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De los aplausos a la luz en los balcones: los vecinos de Madrid que se adelantan al encendido navideño de Almeida

La calle Gonzalo de Berceo, en el barrio de Ascao (Madrid), repleta de luces justo después del encendido navideño organizado por los vecinos en la noche del 21 de noviembre.

Guillermo Hormigo

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Madrid da oficialmente la bienvenida a la Navidad el jueves 24 de noviembre con el encendido de las luces en más de 230 puntos de la ciudad. Unos días antes, el lunes 21, vecinos de Ascao (en el distrito de Ciudad Lineal) se les adelantaron. Fue un alumbrado más modesto, sí, ya que no había más presupuesto que el bolsillo de los implicados. Pero detrás de esta iniciativa tan de barrio hay una historia de solidaridad y unión que representa como pocas el famoso espíritu navideño.

La idea lleva desarrollándose desde 2020 de la mano del grupo Vecin@s Siempre Junt@s, creado apenas unos meses antes. ¿Un proyecto comunitario que echa a andar el año de la pandemia? No solo eso: el confinamiento fue su origen y durante un tiempo su razón de ser. Lo cuentan Mary Carmen Melero y Vicente Aguado, directores de la compañía de teatro Tatira y dos de los principales impulsores de todo esto.

“Nosotros, que somos actores e intentamos ser creativos, no solo nos limitamos a aplaudir a las ocho. Un día Vicente sacó un ukelele, otro día yo me puse con la pandereta...”, dice Mary Carmen. Viven en un bajo, así que para buscar mayor visibilidad pidieron a la vecina del primero (que se marchó al pueblo) si podían subir a su terraza todos los días durante los aplausos. Esta se mostró encantada, les dijo que pidieran las llaves a otra vecina del inmueble y les agradeció que trajeran “vida al barrio”.

Así, empezó ese ritual diario que se dio en tantos bloques. “Aquello se convirtió sin darnos cuenta en algo que nos estimulaba en el día a día, una válvula de escape. Celebrábamos cumpleaños, hacíamos brindis, organizamos un bingo... Incluso creamos una canción, ¡Quédate en casa! ¡Quédate!, que se convirtió un poco en himno del barrio”, relata Mary Carmen.

En una época donde se tiende a ser algo cínicos con esta etapa, ridiculizando ese movimiento espontáneo en los balcones de todo el país, ellos siguen recordando con cariño anécdotas como las bodas de oro de unos vecinos. Tuvieron que cancelar todo lo que tenían previsto para celebrar sus 50 años de matrimonio, pero la comunidad no quiso que se quedaran sin homenaje. De este modo, cuando empezó la desescalada y pudieron salir a pasear, los vecinos hicieron sonar la marcha nupcial mientras la pareja recorría la calle bailando un vals. Por supuesto, no faltó el ramo de flores para completar un día tan especial.

Algo especialmente significativo frente a quienes desprecian el ambiente de apoyo mutuo de aquellos meses es que el “enlace especial” que formaron a raíz de la pandemia no se ha terminado con la nueva normalidad. Todo lo contrario, se han sumado personas que no participaron en ese ambiente del confinamiento: “Cremaos Vecin@s Siempre Junt@s y ahora tenemos un grupo de WhatsApp con 90 personas, redes sociales y un canal de YouTube”.

Hay una comunión en nuestra calle a raíz de la pandemia que es digna de de disfrutar, y que ahora intentamos mantener

La familia de Vicente es de la zona y siempre ha vivido por aquí, pero para Mary Carmen estas vivencias le han supuesto un verdadero descubrimiento: “Aunque llevaba aquí 15 años, como siempre voy con prisas no conocía a la gente del barrio. Ahora salgo por el portal y le pregunto a Nuria qué tal la niña, o a Julia cómo está de la cadera. Hay una comunión en nuestra calle a raíz de la pandemia que es digna de de disfrutar, y que ahora intentamos mantener”.

Con este vínculo, señala Mary Carmen, buscan aconsejarse o ayudarse mutuamente. Hace poco, por ejemplo, una conocida tuvo covid por segunda vez y se han organizado para atenderla: “Por el grupo puso que le había hecho mucha ilusión que Merche [otra vecina] le llevara unas naranjas para hacerse un zumito”. También fomentan divertirse, para lo cual organizan caminatas los domingos o “cervejueves” para apoyar los bares del barrio.

Fue así como surgió el encendido navideño de 2020, el primero que organizaron en el barrio para dar luz a una de tantas calles donde no llegan las que coloca el Ayuntamiento. “Colgamos unas luces que teníamos de un espectáculo infantil de una terraza a otra en la entrada de la calle y animamos a todo el mundo a dar ese toque de color desde sus casas”, explica Mary Carmen. Vivió una bonita jornada cantando villancicos con sus vecinos mientras recordaban lo que habían vivido desde la anterior Navidad.

En 2021 intentaron que el evento fuese “un poco más potente”, con más luces y un altavoz con el que animar las calles del barrio un ratito de manera muy navideña. Pero lo más especial fue que se anticiparon un día al alumbrado del resto de Madrid, que tradicionalmente tiene lugar el último jueves de noviembre. “Hasta salió en televisión que nuestra calle, Gonzalo de Berceo, había hecho algo pionero: adelantarse al encendido municipal”, comenta orgullosa Mary Carmen.

Este año planearon desde el principio que se sumase más gente. Para ello, han empapelado el barrio con panfletos que anuncian el acontecimiento. Han comprado varios rulos de luces y animan a los comercios a participar, pero de momento es una actividad completamente altruista para la que ceden su tiempo y sus recursos. Plantean que en el futuro cada vecino aporte algo simbólico de forma voluntaria para sostener esta bonita tradición espontánea.

“Queremos que nuestro barrio tenga alegría, color y vida”, aseguran ilusionados, ya que como expresa Mary Carmen alegóricamente “te asomas por la ventana y las luces son como brazos que se unen a las terrazas de enfrente”. Vicente añade que “frente a la frialdad que había antes, parece que aquí ha cuajado un poquito el espíritu de saber del de al lado”. Seguramente justo en eso consiste el espíritu navideño.

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