Por todas las mujeres que dedican su tiempo a los cuidados y sacan adelante vidas con ese trabajo tan invisibilizado, poco reconocido y no remunerado que ahorra a las arcas públicas millones de euros. Mujeres atrapadas entre el suelo y el techo de los cuidados porque no son una prioridad para las instituciones públicas.
Por las mujeres refugiadas y migrantes, esas mujeres que escapan de sus lugares de origen en busca de una vida mejor y que en el tránsito sufren múltiples violencias. Mujeres que quedan atascadas, hasta no poder ni respirar, entre un suelo y un techo no de cristal sino de miseria y vulneración de sus derechos.
Por todas las mujeres lesbianas, bisexuales y transexuales que siguen sufriendo discriminación, invisibilidad y violencias en muchos ámbitos; incluidos el laboral, el educativo y el sanitario. Mujeres para las que el techo de cristal es el día a día y que no pueden, porque no las dejamos, tener una vida que las equipare en derechos y en perspectivas de futuro.
Por todas las mujeres racializadas que tienen el techo de cristal y las limitaciones que eso conlleva en el color de su piel.
Por las trabajadoras de hogar que trabajan en muchos casos bajo unas condiciones laborales cercanas a la esclavitud; sin descanso, sin derechos, sin alternativas y sin que ni siquiera se les den canales para ejercer derechos que para los hombres están reconocidos.
Por las trabajadoras de las residencias que han demostrado con su lucha que sí se puede, que la lucha por los mínimos es también una cuestión de género. Mujeres que con su lucha han evidenciado que si nosotras paramos se puede parar el mundo.
Por las mujeres perceptoras de la RGI, porque el techo de cristal en las mujeres está también en la pobreza. Por las familias monomarentales, las mujeres solas, las mujeres sin hogar; todas ellas atrapadas en la pobreza que tiene claramente un rostro y un cuerpo de mujer. Por las mujeres jubiladas, las viudas y las pensionistas que están saliendo a la calle para reclamar que sus techos de cristal están en haberse deslomado toda la vida para sacar menos de 400 euros al mes.
Por las mujeres dependientes, las sordas y las que tienen cualquier tipo de diversidad funcional, porque encuentran muchas más dificultades para vivir con autonomía y para ser libres.
Por las madres solteras, las casadas y las divorciadas; por las niñas, por las mujeres artistas, barrenderas, juezas, abogadas, trabajadoras sociales, educadoras, científicas, universitarias; por las mujeres que encuentran el techo y el suelo apretado en torno a sus deseos, anhelos o aspiraciones; por todas las mujeres que no contamos y no aparecemos en las fotos ni cuando de nuestros cuerpos se trata.
Por aquellas mujeres que abrieron puertas y ventanas, por las que hoy estamos recogiendo su testigo y abriendo nuevos caminos, y por las que vendrán en el futuro y plantearán nuevos desafíos a la sociedad.
El próximo 8 de Marzo, las mujeres de decenas de países en todo el mundo pararemos. Celebraremos los derechos conquistados y también reivindicaremos alto y claro todo lo que queda por transformar y avanzar. Será un día para recordar a quienes se pusieron a la contra, a quienes se han jugado la vida, y a quienes por nuestro futuro perdieron el suyo. Porque como dijo Eleanor Roosevelt, “las mujeres con buen comportamiento rara vez hacen historia”.
¡Hagamos Historia! El 8 de Marzo me sobran las razones para ir a la huelga.
*Eukene Arana es secretaria de Feminismo y LGTBIQ+ de Podemos Euskadi y parlamentaria de Elkarrekin Podemos
Sobre este blog
Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
