Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Amaia, ‘niña robada’: “Echaron de casa a mi verdadera madre cuando quiso recuperarme”

Amaia Cerejido junto a su abogado Iñigo Sancho, en el Parlamento vasco.

Eduardo Azumendi

La vida de Amaya Cerejido no ha sido nada fácil. Como ella misma dice: “He tenido una vida de sufrimiento y mentiras desde que a los cinco años descubrí que mi madre no era mi madre”. Cerejido, de 46 años de edad, es una ‘niña robada’. La Comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco ha escuchado con atención el testimonio de esta mujer, que con voz firme ha expuesto su dolorosa experiencia y el vía crucis judicial que ha tenido que superar hasta que un juez ha reconocido en una sentencia pionera su condición de ‘niña robada’. Su desgracia es que ese reconocimiento llegó tarde para su verdadera madre, quien murió antes de poder verlo.

La historia de Amaia Cerejido se remonta a 1971, cuando su madre biológica la entregó con pocos meses de vida a un matrimonio conocido de una amiga para que la cuidara de manera temporal. Su madre biológica actuó así movida por la “desesperación”, según Cerejido: “Se encontraba en una situación de vulnerabilidad económica y social. Era una madre sola en un momento en que la ley estaba de parte de los hombres. Ella tenía la intención de recuperarme una vez superados los problemas que sufría en aquel momento”.

Pero su madre adoptiva la registró como hija biológica, para lo que entregó como prueba un certificado de parto falsificado en el Registro Civil. Así se culminó el robo y su verdadera madre ya no tuvo posibilidad alguna de recuperarla. Así lo narra Cerejido: “Llegaron a echarla de casa cuando venía a verme. Llegó el momento en el que mi madre biológica no tuvo más remedio que aceptar la situación. Fue una forma de actuar ilegal y vil”.

Desprecio institucional

Cerejido ha comparecido en el Parlamento vasco junto a su abogado Iñigo Sancho, quien ha explicado los avatares judiciales por los que han tenido que pasar hasta que un juez ha reconocido la condición de ‘niña robada’. “Un juzgado reconoció en 2015 que el segundo apellido de Amaia Cerejido es Muñoz, y no el apellido que aparecía en el certificado del Registro Civil, que era falso”, comenta el abogado.

“Lo peor”, ha añadido, “son los obstáculos y el desprecio con los que nos hemos encontrado a la hora de recurrir a las administraciones para tratar de esclarecer lo ocurrido”. Una vez comenzado el litigio judicial, ya en 2011, las visitas a los juzgados fueron terribles, rememora Cerejido. “Me llegaron a tirar el DNI con desprecio espetándome que yo era una niña adoptada”, ha dicho.

Con la justicia de su parte, Cerejido y su abogado piden a los políticos que reconozcan la existencia de bebés robados y que adopten medidas para que estas personas puedan contar con la ayuda de las administraciones a la hora de buscar a sus madres biológicas, así como que se puedan beneficiar del derecho a la justicia gratuita.

Etiquetas
stats