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En cuadrilla y de forma presencial e impulsiva: así apuestan los jóvenes vascos

Un joven pasa por delante de un salón de juego al salir del instituto en Bilbao

Maialen Ferreira

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El 47,5% de los jóvenes vascos de entre 18 y 30 años reconoce haber jugado a juegos de azar o haber realizado apuestas alguna vez en su vida. El 31,8% de los que lo admiten, se inició al juego siendo menor de edad. La mayoría de ellos, un 69,1%, lo ha hecho de forma presencial, mientras que el 10,1% prefiere hacerlo a través de internet y un 20,8% combina ambas formas. Los que optan por jugar de forma online, lo hacen de forma más periódica y gastan más dinero que los que juegan presencialmente. En total, la juventud vasca gasta en 45,67 euros mensuales -13,13 euros semanales- en juegos presenciales y 64,66 euros -19,72 euros- en juegos online. Estas son algunas de las conclusiones del informe 'Juventud y Juego en la Comunidad Autónoma de Euskadi (2021)' realizado por el Observatorio Vasco del Juego.

Para elaborar dicho informe, que se ha presentado este miércoles en Bilbao, se han realizado 750 encuestas a pie de calle de personas de entre 18 y 30 años y se ha reunido a 23 jóvenes jugadores, que divididos en distintos grupos de edad, han respondido a preguntas de los investigadores acerca de cuánto juegan, de qué manera o si en su entorno familiar existen personas jugadoras. Entre las conclusiones a las que han llegado los investigadores, está el hecho de que la mayoría de los jóvenes que juegan son hombres -un 60,3% de ellos han jugado alguna vez frente a un 34,4% de ellas-, lo hacen en cuadrilla -un 45,2% en grupo y un 15,6% con algún amigo- y que el 3,2% de la juventud vasca tiene en estos momentos un problema vinculado con el juego.

Casi un 70% de los jóvenes que juegan lo hacen de forma presencial y de media se gastan 45,67 euros al mes

Para determinar cuáles son los juegos más adictivos y, por tanto, más peligrosos para las personas que apuestan o juegan, Saioa Yeregui, psicóloga de la asociación Aralar, que trabaja con personas afectadas directa o indirectamente por estas situaciones, advierte de que hay que tener en cuenta factores como la accesibilidad, la frecuencia y lo que se conoce como “la ilusión de control” del jugador. “Hay diferentes características que hacen que un juego pueda ser más adictivo que otro. Por ejemplo, están las compensas aleatorias que tienen todos los juegos. En ellas, el resultado no depende de ti ni lo vas a saber hasta que acabes esa conducta. También hay que tener en cuenta la accesibilidad, en los juegos presenciales no es lo mismo una persona joven que vive en un pueblo en el que no tiene acceso a un salón de juegos que alguien que vive en una ciudad donde tiene un gran abanico de opciones. La frecuencia es otro de los factores, no es lo mismo jugar una vez en Navidad que estar todas las tardes en una máquina tragaperras. La inmediatez, cuanto menor sea el tiempo desde el momento en el que haces la apuesta hasta que obtienes el resultado, mayor será la posibilidad de que haya una adicción. Por último, está la ilusión de control, que ocurre mucho con las apuestas deportivas en las que las personas creen que van a acertar porque son hábiles y no son tan conscientes de que también son juegos de azar”, apunta Yeregui, que explica que la mayoría de las personas que acuden a la asociación en busca de ayuda son personas jóvenes con problemas asociados a las apuestas deportivas.

La presentación del informe también ha contado con la presencia de expertos como Jonatan García e Iraide Fernández, investigadores de la UPV/EHU que han participado en el estudio, la doctora en Psicología por la Universidad de Deusto, Ana Estévez, Jorge Flores, de la Asociación Pantallas Amigas que ha realizado una ponencia sobre la relación entre los videojuegos y las apuestas, la también psicóloga Ana Herrezuelo, de la Asociación Alavesa de Jugadores en Rehabilitación (ASAJER) e Irene Suberbiola, de la Asociación Gipuzkoana de Empresas de Máquinas Recreativas (AGUIMAR).

Según los expertos, dentro de los propios jóvenes de 18 y 30 años existen diferencias en la forma de jugar. Entre los más jóvenes hay un mayor número de personas que acceden a las apuestas online y cuyos comienzos están relacionados con el mundo de los videojuegos. Ejemplo de ello, son aquellos jóvenes que juegan al casino por primera vez a través del juego Grand Theft Auto (GTA ) en el que se puede jugar al póker, a la ruleta o a cualquier juego de ese estilo, o la cantidad de juegos online a los que se accede a través del móvil y que dan opción a pagar para poder seguir jugando o ganar más puntos, como puede ser el famoso juego Candy Crush.

Antes, una persona empezaba a jugar a los 16 años y tardaba 10 o 15 años en llegar a los centros con una problemática. Ahora, desarrollan antes los problemas

Ana Estévez Doctora en Psicología

La doctora en Psicología y experta trastornos de juegos de azar, Ana Estévez, asegura que, si bien el porcentaje de jóvenes que juega en comparación con la población en general no es muy grande -el 70,5% de la población reconoce jugar a juegos de azar frente a un 47,5% de jóvenes- el número de jóvenes que desarrollan patologías relacionadas con el juego ahora es mayor que hace unos años. “Antes una persona empezaba a jugar a los 16 años y tardaba 10 o 15 años en llegar a los centros con una problemática. En estos momentos, los jóvenes de ahora desarrollan antes un tipo de problemática y eso tiene que ver con los tipos de juego y con las apuestas que realizan”, asegura Estévez. Por su parte, Herrezuelo, lamenta que el uso de los teléfonos móviles aumenta la probabilidad de crear una adicción al juego, puesto que con ellos “puedes tener un casino en el bolsillo”. Otro de los factores que influyen, según señalan es el hecho de que los juegos online provocan más impulsividad y un mayor descontrol entre las personas que juegan.

En este sentido, los propios jóvenes que han participado en el estudio confiesan que en un determinado momento se encuentran a sí mismos apostando a cosas que no conocen “como a los caballos, sin que sepa yo nada de caballos”, señala uno de ellos. Otro indica que la posibilidad de ganar dinero incide en el hecho de jugar o no. “Le vi a un amigo que ganó 100 euros echando un euro y dije 'joder, qué cabrón'... Y al final vas tú detrás”, detalla.

La mujer en el juego: mayor de los 30 e iniciada por su pareja

En Euskadi, el porcentaje de mujeres jóvenes que ha jugado a lo largo de su vida a este tipo de juegos es del 34,4% y el 84,2% de ellas lo hacen de forma presencial. La mayoría de ellas juega a la lotería nacional (un 62,7%) a la primitiva (11,8%) o al bingo (22,2%). Según los expertos, entre las razones por las que a las mujeres no les atrae tanto el juego online está el hecho de que la publicidad de este tipo de juegos vaya directamente dirigida a los hombres, que tenga que ver con eventos deportivos en los que la mayoría de espectadores son hombres o que en los propios juegos las imágenes de las mujeres que aparecen estén hipersexualizadas.

“En la población en general el 70% de mujeres juega, por lo que hay que dejar de invisibilizar el papel de las mujeres en el juego. Sin embargo, si nos vamos a la población joven, la pauta cambia y está mucho más masculinizado”, explica la investigadora Iraide Fernández. Según Ana Estévez, con las mujeres ocurre lo que se denomina como “efecto telescópico” que implica que las que juegan comiencen a hacerlo a partir de los 30 años. Según detalla, entre las jóvenes destacan las que se inician a estos juegos porque también lo hacen sus parejas.

Es cierto que en las modificaciones incluidas en el decreto de los salones de juego se contemplan cierres de establecimientos, pero estos cierres no tienen que ser ni ahora ni de forma inmediata

Irene Suberbiola Doctora en Derecho y miembro de AGUIMAR

A pesar de que este estudio no profundiza en la situación del acceso de estos juegos a los menores de edad, sí que explica el papel de las familias en este tipo de situaciones. El 16,8% de los jóvenes que han participado en la investigación reconoce que se inició al juego estando con un familiar y el 78,6% recuerda, además, haber visto a sus familiares jugar a juegos de azar cuando eran niños. “En mi casa siempre se ha jugado al bingo en Nochevieja. Eso y luego la lotería y las quinielas”, apuntaba uno de los jóvenes. Otro, iba a más “Mi familia juega todas las semanas. Tengo un grupo de WhatsApp ahora mismo con mi familia que se llama 'Pelotilla familiar'. Cada vez que juega el Athletic ponemos dinero entre todos y el que gana se lo lleva y, si no gana nadie, va al bote y para la siguiente. Lo tengo súper normalizado”, asegura.

Este miércoles ha entrado en vigor en Euskadi la normativa que regula la distancia de 150 metros entre locales de juego y colegios. Desde el IES Miguel Unamuno de Bilbao hasta el salón de juego más cercano, hay exactamente 140 metros. No es el único local de estas características que rodea a este colegio ubicado en el centro de la ciudad. Concretamente a 250 metros, en la calle Elcano, hay otro, y un poco más adelante, justo a 400 metros del colegio, otro más. Con la nueva normativa, la única sala que debería cerrarse, en principio, es la primera.

Para Irene Suberbiola, doctora en Derecho y secretaria técnica de la Asociación Gipuzkoana de Empresas de Máquinas Recreativas (AGUIMAR), el nuevo decreto se trata de “una adaptación normativa a una situación fáctica”. “No se habían abierto todas las casas de apuestas que se deberían haber abierto en función del reglamento que hasta hace nada estaba en vigor y aún que sigue estando. La nueva normativa se trata de una adaptación a algo que desde un punto de vista práctico ya se estaba haciendo. Es cierto que en las modificaciones incluidas se contemplan cierres de establecimientos de juego, pero estos cierres no tienen que ser ni ahora ni de forma inmediata. Va a ser algo que aboque el propio mercado. No es que se tengan que cerrar 40 o 50 casas de apuestas, es que no se van a poder abrir más y aquellas que se cierren nunca más se van a poder abrir”, ha detallado Suberbiola, quien ha destacado que el “sector está concienciado en crear un juego responsable” puesto que eso es “lo único que asegurará su continuidad empresarial”.

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