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Trump busca colocar a uno de sus fieles como jefe de espionaje en plena campaña de presión sobre el origen del virus

John Ratcliffe a su llegada al Senado para someterse a la sesión de confirmación para el puesto de director nacional de inteligencia.

Javier Biosca Azcoiti

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El Senado de EEUU ha celebrado esta semana la audiencia de confirmación de John Ratcliffe, el elegido por Donald Trump en febrero para ocupar el cargo de director nacional de inteligencia. La Cámara Alta, dominada por el Partido Republicano, tomará la decisión en los próximos días, en plena campaña de presión del Gobierno de Trump sobre los servicios de inteligencia para confirmar la versión de que el coronavirus se creó en un laboratorio en Wuhan, China.

La Oficina del Director Nacional de Inteligencia se creó tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 para supervisar las 16 agencias de inteligencia de EEUU y sirve como principal asesor del presidente en esta materia. Esta es la segunda vez en la que Trump intenta nombrar a Ratcliffe para el cargo. En la primera ocasión, el congresista republicano por Texas se retiró antes de la audiencia en el Senado tras revelarse que había inflado su currículum y tras ser acusado de partidista. Su afinidad con Trump es un punto a favor, ya que otros altos cargos de la comunidad de inteligencia han tenido que dimitir o han sido cesados tras contradecir al presidente.

En el pasado, Ratcliffe presumía de haber sido nombrado como el segundo congresista más conservador de los 535 miembros de la Cámara de Representantes y el Senado por el think tank Heritage Action for America. “Lo bueno del historial de voto es que es público. Me presenté al Congreso porque quería llevar los valores conservadores texanos a Washington. Para mí, este ranking dice que estoy escuchando a la gente a la que juré representar”, afirmó entonces. En su biografía también presume de coordinar “una operación que llevó al arresto de 300 inmigrantes ilegales en un solo día”.

La primera prueba de fuego de Ratcliffe si es finalmente confirmado para el cargo será su posición ante la campaña de presión del presidente Trump, que alega que el coronavirus se creó en un laboratorio de Wuhan. El presidente asegura que tiene pruebas y que EEUU pronto publicará un informe “concluyente”. “No sé si lo compartiré con vosotros [prensa]”, afirmó. Del mismo modo, tampoco informó de la naturaleza de esas pruebas que supuestamente apuntan al laboratorio. La tesis principal de la Organización Mundial de la Salud es que el virus emergió de un mercado de comida de manera natural. “La OMS debería estar avergonzada porque actúa como la agencia de relaciones públicas de China”, afirmó Trump.

Poco después de aquellas declaraciones, la Oficina del Director Nacional de Inteligencia publicó el siguiente comunicado: “La comunidad de inteligencia coincide con el amplio consenso científico de que el virus COVID-19 no fue creado por el hombre o genéticamente modificado”. Sin embargo, la siguiente frase señala: “La comunidad de inteligencia continuará examinando rigurosamente nuevas informaciones e inteligencia para determinar si el brote comenzó a través del contacto con animales infectados o si fue el resultado de un accidente en un laboratorio en Wuhan”.

Durante su sesión de confirmación en el Senado, Ratcliffe dijo que no había visto ninguna prueba que confirmase que el virus salió de un laboratorio. Poco después aclaró que tampoco había visto pruebas de que saliese de un mercado. “Veo a China como la principal amenaza ahora mismo. Miren dónde estamos con respecto a la COVID-19 y el papel que juega China, el 5G, la ciberseguridad... todos los caminos llevan a China”, afirmó. “Una de mis prioridades es comprobar si estamos dedicando los suficientes recursos al poder emergente que supone China. Quieren suplantarnos como superpotencia internacional”, añadió. Tras la sesión, el Comité de Inteligencia del Senado votará su candidatura y si se aprueba, esta pasará a votación entre los 100 senadores.

Ceses en inteligencia tras contradecir al presidente

El nuevo candidato ha destacado por ser uno de los más fieles defensores de Trump durante el proceso de impeachment. El actual director nacional de inteligencia interino, Richard Grenell, también es una persona leal al presidente, pero ha sido criticado por no tener experiencia en el sector de la seguridad y la inteligencia. Sus dos antecesores, Joseph Maguire y Dan Coats cayeron tras llevar la contraria al comandante en jefe.

Durante el juicio político al presidente, Ratcliffe criticó con contundencia a la persona que alertó por los canales oficiales sobre la famosa llamada entre Trump y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Esta llamada desencadenó las sospechas sobre las presiones de Trump a Ucrania para lograr una acusación pública de este país contra Joe Biden por corrupción. Ratcliffe afirmó en varias ocasiones que el 'whistleblower' estaba mintiendo.

En este sentido, el candidato ha asegurado esta semana ante el senado: “Si soy confirmado como director nacional de inteligencia, todos los whistleblowers del pasado y del futuro tendrán todas las protecciones bajo la ley. Son muy importantes”. Trump también despidió al inspector general de inteligencia, Michael Atkinson, por informar al Congreso sobre la denuncia del 'whistleblower' en el tema ucraniano.

El anterior director nacional de inteligencia, Joseph Maguire, fue destituido tras celebrar un briefing con información clasificada en el Congreso en el que alertó a los representantes de que Rusia ya estaba intentando interferir en las elecciones de 2020. Según informan varios medios, Trump pensó que los demócratas podrían usar esa información contra él y decidió apartar a Maguire del cargo. El Gobierno negó esta teoría y alegó que se trataba de un requisito legal necesario porque Maguire no había sido confirmado en el Senado.

El anterior director, Dan Coats, renunció tras contradecir a Trump públicamente en varias ocasiones. Defendió a las agencias de inteligencia cuando señalaron que Rusia había interferido en las elecciones de 2016 a favor de Trump. En una declaración ante el Senado Coats también dijo que era poco probable que Corea del Norte renunciase a su armamento nuclear, que Irán no estaba dando pasos para construir la bomba nuclear y que ISIS todavía tenía fuerza en Siria.

Todas estas afirmaciones contradecían en cierto modo las evaluaciones públicas del presidente. Al día siguiente, Trump llamó a los líderes de la comunidad de inteligencia “pasivos e ingenuos”. “¡Quizá la inteligencia debería volver a la escuela!”, afirmó.

Tras su renuncia, Trump pensó en Ratcliffe, pero no pudo ser. “Nuestro gran congresista está recibiendo un trato muy injusto por parte de los débiles medios de comunicación. En lugar de sufrir meses de calumnias y difamaciones, le expliqué a John lo miserable que sería para él y su familia tratar con esta gente”, señaló Trump tras anunciar que retiraba su candidatura.

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