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El sector financiero se hace fuerte en un fútbol europeo en crisis

Partido de Champions League del FC Barcelona contra el Bayern de Munich.

Diego Larrouy

9 de enero de 2022 21:46 h

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En varios bancos de inversión se atrevieron a hacer sus apuestas sobre el resultado del Mundial de fútbol que se disputaba en Rusia. Prácticamente ninguno supo ver que la Francia de Mbappé, Pogba o Griezmann saldría vencedora, llevándose su segundo campeonato del mundo, justo 20 años después del primero. Dos años después llegó la pandemia y, con ella, la crisis de multitud de ligas y clubes de fútbol. Así, la apuesta del sector financiero se convirtió en algo más real, con miles de millones de euros de inversión. Los acuerdos en LaLiga española o en la Uefa de las últimas semanas dan buena muestra de ello.

A principios de diciembre se cerró el acuerdo entre la patronal del fútbol español y el fondo de capital riesgo CVC. Ambos crearán un holding en el que el inversor pondrá sobre la mesa 1.994 millones de euros, a cambio de recibir un 8% de los ingresos del negocio comercial y tecnológico y un 11% de los derechos audiovisuales. El acuerdo tiene una vigencia de 50 años pero el fondo podrá decidir en el futuro si vende su participación a un tercero. Los clubes, por su parte, podrán usar estos fondos para la transformación tecnológica de su negocio, la mejora de las instalaciones o, en menor medida, a fichajes y salarios. Por primera vez en las grandes ligas, un socio financiero se convierte en accionista de una liga europea.

El acuerdo ha estado envuelto en la polémica desde que se anunciara en agosto. Especialmente por las críticas de tres de los principales clubes del fútbol español, Real Madrid, FC Barcelona y Athletic de Bilbao. Los únicos tres equipos que se han mantenido en primera división desde su creación en los años veinte votaron en contra de la firma del acuerdo y han anunciado la toma de acciones legales para frenar esta operación, que consideran contraria a las normas y que afecta a la viabilidad del fútbol español. Ya se acordó que los clubes díscolos quedaran fuera del acuerdo, sin recibir el dinero pero sin tampoco estar obligados a ceder los ingresos que les corresponderían.

Aunque es la primera vez que el sector financiero formaliza una operación de este tipo, ha habido otros intentos. La liga alemana, que es la segunda competición europea por volumen de ingresos por detrás de la inglesa y por encima de la española, según los datos de la consultora Deloitte, sondeó una operación similar. Durante casi año y medio tuvo abierto un proceso en el que buscaba un socio que invirtiera en el campeonato y varios fondos de capital riesgo llamaron a la puerta de la patronal alemana para alcanzar un acuerdo. Finalmente, en la pasada primavera, los clubes acordaron parar el proceso, que buscaba un socio para impulsar los ingresos internacionales de este campeonato, tanto de primera como de segunda.

En Francia se encuentra también abierto un proceso similar. La liga profesional del país vecino se encuentra en conversaciones con CVC, el fondo que ha invertido en el fútbol español, y con Bain para que inviertan en torno a 1.500 millones de euros. En las negociaciones también habrían participado otros inversores como Advent, Apollo, KKR, EQT o Silver Lake, con el fin de adquirir el 20% de una empresa conjunta en la que se ingresarán los derechos audiovisuales del campeonato francés. La patronal francesa habría abierto el proceso en el mes de noviembre, con el fin de terminarlo en las próximas semanas, según informó Reuters. El objetivo es lograr apoyo financiero tras la crisis provocada por la pandemia, al tiempo que poder duplicar o triplicar los ingresos de esta liga, históricamente la quinta a nivel europeo, en los próximos cinco años.

Italia, al igual que Alemania, también sondeó una operación similar antes de que CVC entrara en el capital de LaLiga para sacar rédito de los derechos audiovisuales. Sin embargo, como ocurriera con el caso germano, quedó en suspenso. Además de CVC, otros fondos de capital riesgo como Advent o FSI estaban negociando para invertir a cambio de los ingresos televisivos del campeonato italiano. En concreto, según informaron algunos medios, el objetivo era invertir unos 1.700 millones de euros para adquirir el 10% de la empresa que gestionara los derechos televisivos del fútbol. Según ha apuntado Bloomberg, la operación no se ha dado por completo por cerrada y ahora hay otro inversor buscando posicionarse en la liga italiana, Apax.

El interés del sector financiero en el fútbol europeo no se restringe a las ligas. También el ente que gestiona este deporte a nivel continental, la UEFA, ha cerrado una operación en esta línea. Pocos días después de que LaLiga cerrase su acuerdo con CVC, la UEFA ha anunciado un acuerdo con Citigroup para que genere un plan de rescate para el fútbol europeo de unos 7.000 millones de euros, con el objetivo de poder cubrir el escenario en el que la crisis del coronavirus siga atacando a los distintos estamentos de este deporte en Europa. Citi se impuso en un proceso competitivo a otras entidades financieras que se habían interesado por ganar posiciones en plena crisis de ingresos del deporte rey del viejo continente. Goldman Sachs o Macquarie se habían posicionado.

La Premier League inglesa es la principal liga de fútbol del mundo por volumen de ingresos pero, al igual que el resto, ha sufrido también el golpe de la pandemia. En los últimos meses, numerosos equipos de la competición han solicitado la creación de un fondo de 1.000 millones de libras, asumiendo que a la patronal le saldría más barato que con cada club por separado. Esta deuda estaría respaldada con los multimillonarios ingresos televisivos de la competición, según informó Financial Times en octubre. Sin embargo, este proyecto contaba con numerosos rechazos por parte de los principales clubes, quienes ya tienen por sí solos facilidades para acudir al mercado a financiarse, y no se ha llegado a confirmar.

2.000 millones menos de ingresos

Las cinco principales ligas europeas (Inglaterra, Alemania, España, Italia y Francia) han sufrido en los últimos dos años una importante pérdida de ingresos provocada por la COVID-19. Un informe de la consultora Deloitte cifraba sus ingresos conjuntos en la temporada previa al coronavirus en 17.000 millones de euros. Tan solo un año después, desaparecieron 2.000 millones. Y son 3.700 millones a nivel europeo de pérdida de ingresos teniendo en cuenta el resto de competiciones ligueras del continente. En un contexto de fuerte inflación de los gastos de los equipos por los salarios y los fichajes que se han llegado a pagar en los últimos años, la necesidad de captar nuevas vías de financiación se ha convertido en fundamental. Y es ahí donde entran los grandes bancos de inversión y los fondos de capital riesgo, que ven en los potenciales ingresos televisivos atractivo para sus inversiones.

Una vía que buscaron los clubes ricos para salir adelante fue la creación de la Superliga. Al principio fueron 12 equipos, aunque tras el rechazo inicial de gobiernos y aficiones, nueve de ellos se borraron. Quedaron solo tres, el Real Madrid, el Barcelona y la Juventus de Turín. En las primeras semanas de su lanzamiento fueron muchas las dudas sobre el modelo de competición, el calendario y otros aspectos fundamentales sobre su futuro. Sin embargo, sí hubo una certeza desde el primer minuto: el respaldo de una gran entidad financiera. En aquel caso fue JPMorgan. Los clubes creadores de esta competición para superar a la Champions, controlada por la UEFA, suscribieron una línea de crédito de más de 3.900 millones de euros con este banco para sanear sus cuentas. En este caso la entidad llegó a reconocer su error al “claramente juzgar mal cómo se vería este acuerdo”.

Uno de los equipos que siguen dentro de la Superliga, el FC Barcelona, ha sido uno de los ejemplos más claros de los efectos de la pandemia en las cuentas de un club. Esta circunstancia, añadida a una situación financiera lejos de estar saneada, obligó al equipo a dejar marchar a su estrella, Lionel Messi, el pasado verano y a no poder afrontar grandes fichajes, así como tener que negociar rebajas salariales entre sus capitanes. En este contexto, la directiva del club acordó un plan para refinanciar más de 500 millones de euros de deuda. De nuevo, una entidad financiera, en este caso Goldman Sachs, hacía negocio en el fútbol profesional para paliar los estragos de la pandemia.

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