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Euskadi frena los ingresos por COVID-19 aunque sigue con una alta presión tras la quinta peor semana desde la primera ola

Exterior del hospital de Basurto de Bilbao

Iker Rioja Andueza

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La presión asistencial generada por la COVID-19 sigue en niveles muy altos en Euskadi, que acaba de cerrar la quinta semana con más ingresos desde el confinamiento, 613 entre el 11 y el 17 de julio. De hecho, los hospitales vascos continúan mucho más saturados que en los picos de 2020 y 2021. Sin embargo, la interpretación más optimista es que -en línea con los datos adelantados este viernes por el Ministerio de Sanidad- la escalada de esta ola se ha detenido tras las fuertes subidas de semanas anteriores. El frenazo se traduce en 700 personas hospitalizadas este lunes por 707 de hace una semana -aunque había 637 este viernes- y en que el pico diario de entradas a Osakidetza ha bajado de 118 a 104.

En la UCI son 34 las camas ocupadas por casos críticos de COVID-19, un valor estable en relación a las 32 de la pasada semana o al pico de 37 en este ola. Son unos 27 los vascos que precisan atención hospitalaria por el virus por cada 100.000 personas. Ahora bien, este valor se ha triplicado en el caso de las personas de más edad y de más riesgo, donde ha alcanzado proporciones mayores incluso a las de la ola de Navidad, generada también por la variante ómicron del Sars-Cov-2, aunque por sublinajes diferentes. 42 de los ingresados la pasada semana tenían menos de 40 años.

En cuanto a los datos de fallecimientos, hasta el 14 de julio eran ya 7.351 los decesos totales en la pandemia sumados 86 nuevos fallecidos del 8 al 14 de julio o notificados ahora con retraso de períodos anteriores. Osakidetza, no obstante, matiza que en 49 casos la COVID-19 no ha sido la causa principal. Entre los muertos hay un joven treintañero, el vigésimoquinto fallecido en esta franja de edad en toda la pandemia. Sin embargo, las defunciones se siguen concentrando entre los mayores de 80 años. 4.960 tenían más de esa edad y para ellos la letalidad del virus es hasta del 17,4%, muy lejos de la media general que es del 1% y que arroja valores mucho más bajos hasta los 40 años.

En cuanto a la transmisión, también parece haber tocado techo. Los casos detectados del 11 al 17 de julio han sido 7.005 por 9.609 de la semana anterior y la positividad ha caído del 35% al 30%, aunque se considera ya indicativo de transmisión comunitaria cualquier dato por encima del 5%. La tasa de incidencia general -infraestimada- se queda en 745 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días, casi el doble que el umbral que supone la alerta roja. Entre los mayores de 60 años -mejor medida- asciende a 1.561 puntos y roza los 2.000 en tres franjas críticas, octogenarios, nonagenarios y centenarios. Gipuzkoa sigue presentando valores de contagio más elevados que Álava y que Bizkaia. Que la tendencia será descendente lo augura el desplome del R0 a 0,80. Este indicador muestra cuántos casos origina cada infectado y, cuando es menor de uno, adelanta una fase contractiva.

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