“Hay que controlar la comida con la estimulación del ejercicio físico”
El tratamiento integral de la salud pasa por regular la nutrición, los niveles de estrés y hacer ejercicio físico regularmente. Esta es una de las ideas que Sara Maldonado, profesora de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad del País Vasco (UPV, ha transmitido durante su intervención en los cursos de verano de la UPV dedicados a la evolución de la humanidad hacia las enfermedades crónicas relacionadas con el sedentarismo. Ante la sobreabundancia de alimentación en una sociedad de consumo como la actual, Maldonado aboga por “controlar la comida con la estimulación del ejercicio físico”
Maldonado incide en la necesidad de mantener el control sobre tres aspectos de la vida: el ejercicio físico, la alimentación y el estrés. “El ejercicio físico”, explica, “debe estar integrado en nuestro estilo de vida. Es fundamental. También es necesario un control de la alimentación. Todos sabemos lo que es comer bien, pero tenemos que controlarlo y, sobre todo, las cantidades. Por otro lado, está el estrés crónico. Una cosa es sufrir un estrés agudo por una determinada situación, pero no se puede mantener a lo largo de todo el día, la semana, el mes o el año”.
La profesora admite que lo más difícil es “controlar la ingesta de la alimentación porque el frigorífico siempre está lleno. Por eso hay que controlar la ingesta con una estimulación a través del ejercicio físico”. El cuerpo humano está preparado para almacenar reservas de energía y grasa para asegurar la supervivencia del ser humano en el caso de que se sufra una carencia de alimentos. Pero en el contexto actual, en el que hay una abundancia de comida, “el hombre ingiere alimentos de manera excesiva y desordenada. Y el cuerpo continúa guardando reservas, que progresivamente se van convirtiendo en grasa acumulada”. Existen médicos que consideran la obesidad como una enfermedad, pero para la oponente “el hecho de ser obeso es lo que genera enfermedades. La enfermedad es el efecto de la obesidad”.
El 75% de la población no hace ejercicio
Las medidas contra la obesidad infantil se han convertido en una prioridad de los gobiernos en materia de salud. En el caso de Euskadi, el Departamento de Salud está elaborando un protocolo de actuación para la prevención, diagnóstico y tratamiento individual de la obesidad dentro del sistema sanitario, con implantación de “cribado, oferta, consejo, seguimiento, y derivación a servicios comunitarios, cuidando de no crear estigmas en las personas obesas”. Promover la educación nutricional y los hábitos de vida saludable en el medio familiar, escolar y comunitario e impulsar acuerdos interinstitucionales y en colaboración con la industria alimentaria y hostelera para la reducción de azúcares, grasas saturadas y sal en alimentos preparados son otras de las medidas. En la actualidad, en Euskadi un 15,3% de los niños sufre de sobrepeso y otro 11,7% de obesidad. El objetivo para 2020 es reducir esos porcentajes a un 13,8% y un 10,5%, respectivamente. En cuanto a las niñas, en estos momentos esos porcentajes son de 16,6% (sobrepeso) y 12,7% (obesidad). Para 2020, el plan quiere reducir esos porcentajes a un 14,9% (sobrepeso) y un 11,4% (obesidad).
“La sociedad actual”, añade la profesora Madonado, “se caracteriza por tener individuosa sedentarios en lugar de activos. Casi el 75% de la población no alcanza el mínimo necesario de actividad física”. Esta inactividad, altera la expresión normal de los genes, que hace que se desarrollen las enfermedades. “El genoma humano está preparado para hacer ejercicio, pero al no llevarlo a cabo, nuestro cuerpo desarrolla una resistencia a la insulina y esta no llega correctamente a las células, no oxidamos los ácidos grasos y engordamos y tenemos un sistema óseo frágil”.