discurso de todos ellos sobre este asunto apenas varió y coincidieron en señalar que era el momento de levantar esa recomendación. Los principales directivos de la banca española entienden que de no hacerlo se estarían lastrando los costes de los bancos, quedaría dinero fuera de la circulación y las entidades se rebajarían en Bolsa al hacerlas menos atractivas para los fondos e inversores.

La medida fue aprobada el 27 de marzo por el Banco Central Europeo, en pleno estado de alarma en España y con medidas de confinamiento por toda Europa. Esta recomendación afectaba tanto a los dividendos como a la recompra de acciones, otra forma de retribuir a los accionistas de una compañía. El organismo justificó esta decisión asegurando que se basaba “en la consideración de que es esencial que las entidades de crédito sigan desempeñando su función de financiar a los hogares y a las empresas en la situación de perturbación económica provocada por la COVID-19”. “Es esencial que las entidades de crédito conserven su capital y mantengan así su capacidad de apoyar a la economía en la situación de gran incertidumbre creada por la pandemia de COVID-19”, señalaba el BCE en una recomendación que se llegó a publicar en el Boletín Oficial del Estado. “Mantener recursos de capital para apoyar a la economía real y absorber pérdidas debe primar sobre la discrecionalidad para repartir dividendos y recomprar acciones”, zanjaba.

En un principio la medida estaba prevista hasta el 1 de octubre, pero posteriormente fue ampliada hasta final de año. El BCE consideró que en el “contexto de incertidumbre sistémica extraordinaria” y con condiciones económicas difíciles, era necesario “planificar el capital de manera prudente”. Esto incluía la necesidad de que las entidades mantuvieran su posición de capital, posponiendo o suspendiendo las distribuciones de dinero. En este mismo evento donde los directivos de la banca española pidieron el levantamiento de la recomendación participó Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, quien no hizo referencia directa al veto a los dividendos.

Los banqueros denuncian el aumento de costes de la medida

“Nuestra previsión es que la medida se levante en 2021”, señaló Onur Genç, consejero delegado de BBVA y el primer directivo en tomar la palabra durante las jornadas. “Es importante que se levante, porque el coste de capital de los bancos aumenta”, apuntó el directivo, quien añadió que “si se para ese capital, es un dinero que no puede llegar a otros puntos de la economía”. Además, defendió que el resto de compañías sí pueden entregar dividendos a sus accionistas.

En esta idea coincidió José Antonio Álvarez, consejero delegado de Banco Santander y el siguiente en tomar la palabra. “Es importante reducir el coste de capital y una manera es que los bancos tengan la libertad de pagar dividendos si los resultados les permiten hacerlo”, apuntó, defendiendo que la recomendación “eleva los costes de capital”. Álvarez recordó que “uno de los mayores pagadores de dividendo” solían ser los bancos. El ejecutivo del Santander aseguró que sin dividendos es más complicado que los bancos pudieran salir a los mercados (la Bolsa, principalmente) a buscar capital porque “lo haría inviable o poco recomendable”.

Otro de los directivos que valoró esta situación fue Gonzalo Cortázar, consejero delegado de CaixaBank, que seguirá en el cargo tras la fusión con Bankia. Consideró que “lo lógico” sería que el 1 de enero se levantase esta recomendación. “El propio BCE dijo que era una medida excepcional y temporal, han pasado ocho meses y sabemos mucho mejor hasta dónde puede llegar el problema” provocado por la pandemia de coronavirus. Cortázar añadió una nota prudente en esta petición, asegurando que “en cualquier caso, deberá ser una vuelta al dividendo prudente”. “En el medio está la virtud y llevarlo a cero no es lo adecuado”, subrayó.

El último de los directivos en valorar el levantamiento de esta medida este lunes fue Jaime Guardiola, consejero delegado de Sabadell. El directivo, que anunció un plan de recortes para el banco que desarrollará en la presentación de resultados de la próxima semana, incidió en la idea de que se necesita levantar esta medida para “reducir el coste de capital”. Si no, aseguró, se convierte a los bancos en “poco invertibles” para fondos e inversores. “Cuanto antes se levante es lógico que la política de dividendos deberá ser prudente”, señaló.

Todos quieren mantener los estímulos

Los bancos hacen esta reivindicación, que ya había realizado en verano Bankinter, en un contexto en el que se han sucedido en las últimas semanas las advertencias sobre los riesgos de que la crisis del coronavirus tenga efectos importantes sobre la banca europea y, en especial, la española. Tanto el Banco de España, el propio BCE o el FMI han señalado que la situación actual de los bancos se puede ver empeorada cuando se levanten las medidas de estímulo para la economía. En esta situación el sector financiero español lo afronta con una menor rentabilidad y con más problemas de solvencia de los que existen en el resto de países europeos. “La capacidad crediticia de los bancos podría verse restringida, su rentabilidad, que ya es baja, tiene visos de empeorar, y en escenarios severos podrían surgir dificultades de solvencia”, fue, por ejemplo una de las advertencias que llegaron desde el FMI.

De hecho, los directivos de bancos que participaron en este foro se adhirieron en sus intervenciones en distintos momentos a la petición que realizó Luis de Guindos de que las medidas económicas de alivio no se terminen abruptamente. “Resulta de vital necesidad que la retirada de los estímulos se haga de forma pausada y ligada a la evolución económica, evitando el efecto acantilado”, señaló el exministro de Economía, hoy vicepresidente del Banco Central Europeo. En esta línea, los banqueros coincidieron en señalar que se asume un aumento de la morosidad, que por el momento no se ha dado, cuando se levanten estas medidas, pero confían en que las provisiones que se han realizado este año les sirvan para cubrir este riesgo.

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