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Vuelve la polémica con el Imserso: otra batalla de recursos deja en el aire el inicio de los viajes para mayores

Una pareja pasea en la playa de Benidorm (Alicante) el pasado mes de marzo.

Cristina G. Bolinches

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El tira y afloja se repite prácticamente año tras año. El concurso para operar los viajes para mayores, que convoca el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), suele derivar en una pelea administrativa que emprenden las empresas que no resultan adjudicatarias. El choque en los despachos deja en el aire las fechas en las que se pueden contratar estos viajes y, con ello, comenzar las vacaciones de los mayores. Del calendario están pendientes cerca de 900.000 personas. Este año, además, coincide con un replanteamiento de los programas para lograr, entre otros objetivos, que sean un mecanismo para combatir el problema de la soledad no deseada.

A día de hoy, saber cuándo saldrán a la venta estos paquetes subvencionados es una incógnita. Este año, los tres lotes que integran los viajes del Imserso se los ha llevado un único adjudicatario: Avoris, que forma parte del grupo Barceló. La decisión se hizo firme el 1 de agosto. Durante este mes, han presentado recurso las compañías que no se llevaron ninguno de los contratos: Soltour y dos Uniones Temporales de Empresas (UTE). Una, Mundiplan, que integran Iberia, Alsa y la agencia de viajes IAG7. Otra, Seniorplan, donde están Nautalia y Autocares Vera.

Ahora, la decisión de aceptar los recursos está en manos del Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales. Este organismo, que depende del Ministerio de Hacienda, tiene menos de dos semanas para decidir, lo que puede retrasar todos los procesos, contrataciones y viajes, previsiblemente, tres meses. De hecho, retraso ya va a haber, porque la contratación de los viajes del Imserso tenía que haber echado a andar este 1 de septiembre. 

No es algo nuevo. Algo similar sucedió, sin ir más lejos, en 2019 y en 2021. Una batalla legal que, según fuentes del sector turístico que prefieren ser anónimas, se da porque el “contrato es muy importante en volumen y porque permite tener clientes en momentos del año donde no hay tantos turistas”. Al mismo tiempo, “nadie quiere perder estos contratos, aunque los márgenes, los precios por habitación de estos programas, están muy ajustados, se miran al milímetro. Casi siempre, las ofertas van a precio”, añaden. Se trata de un contrato que, entre los tres lotes, alcanza los 843 millones de euros.

Los fallos en estos programas turísticos ya los señaló el Tribunal de Cuentas. El pleno de este organismo fiscalizador del Estado aprobó a principios de año un informe donde apuntaba que se habían convertido en “un mecanismo de financiación anual para determinadas entidades” y no cumplían el papel para el que fueron creados: fomentar el asociacionismo y la actividad de los mayores.

Cambio en las bases

De cara a este año, aunque los tiempos y las fechas del concurso han sido similares, se buscó un cambio de planteamiento. “La idea era primar la calidad”, indican desde el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, del que depende el Imserso. Señalan como punto de partida la valoración de los clientes, que en un 85% calificaba de forma satisfactoria los programas vacacionales, pero también criticaban que, en algunos destinos, había cierta masificación. 

Además, el enfoque para la temporada 2023-2024 parte del impacto de la pandemia y del efecto que tuvo en los mayores. También reconoce el golpe económico, porque dejar de hacer los viajes del Imserso conllevó una factura negativa de más de 380 millones entre 2020 y 2021. Además para los dos años siguientes se ajustaron las cifras del contrato y los viajes, en función de las recomendaciones sanitarias. De esta forma, el de este otoño-invierno será, cuando se ponga en marcha, el primer programa de viajes del Imserso que recupere la normalidad prepandémica. 

Este año también se ha buscado combatir la soledad. “Además de cumplir una importante función en cuanto al envejecimiento activo y saludable, el programa [de viajes] incide de forma determinante en otro fenómeno sobre el que trabaja este Instituto, por encontrarse dentro del ámbito de los planes de servicios sociales estatales: la soledad no deseada”, inciden las bases de los contratos. 

La memoria ahonda en que se ha “identificado la necesidad” de adaptar el programa a nuevas demandas de las personas mayores, con la participación “de diferentes agentes vinculados al sector” y de “los beneficiados directos del programa” para “hacer frente a los retos de calidad, garantizar la pertinencia, relevancia, eficacia y sostenibilidad del programa y sus resultados”. El peso de la propuesta de calidad de la oferta hotelera y de los medios de transporte, según la citada memoria, es del 62%, el mismo porcentaje que en años anteriores. 

Un proceso de concesión en pleno verano

Como en otras temporadas, el proceso echó a andar la pasada primavera, cuando salieron a concurso los tres lotes vacacionales, que incluyen tanto el hospedaje como el transporte. El primero, el de las costas peninsulares, supone casi la mitad del contrato, cerca de 444.000 plazas. Está valorado en más de 382 millones de euros. El segundo, el de turismo en las zonas de turismo insular, 230.000 plazas, valorado en 268 millones. Y el tercero, el de interior, son algo más de 212.000 plazas y 192 millones.

Las empresas presentaron sus ofertas en mayo y, dos meses después, el Imserso publicó las incidencias que observaba en las diferentes propuestas, que tenían que ver con aspectos como el número de plazas ofertadas o que los contratos con algunos de los hoteles no estuvieran sellados por escrito, según consta en los documentos que figuran en la Plataforma de Contratación del Sector Público. 

Ya durante el proceso hubo recursos. En julio, Soltour presentó alegaciones por entender se vulneraron sus derechos en aspectos cómo la valoración de las plazas de tren que ofertaba y la accesibilidad de los hoteles que proponía en su oferta. Alegaciones que no fueron aceptadas, por lo que la empresa quedó excluida del proceso. Finalmente, los tres lotes acabaron adjudicándose a Avoris.

Las empresas recurren y los hoteles se preocupan

Tras la adjudicación, los recursos y los retrasos. No solo los ha presentado Soltour, que considera “injusta” la eliminación de su candidatura de la pugna por el Lote 1 -el de las costas peninsulares-. También han presentado recurso Mundiplan y Seniorplan, por el Lote 2 y el 3, respectivamente. Ahora el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales tiene que decidir si acepta las alegaciones. Si es así, se revisará todo el proceso, lo que puede retrasar los viajes del Imserso en tres meses. No sería la primera vez. En otoño de 2021, los recursos pospusieron el inicio de los viajes a enero de 2022.

Y ahí las empresas hoteleras, que son las que aportan sus hoteles a los distintos operadores que se presentan a la puja, ya han pedido que se aceleren los plazos, porque ven que pueden quedarse sin viajeros mayores con los que llenar sus hoteles en temporada baja.

La patronal hotelera de la Comunitat Valenciana (Hosbec) asegura que si los hoteles no están operativos para el Imserso en octubre puede haber 13.000 despidos. De ellos, 3.000 serían personas empleadas en sus establecimientos. El resto, indirectos, entre otros, del sector hostelero.

Un mensaje similar al que han lanzado las asociaciones hoteleras de Illes Balears o de la Costa del Sol. “Estamos ante la incertidumbre de los plazos en los que los recursos podrán ser admitidos a trámite, la adjudicación o paralización del programa, en definitiva, ante la imposibilidad de planificar actividad empresarial en los próximos meses”, asegura la patronal valenciana. “Además, no podemos olvidar a los usuarios finales, que vuelven a encontrarse ante la incógnita de poder disfrutar de su derecho a unas merecidas vacaciones”.

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