La Casa de las Mujeres: para “avanzar de verdad en el objetivo de la igualdad”
“Hay mujeres que entran a la casa y que están muy perdidas, que no saben qué hacer, están pasando por una crisis o buscando un espacio en el que desarrollarse y de repente conectan con algún grupo, empiezan a hacer algún proceso y ver a esas mujeres un año más tarde es como ver a otra mujer, es como si se hiciera magia”. La dinamizadora de la Asociación Casa de las Mujeres, June González, resume así el proceso por el que muchas mujeres han pasado desde que la Casa abrió sus puertas en San Sebastián y destaca que las experiencias personales que ha vivido en estos cuatro años en la casa “de verdad son súper emocionantes”.
Durante el años 2013 la casa recibió a un total de 40.042 visitantes, pero June asegura que “cada vez vienen más mujeres”. Asimismo, explica que este espacio pretende ser un lugar “diverso” que acoge a todas las mujeres independientemente de la raza, de la orientación sexual o de la edad. Por ello, se intentan desarrollar talleres atractivos para tipos diferentes de mujeres. Desde la Asociación se organizan unos 13 talleres al año y la mayoría de ellos “tiene mucho éxito”, pero uno de los más atractivos puede ser el taller de batucada, a través del cual se ha creado la banda de mujeres de la Casa. Hace poco han organizado un taller de hierbas curativas y cosmética natural en el que se han quedado en lista de espera 10 mujeres.
Casa provisional
El espacio, ubicado en la Calle Okendo de la capital guipuzcoana, es una concesión que hace el Ayuntamiento a una reivindicación del tejido asociativo de mujeres, tanto feministas como asociaciones de mujeres o mujeres individuales. June apunta que esa reivindicación se lleva haciendo desde los años 70 a las instituciones, por lo que este local es el “fruto de una pelea que en la que se han pegado un montón de mujeres durante muchos años y que al final ha sido respondida”. Así, se les cedió este espacio de manera provisional, porque en principio la Casa se iba a ubicar en Villa Soroa. Sin embargo, el proyecto de Villa Soroa “se quedó de lado”, así que “si bien es cierto que esta casa es muy céntrica y está muy bien situada, es muy pequeña y no entramos”. Desde la Asociación apuntan que una de las necesidades es “una casa más grande, porque no cabemos”. “Aquí se cuecen todas las peleas que se están haciendo frente al heteropatriarcado y son muchas y verdaderamente no entramos” denuncia.
Otra de las cuestiones que apuntan es la necesidad de consolidarse, porque “parece que la Casa de las Mujeres debería de ser un proyecto que no está sometido a los cambios de equipos políticos y sin embargo, no es así”. Por ello, su responsable explica que están peleando para “hacer ver que nuestro proyecto tiene que ser un compromiso de todos los partidos políticos porque es una necesidad que deberían de detectar”. A su juicio, “el trabajo que nosotras hacemos no puede estar sometido a los cambios que cada cuatro años pueda haber en los equipos políticos de turno, porque sino no podemos realizar verdaderos procesos que vayan a transformar la realidad”.
Gestión del tejido asociativo
June asegura que las mujeres que participan en la casa “son muy diversas”, y todas exigen su momento a la institución el espacio, pero también exigen tener capacidad de decisión en el mismo. Así, se creó la Asociación que este mes cumple cuatro años, “para poder mediar entre el ayuntamiento y las mujeres” y cuyo objetivo es aglutinar a toda esa diversidad de mujeres que quieren tener un papel decisorio en la casa. La asociación no tiene una identidad propia común cerrada sino que sirve para gestionar la casa y está compuesta por mujeres que parten del objetivo común de “crear un espacio que pretenda empoderar a las mujeres para construir un mundo en el que no haya desigualdades entre mujeres y hombres, porque todas partimos de la base de que vivimos en un mundo desigual y queremos combatirlo”. La diferencia con otras casas de Mujeres es que es la única que está gestionada por el tejido asociativo en todo el país.
Finalmente, desde la Casa de Mujeres aseguran que los retos que se les presentan de aquí en adelante “siguen siendo muchísimos y muy parecidos a los que teníamos cuando empezamos”, pero lo que sí vemos es que la Casa “es un instrumento que permite ir de verdad avanzando, dando pasos en esos objetivos”. Sin embargo, creen que con la crisis que estamos viviendo, “se está atravesando totalmente a las mujeres, a quienes se les interpela a que vuelvan a trabajar en el ámbito doméstico y de los cuidados”. A su juicio, “hay un retroceso general en todo el panorama que es bastante desolador, pero con dispositivos como la casa, que esperemos que sean espacios que se vayan abriendo por todos los sitios, entendemos que vamos a ir pudiendo generar otro tipo de realidades para esas mujeres”.
