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PP+Cs encara el escrutinio definitivo en Euskadi con opciones de arrebatar el último escaño de Bizkaia a EH Bildu

Diana Urrea, en un acto de la pasada campaña

Iker Rioja Andueza

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La coalición de PP y Ciudadanos (PP+Cs) encara con muchas opciones de arrebatar un escaño a EH Bildu en Bizkaia el escrutinio definitivo de las elecciones vascas, que se celebra este viernes en las Juntas Electorales de las tres circunscripciones desde primera hora de la mañana. El proceso, al que asisten apoderados de los partidos, consta de dos partes: el recuento del voto emitido por residentes en el extranjero y la subsanación de errores en el escrutinio de las mesas electorales del domingo. De producirse el vuelco, la coalición EH Bildu pasaría de 22 a 21 representantes y Diana Carolina Urrea (integrante del partido Alternatiba) dejaría su asiento al líder de Ciudadanos en Euskadi, Luis Gordillo. Ello elevaría de 5 a 6 los electos de PP+Cs (cuatro 'populares' y dos naranjas) y amortiguaría una parte del duro golpe electoral recibido el domingo por la candidatura de Carlos Iturgaiz.

La ventaja de EH Bildu respecto a PP+Cs de cara a la obtención del escaño 25 por Bizkaia es de apenas 108 votos, según el escrutinio provisional. Y, según fuentes de la Junta Electoral consultadas por elDiario.es/Euskadi, un simple vistazo a los resultados ya revela que, por error, no se han atribuido a PP+Cs unos 110 votos de dos mesas de Bilbao. La más importante es la mesa 6.2.a de la zona de Abandoibarra, un barrio en el que PNV suele ser la primera fuerza política y el PP la segunda. En esa mesa la suma de papeletas y el número total de votantes no coinciden: faltan 100. Asimismo, el archivo informático de recuento habla de 111 sufragios para PP+Cs por los 11 que constan en el acta inicial. En el segundo caso, otra mesa también de Bilbao, se han atribuido una decena de votos de más a la coalición abertzale. Otros partidos no implicados dan por hecho el cambio en el escaño.

Una vez subsanados esos errores -EH Bildu también ha peinado todo el territorio de Bizkaia y seguramente haya más incidencias- entra en juego también el escrutinio del voto emitido en el extranjero. Son pocos votos en relación al censo. A 12 de julio, únicamente se habían tramitado 1.324 papeletas de un censo CERA de 40.393 personas, muchas menos que en otras elecciones debido a las dificultades del voto rogado y los problemas añadidos por la pandemia, que han hecho que no haya llegado ni un solo voto de países enteros como Cuba o Venezuela.

En esta categoría, el PP suele obtener mejores resultados que EH Bildu. Así ocurrió al menos en las elecciones generales de noviembre de 2019 y también en las de abril, en ambos casos sin sumar los apoyos a Ciudadanos. En la cita con las urnas de noviembre, la más reciente, PP y Ciudadanos sumaron 504 votos y EH Bildu 282. Además, la izquierda abertzale pelea por su séptimo escaño y PP+Cs por el segundo, lo que obliga a EH Bildu a lograr 3,5 papeletas por cada voto recibido por Iturgaiz debido al sistema D'Hondt.

En cuanto a las otras dos circunscripciones, en Álava sí que hay una diferencia relativamente pequeña entre el PNV -ahora en poder del último escaño- y EH Bildu. Son 226 votos, aunque el censo de esta provincia es mucho menor que el de Bizkaia. Es más, el total de votos extranjeros solicitados es de solamente 341. En el caso de Gipuzkoa, el último parlamentario lo logró Elkarrekin Podemos-IU frente a EH Bildu, a los que separó una distancia de 1.466 votos. Son 1.904 las papeletas procedentes de otros países que se recontarán este viernes en la Junta Electoral guipuzcoana.

Los partidos vascos ya tienen interiorizado que nunca hay que lanzar las campanas al vuelo en la noche electoral. Lo sabe bien el PNV, que en las autonómicas de 2016 cedió un escaño a última hora a EH Bildu, el de Leire Pinedo (de EA). En una mesa de Bermeo el PNV logró 280 votos y EH Bildu 131, según el único acta del escrutinio, levantada por una apoderada de la coalición abertzale. Pero el dato que se comunicó fue de 280 a 31. Se destruyeron las papeletas y no hubo ningún registro documental de esos datos. Finalmente, se adoptó una decisión salomónica: anular la mesa entera y dejar el marcador en 0 a 0. Por éste y por otros motivos, el PNV se dejó el escaño 29 y, con él, la mayoría absoluta con el PSE-EE, algo que ha echado en falta en toda la legislatura. En las generales de noviembre de 2019 el PNV también logró inicialmente 7 escaños pero, tras el recuento del voto CERA y algunas correcciones en las mesas, tuvo que ceder un asiento por Bizkaia al PP, a Beatriz Fanjul.

Algo más atrás en el tiempo, más decisivo todavía fue lo ocurrido en las autonómicas de 2009 en el recuento definitivo de Álava. En el mismo trámite que se realizará este viernes, el PSE-EE arañó 129 votos más que los del escrutinio provisional y pasó a 47.524 votos. Por su parte, EA -entonces en solitario- creció en 13 votos y llegó a un total de 5.280. Como lo que estaba en juego era el noveno escaño socialista, el sistema D'Hondt dejaba el coeficiente de la candidatura de Patxi López en 5.280,44, solamente unas centésimas por encima de EA. Merced a ese recuento 'in extremis', el PSE-EE logró mayoría absoluta sumados los escaños del PP y López llegó a ser lehendakari.

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