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Fagor Edesa, el último fiasco de José Luis Bilbao

José Luis Bilbao(en el centro) posa junto a Iruarrizaga y Rementeria. /Bizkaimedia

Alberto Uriona

Bilbao —

El caso de Fagor Edesa ha sido el último fiasco con una empresa protagonizado por el diputado general de Bizkaia José Luis Bilbao. En el caso de la planta de Basauri, el anuncio lo quiso realizar personalmente y ante los trabajadores, acudiendo la noche del miércoles a la planta de Basauri donde se mantienen encerrados. “Todo el resto del grupo va a la liquidación y al cierre. Lo que podíamos hacer hoy es evitar que a Edesa le pasase lo mismo y es lo que hacemos con este aval”, explicó ante la euforia de los operarios. Horas antes, en una reunión con el Gobierno vasco y los tres diputados generales de Bizkaia, Álava y Gipuzkoa, el Grupo Mondragón había anunciado que toda la cooperativa de Fagor Electrodomésticos (1.830 trabajadores), en la que está integrada Edesa, se iba irremediablemente al concurso de acreedores.

Con el anuncio de Bilbao, la planta de Basauri era la única de las cinco en Euskadi de la cooperativa que se salvaba. Apenas 48 después, Fagor Edesa se va con el conjunto de Fagor Electrodomésticos al concurso de acreedores. El aval de tres millones ofrecido es insuficiente para la viabilidad de la planta, según ha concluido la cooperativa tras más de 12 horas y dos días de reuniones internas.

El anterior fracaso de José Luis Bilbao costó 2,5 millones de euros a las arcas públicas. Y fue también un aval, como el que se quería utilizar en Fagor Edesa. Entonces, en 2009, la ayuda fue para una papelera de Zalla, Pastguren, con graves problemas económicos y 150 trabajadores. Las negociaciones con el Gobierno vasco y la Diputación de Bizkaia se sucedieron durante largos meses sin llegar a una solución y, con el cambio en Vitoria de gobierno y la entrada del PSE, la institución foral vizcaína decidió actuar por su cuenta, sin comunicarlo previamente al Ejecutivo vasco con quien había venido trabajado: concedió un aval de 2,5 millones a Pastguren. Una decisión que justificó José Luis Bilbao por “la inacción del Gobierno”.

La figura del aval es un instrumento excepcional para la Diputación y, de hecho, en Bizkaia solo se ha utilizado dos veces en los últimos 11 años (la primera fue en 2002 y se dirigió a la compañía creada por los trabajadores después del cierre de Mecánica de la Peña. Ascendió a 2,6 millones de euros). La segunda, la de Pastguren, tuvo además el ejemplo contrario al que se buscaba, ya que los acreedores vieron en el aval una vía para cobrar sus deudas y forzaron el concurso de acreedores. En solo cuatro meses, la empresa fue a concurso y en 2011 acabó liquidándose. Pese a los esfuerzos y diversas negociaciones posteriores (el más serio un planta de biomasa) no ha habido manera de atraer un proyecto empresarial.

La gestión tampoco fue afortunada con una empresa situada junto a Pasguren, la planta de Virtisú, también del mercado de la papelera y con 105 trabajadores. La Diputación de Bizkaia adquirió en 2006 las instalaciones y la maquinaria por un importe de 15 millones de euros, con el compromiso de que la filial de la compañía Jofel mantuviera la actividad de la factoría y los 105 puestos de trabajo. La compra (la empresa siguió en la instalación pero en régimen de alquiler) se hizo ante la amenaza del traslado de la producción a Barcelona. La empresa lleva en un ERE desde este año y los trabajadores dejaron de cobrar sus nóminas hace un año.

La operación de Fagor Edesa no dejará ningún agujero económico, como todas estas, pero ha mutilado de cuajo la esperanza de 220 trabajadores.

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