Francisco Romero, el extremeño que contagió a varias generaciones con el espíritu de la libre enseñanza
El franquismo no solo acabó con su vida. También puso empeño en borrar el legado de una figura indispensable para entender la reforma educativa de la II República y los valores de la Institución de Libre Enseñanza.
Poco se sabe del extremeño Francisco Romero, amigo personal de Antonio Machado, con quien fundó la Universidad Popular de Segovia. Las últimas investigaciones le muestran como una ‘eminencia’, catedrático en la escuela de Magisterio de Guadalajara e impulsor de un modelo que apostaba por una transformación social desde la educación. Fue asesinado por un grupo de falangistas el 20 de agosto de 1936 con 57 años.
Francisco Romero puede sentirse orgulloso allá donde esté porque sus conocimientos siguieron retumbando en las mentes de varias generaciones. Su manual de metodología de las matemáticas y procedimientos de cálculo mental continuó siendo un libro de cabecera en escuelas del mundo rural. Entre ellas en el aula del padre de Isabel Pérez.
Esta investigadora extremeña lleva casi un año sumergida en archivos de toda España para reconstruir la voz dormida de Francisco Romero. Sus restos acaban de ser enterrados en su localidad natal, Santa Marta de los Barros (Badajoz), tras ser recuperados junto a los de otras seis personas de 'la fosa de los maestros' de Cobertelada (Soria). Cobertelada (Soria)Allí la Asociación soriana de memoria histórica ‘Recuerdo y Dignidad’ logró exhumar los restos con el dinero recaudado con un crowdfunding y el apoyo solidario de muchas personas.
Su mujer, Carmen García Arroyo
Cuando se analiza la trayectoria de Francisco resulta fundamental hablar de su esposa, Carmen García Arroyo, otra destacada docente que dirigió la Fundación Tercero Torres de Santa Marta. Nacida bajo los parámetros de la Institución de Libre Enseñanza, estuvo dedicada a formar y educar. Universalizar la educación.
Ambos fueron becados para el estudio de la pedagogía moderna en otros países, como Francia, Bélgica y Suiza y publicaron un nutrido número de artículos sobre los orfelinatos o las escuelas de párvulos en el extranjero. Mostraron su preocupación precisamente por la educación desde el párvulo, por ser la base del futuro del hombre y de la mujer.
Todo este acervo de sabiduría fue transferido a las asambleas de Madrid, en la Escuela Superior de Magisterio. Se presentó un ambicioso proyecto de renovación didáctica y de reforma educativa en la República. La idea era planificar un nuevo sistema al que se incorporaron las aportaciones del extremeño y su esposa. También el testigo de nombres tan importantes como Pedro Chico, Rodolfo Llopis, María Maeztu o Carmen Burgos.
Institución de Libre Enseñanza
Se trata de un momento en que el Magisterio se integra como un estudio universitario y se profesionaliza por completo. Explica la investigadora Isabel Pérez que su legado que se basa en su amor por la escuela. Por la defensa de una educación laica y el germen de lo que hoy se conoce como coeducación. Se suma el fomento de la convivencia entre niños y niñas, entendiendo que debían crecer de la mano. Un sistema donde era fundamental la educación física y los hábitos saludables. El fomento de la higiene y la salud.
Eran enemigos del estudio memorístico, que “sólo sirve para perder el tiempo”. Defendían la base del conocimiento desde la experimentación. Que la infancia estuviera en contacto con la flora y la fauna. Amantes de los escaparates de sabiduría a través de los museos pedagógicos, con la mineralogía y los animales presentes en el aula.
Con libros escolares de lectura y una ventana abierta al mundo y la sabiduría popular. Un profundo trabajo pedagógico que al franquismo no le interesaba porque estaban educando a personas libres.
Amigo de Machado
Es destacable la vinculación de Francisco Romero con Antonio Machado porque permite valorar su figura como intelectual y su entrega absoluta al magisterio. Con Machado compartió pensión y tertulias, y en su honor el escritor sevillano compuso uno de sus epitalamios más conocidos: el Epitalamio para las bodas de Francisco Romero.
La investigadora Isabel Pérez lleva meses sumergida en los archivos de la Residencia de Estudiantes y la Escuela de Magisterio de Badajoz. Su trabajo científico será expuesto en el boletín de la Academia de Extremadura por encargo de su presidenta, Carmen Fernández-Daza.
Hasta el momento sitúa a Francisco Romero como un militante socialista, que fue en las listas del partido en 1931 por Ciudad Real, dentro de la coalición republicano-socialista. También hay constancia de su vinculación a la masonería en Madrid, adonde viajaba con asiduidad. En el expediente que le abre el franquismo se le trata como prófugo, aunque también se le acusa precisamente de masón.
Cuando estalla el golpe militar de los franquistas se encontraba en Pamplona desarrollando su labor pedagógica y regresa de inmediato a Guadalajara para encontrarse con su mujer. No llegó a concluir el camino. Fue detenido en Soria.
Puede hablarse sin censura de una represión planificada y perfectamente organizada hacia Francisco Romero y todos los maestros de la República. El franquismo “entendía que habían corrompido la sociedad española”, explica la historiadora.
Tras el asesinato del extremeño, su mujer Carmen García Arroyo se fue al exilio. Un devenir similar al que siguieron otras figuras destacadas de la labor pedagógica, como es el caso de Rubén y Jacinta Landa, hermanos de la desaparecida Matilde Landa.
Exhumación de los restos en Santa Marta
Semanas atrás se celebró en Santa Marta un acto homenaje para inhumar sus restos y darles el descanso merecido, con la presencia de sus nietos llegados desde Canadá. Fue un momento muy especial porque sus descendientes, que hasta hace poco no conocían el legado de su abuelo, recibieron un ejemplar del libro de pedagogía de las matemáticas. Da la casualidad de que uno de ellos también es matemático en la actualidad.
En el cementerio, con motivo del entierro de los restos, tomó la palabra la alcaldesa de Santa Marta, Ana Belén Cabañas Noriega, junto al monolito que rinde homenaje a las víctimas de la represión franquista. La regidora mostró sus respetos a la familia y agradeció la labor de todos lo que se han visto implicados en este proyecto de reparación de la memoria de este insigne vecino. “Así como la de todos los que día tras día siguen trabajando para poner nombre y dar dignidad a todas aquellas personas, muertos y desaparecidos forzosos, que entregaron su vida en la defensa de la democracia bajo el yugo de la represión, informa el ayuntamiento”, señala el Consistorio en un comunicado.
Isabel Pérez señala que es de justicia reconocer todo el trabajo que han realizado en este proceso la Asociación soriana de memoria histórica ‘Recuerdo y Dignidad’, con su presidente Iván Aparicio García a la cabeza. También quiere destacar el nombre de Montse del Río Arrabal, de la Sociedad de Ciencias Arandazi de Euskadi.