Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
La inclusión de toda la población en la comunidad, condición necesaria para la seguridad integral
Con acierto planteaba el lehendakari recientemente que, más allá de trayectorias individuales en contextos determinados, es nuestra sociedad entera la que se encuentra en una común situación de vulnerabilidad y que ser conscientes de esa fragilidad real que compartimos nos debe llevar a trabajar por lograr una fuerte 'seguridad integral', que pueda ser eficaz, por ejemplo, ante eventos disruptivos tan diferentes como una invasión armada, un ciberataque bancario, un evento meteorológico extremo o una pandemia.
Y acierta doblemente el lehendakari al proponer el sentido comunitario como brújula que guíe nuestro comportamiento, para no caer en la trampa del individualismo y el consumismo y entender que sólo una sociedad trenzada de relaciones comunitarias de cuidado, proximidad, confianza, disponibilidad y colaboración puede ser verdaderamente resiliente ante emergencias sistémicas. Como ejercicio: pregúntate con quien intentaste comunicarte, a quién intentaste acercarte, de quién te preocupaste, a quien te ofreciste o con quién te tranquilizaste el pasado 28 de abril al mediodía, con el apagón. Pues ahí tienes una medida de tu conexión comunitaria.
En cualquier caso, creo que me mantengo en la línea de pensamiento del lehendakari si afirmo que la inclusión de toda la población es condición indispensable para que podamos hablar de seguridad integral. Sea cual sea la amenaza a la que tengamos que hacer frente y los sistemas que estén comprometidos, es bien sabido que basta con que una pequeña porción de la población no esté informada, protegida e implicada en el marco de la estrategia establecida para que esa seguridad integral se pueda desmoronar. Lo vimos claramente en la pandemia: con independencia de los planteamientos morales, ideológicos o humanitarios que se tuvieran o no, entendimos que la incorporación de toda la población (incluidas las personas en mayor riesgo o situación de exclusión social) a los funcionamientos, dispositivos, intervenciones, regulaciones y comportamientos prescritos era crítica para el éxito de éstos.
Enrico Letta, referencia inexcusable en este contexto, como recuerda el lehendakari, pone la protección social y la inclusión social en el corazón de la estrategia que plantea hoy para Europa. Se muestra crítico con los enfoques fragmentarios que han planteado las políticas sociales como un mal menor o un último recurso y apuesta claramente por universalizar el acceso a los bienes y servicios esenciales (tales como agua, sanidad, energía, transporte, servicios financieros o conexión digital) con énfasis, en este momento, en la vivienda (Letta, Enrico, 2024. 'Much more than a market. Speed, security, solidarity'. p. 98-100).
Desde luego, si en algún campo ha demostrado la Comunidad Autónoma del País Vasco su 'autonomía estratégica' y aproximación a los estándares y enfoques de la Unión Europea es, justamente, en las políticas de inclusión, adelantándose por varias décadas al Estado central mediante la creación y desarrollo de la que hoy conocemos como RGI (Renta de Garantía de Ingresos) y todo el sistema de prestaciones, servicios e itinerarios con los que está conectada con la coordinación y el impulso de Lanbide.
Por lo tanto, de entrada, contamos individual y familiarmente con la seguridad de que, si se nos tuercen las cosas en cualquier momento, nuestro Sistema Vasco de Garantía de Ingresos y para la inclusión garantiza, mientras lo necesitemos, nuestra satisfacción de necesidades básicas y nuestra participación en la vida económica. Además, hemos de saber también que, en el reparto de funciones del modelo vasco de seguridad integral, en cualquiera de las circunstancias que podamos imaginar, el Sistema de Garantía de Ingresos y para la inclusión (liderado y coordinado desde Lanbide) permite prevenir, evitar y superar los riesgos que la exclusión comporta para todas y cada una de las personas (en mayor o menor medida) y para el propio carácter integral de la seguridad que como sociedad queremos.
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