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El BCE prepara otra subida de los tipos de interés que empezará a dañar a la economía española

Christine Lagarde, presidenta del BCE.

Daniel Yebra

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El Banco Central Europeo (BCE) prepara otra subida de los tipos de interés que empezará a dañar la economía española. Desde julio del año pasado, ya ha aumentado 3,5 puntos el 'precio' oficial del dinero, del 0% al 3,5%. Y este jueves se espera que anuncie otro incremento de 0,25 o incluso de hasta 0,5 enteros en su afán de ahogar la economía (destruir consumo, golpear a las empresas, a los estados de la eurozona...) para moderar así las subidas de precios.

Una estrategia que asume el riesgo de recesión y de aumento del paro. Y también la amenaza de dañar la estabilidad financiera, como se ha visto con los últimos colapsos bancarios en Estados Unidos y en Suiza. “El efecto retardado del ajuste monetario aún no se ha sentido”, advierte Frederik Ducrozet, director de análisis macroeconómico de la gestora Pictet.

“La demanda de préstamos ha disminuido fuertemente, especialmente para compra de viviendas de los hogares, y para las empresas”, continúa este experto. El Banco de España publicó este miércoles su encuesta sobre esta cuestión, en la que destaca que durante el primer trimestre tanto los criterios de concesión de préstamos como, especialmente, las condiciones generales aplicadas a los nuevos préstamos se habrían endurecido de forma generalizada por cuarto trimestre consecutivo. Y que a la par se ha producido una caída de la demanda de crédito.

“La evolución de los préstamos demostraría que el endurecimiento monetario se está abriendo camino en la economía y que el BCE puede permitirse ser paciente y proceder con más cautela, pero se impone [en la institución] la aparentemente imparable aceleración de la inflación subyacente [o estructural, porque no tienen en cuenta la energía ni los alimentos frescos por su mayor volatilidad]”, opina Gilles Moëc, economista jefe en AXA IM.

Pero las economías de la eurozona, y especialmente la de España, están resistiendo, “respaldadas por el sector de los servicios (en nuestro país concretamente por el tirón del turismo y del resto del sector exterior), por la fortaleza de los mercados laborales y por las medidas de choque de los gobiernos”, añade Frederik Ducrozet.

Y pese a las señales de moderación de las subidas de precios, “la inflación sigue demasiado alta para el BCE”, incide este último experto. Dentro del consejo de gobierno de la institución sigue instalada la conclusión de que la única herramienta para rebajar los precios es seguir incrementados los tipos de interés.

Ante esta amenaza, el Gobierno de España avisa en el Programa de Estabilidad que ha enviado a la Comisión Europea de que una agresividad exagerada del banco central le impedirá cumplir sus objetivos de reducción del déficit (el desequilibrio en el presupuesto público entre ingresos y gastos que ve ya en el 3% del PIB en 2024) y de rebaja del endeudamiento, en pleno debate en la Unión Europea (UE) sobre el regreso de las reglas fiscales.

También señala que dañaría críticamente el consumo de las familias, y el crecimiento económico en general. En el peor escenario que contempla, “el PIB llegaría a desviarse hasta un -0,8% respecto al escenario macroeconómico base en 2026”, detalla el documento del Ejecutivo. Y hay más, según incide, el gasto público en intereses de la deuda alcanzará el máximo de 2013 si el BCE presiona los tipos de interés de referencia para España hasta el 5%.

El Gobierno calcula que esta factura de intereses de la deuda a la que hace frente el Estado cada año alcanzaría el 3,2% del PIB (Producto Interior Bruto) en 2025 y el 3,6% en 2026, cerca del techo que se alcanzó en la crisis del euro (tras el rescate a la banca), si la institución que preside Christine Lagarde se pasa de agresiva en su lucha contra la inflación. En 2022, los intereses pagados por la deuda pública se quedaron en el 2,4% del PIB. En total, 31.595 millones de euros.



El Ejecutivo proyecta en su escenario central o base, incluido en el Programa de Estabilidad que envió el viernes a la Comisión Europea, que “los intereses pagados” se mantengan en el 2,4% del PIB en 2023, y que vayan elevándose hasta el 2,9% dentro de tres años. Estas estimaciones presuponen que el tipo de interés de referencia para España, el del bono con vencimiento a 10 años, no supere el 3,8% en los próximos ejercicios. Y utilizan un aumento de 1,2 puntos adicional, hasta el 5%, para calcular el peor escenario.

En lo que va de 2023, este tipo de interés del bono a 10 años de nuestro país promedia en los mercados financieros un 3,35% (estaba en el 0% a principios de 2021). Pero si el BCE lo presionara más al alza con subidas de los tipos de interés oficiales más allá de lo esperado vendrían los problemas.

La decisión de este jueves

Este jueves, el consejo de gobierno del BCE se reúne para abordar un nuevo aumento del 'precio' del dinero, tras el incremento en Estados Unidos de 0,25 puntos por parte de la Reserva Federal (Fed), hasta el rango de entre el 5 y el 5,25%, en una escalada histórica que ha provocado la caída de distintos bancos en las últimas semanas que habían abusado de los tipos en mínimos de los últimos años.

El consejo de gobierno del BCE lo componen los gobernadores de los bancos centrales de cada país de la eurozona y el comité ejecutivo de la propia institución, que incluye a la presidenta Christine Lagarde, al vicepresidente Luis de Guindos, al economista jefe Philip R. Lane, y a la cuota italiana, que cubre Fabio Panetta, a la alemana, que ocupa Isabel Schnabel, y, por último, al holandés Frank Elderson. Todos ellos tienen derecho a voto en las reuniones sobre política monetaria que se celebran cada seis semanas.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y otros gobernadores de la eurozona han reconocido que sin “estabilidad financiera” no hay “estabilidad de precios”. Isabel Schnabel lo trató recientemente: “Si nos estuviéramos acercando a una crisis financiera aguda, por supuesto que no podríamos ignorarla. Las crisis financieras son 'desinflacionista'. Eso lo sabemos muy bien”.

El aviso sobre la estabilidad financiera es la primera razón que ha hecho reflexionar al BCE. Y desde la institución también han admitido que la inflación se está moderando, y que esta “última milla” en la lucha contra las subidas de precios es mejor recorrerla a “pasos cortos”.

También parece haber consenso en que en mayo no se adelante ningún objetivo para la reunión de junio, para que el consejo de gobierno tengo “las manos libres” y pueda decidir según la evolución de los datos económicos.

La escalada del euríbor

El indicador financiero más representativo que reacciona a las subidas de los tipos de interés del BCE es el euríbor a un año. El índice respecto al que se calculan las cuotas de las hipotecas evoluciona en función del 'precio' del dinero oficial y en las últimas semanas ha frenado su escalada.

Tras alcanzar en marzo, de media, el 3,65%, en abril se fue al 3,75%, en el menor salto mensual desde julio de 2022. La cotización diaria del índice llegó a rozar el 4% el 9 de marzo, justo antes de la caída del banco californiano Silicon Valley Bank, a la que siguió el rescate de Credit Suisse y después el ataque en bolsa de los especuladores a Deutsche Bank, en el corazón de la eurozona.

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