Cuando un Luigi deprimido explora el opresivo universo de Super Mario
Una pantalla con un diseño conocido se abre ante tus ojos. En la parte inferior, un personaje de píxel gordo que forma parte de tu vida: Luigi, el hermano fontanero de Mario. Camina como lo hacía antaño, pero parece que no tiene la misma energía. Ya no corre.
Sí, Luigi parece cansado, triste, apesadumbrado. Con las teclas de izquierda y derecha de tu teclado lo mueves a uno y otro lado. El ambiente en los diferentes escenarios no es el más atractivo, porque las antiguas nubes blancas en un cielo azul se han visto sustituidas por un deprimente negro.
Luigi puede mirar al cielo. Cuando pulses la flecha hacia arriba, el bigotudo levantará la cabeza y podremos leer sus reflexiones, hechas con la mirada perdida. Puede pensar sobre el desolado paisaje (“¿Hubo alguna vez pájaros aquí?”) o, peor aún, recordar algunas de las motivadoras frases que su hermano Mario le decía (“¡Somos los amos de nuestros destinos, Lu!”). Porque Mario no aparece por ningún lado.
En esto consiste 'Ennuigi 1.0', en recorrer varios escenarios reconocibles de los juegos de plataforma de Super Mario con un Luigi meditabundo y aburrido ('ennui' significa 'tedio' en inglés y francés). A través de esos escenarios que han perdido el azul cielo y las simpáticas estrellas y champiñones, Luigi reflexiona sobre su existencia y la de su hermano. Para ello, ya lo hemos dicho, debemos pulsar la flecha hacia arriba. Si queremos que, simplemente, agache la cabeza, dé una calada a un cigarrillo y expulse el humo, pulsemos la flecha hacia abajo. La desolación no puede ser mayor.
¿Quién está detrás de tan curiosa idea? El estadounidense Josh Millard, un desarrollador de videojuegos y músico que ha planteado un plataformas poco convencional. Según cuenta a HojaDeRouter.com, cuando era pequeño las aventuras de Mario y compañía fueron el “primer gran videojuego” que cayó en sus manos, y exprimió sus cartuchos hasta la saciedad. Hace unos cuantos años le vino esa imagen de un Luigi que fumaba cigarrillos, a la vez que pensaba en la condición de eterno secundario que tenía el tipo de la gorra verde.
“Sentía que era una manera interesante de mirar de forma diferente a un universo de dibujos felices”, cuenta Josh. El joven explica que, si pensamos en todas las partes tristes que tiene la vida humana (“luchas humanas, depresiones… Todo el lado oscuro de la vida”), “no hay nada de eso en los juegos de Super Mario”. Además, no conocemos las motivaciones de los personajes, qué les carcome por dentro (más allá de rescatar una princesa o ganar una carrera de coches, claro). Habrá que crearlo, entonces.
Por ello, además de interrogarse por su hermano, Luigi se pregunta cuándo fue la última vez que comió, de dónde salen tantos castillos o “¿qué es un reino sin gente para proteger?”. Porque el fontanero de camisa y gorra verdes ni siquiera puede entrar al castillo para terminar su nivel o buscar a Peach:
El juego no tiene mucho misterio, ya que solo podemos leer frases existencialistas y deprimentes, fumar y movernos a izquierda o derecha. No podemos sortear los obstáculos, como aquellas escaleras desde las que nos lanzábamos a los mástiles de algunos finales de nivel, y ni hablar de los tubos por los que aparecían plantas carnivoras o donde nos desplazábamos a otros niveles.
Las frases que pronuncia Luigi son de invención de Josh. Algunas de ellas están inspiradas en otros escritores o artistas, como el poeta estadounidense William Carlos Williams. Todas ellas rezuman ese halo de tristeza, de depresión, de un personaje que está solo en un mundo conocido pero sin ningún aliciente.
Josh cree que en el universo de los videojuegos hay suficientes personajes para realizar versiones depresivas. Él apunta a los protagonistas de las aventuras de Zelda y de Metroid Prime. Ve posibilidades creativas, pero de momento no desarrollará un juego sobre ellas, ni siquiera otro protagonizado por algún miembro diferente de la 'troupe' de Super Mario Bros. Aunque, eso sí, no descarta traducir 'Ennuigi 1.0' al español.
“He estado pensando en la idea durante cuatro años y encontré algo que era fácil de hacer en dos días”, concluye Josh. La gente que se acerca a él para darle su opinión expresa su agrado, quizá por ver a Luigi en un papel tan diferente y alejado de lo habitual. Quien quiera pasar un rato de filosófica existencia videojueguil, solo tiene que darle al 'play' y perderse entre las reflexiones de un eterno secundario.
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La imagen que aparece en este artículo es propiedad de Joselyn Anfossi Mardones