Asfalto, terrazas y peatonalización: la pugna abierta por un socavón que corta la Cava Baja desde diciembre

El pasado mes de diciembre, a la altura del número 21 de la Cava Baja, apareció un gran agujero en el asfalto. Para evitar accidentes, el Ayuntamiento de Madrid cercó el socavón y la calle quedó cortada. Desde el 22 de diciembre, fecha en la que se instaló la valla, no se puede acceder a la calle con vehículos, una situación que imposibilita tanto el tránsito de vecinos como la carga y descarga de camiones en la zona con más bares de la capital. 

Unas obras de saneamiento en la finca ubicada en el número 27 fueron las que provocaron la aparición del boquete. La comunidad de propietarios se desentendió del asunto, achacando la responsabilidad del arreglo al Ayuntamiento. Los vecinos de la calle se hicieron eco de la situación en redes sociales, ya que el socavón ha sido durante más de dos meses un absoluto quebradero de cabeza para los habitantes de la Cava Baja.

“Existen serios riesgos para personas y edificios contiguos”, denunciaba en Twitter un vecino. La crispación por el asunto ha aumentado estas últimas semanas, ya que hasta el pasado 16 de febrero no comenzaron las obras de reparación. El Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento ha dado el primer paso para poner una solución al asunto.

Aunque consideran responsables a los vecinos del bloque afectado, han iniciado una reparación por acción sustitutoria. “Imagino que luego pasarán la factura a la comunidad de propietarios”, señala Saturnino Vera, presidente de la Asociación de Vecinos de Cavas, “los vecinos dirán que es cosa del Ayuntamiento y el Ayuntamiento que es de ellos”, añade. 

Ambos tiran balones fuera, imposibilitando un tránsito seguro por la calle. El gobierno municipal se ha visto obligado a iniciar los trabajos pertinentes para la reparación ante la supuesta “inacción vecinal”, unas obras que llevan en marcha casi dos semanas.

Mientras tanto, algunos ciudadanos achacan este tipo de incidentes a las consecuencias que ha traído la Operación Asfalto que se llevó a cabo en 2021 en esta y otras calles del centro. Con esta intervención se cambiaron los adoquines por asfalto para una mayor accesibilidad de vehículos pesados, una acción que supuso una división de opiniones. Mejoras en el tráfico a costa de mayores temperaturas en verano y calles repletas de coches, con todo lo que ello conlleva. 

El socavón no solo ha traído consigo críticas, también ha abierto un debate: peatonalización sí o no. La Cava Baja es la calle con más bares de Madrid, 50 establecimientos en tan solo 300 metros. Hace tan solo unas semanas esta vía de La Latina era escenario del reconocimiento a uno de sus aclamados hosteleros, Lucio Blázquez. La calle ya se encontraba cortada por el socavón, lo que propició un acto mucho más relajado sin coches de por medio.

Este es un ejemplo de las comodidades que ha traído consigo la aparición del boquete para algunos habitantes de la calle, como es el caso de los hosteleros. A pesar de que el suministro de los bares ha tenido que llegar en carretilla en vez de en furgoneta o camión hasta la puerta de los establecimientos, la desaparición de los coches durante estos dos meses ha sido positiva para el gremio.

En este debate surgen diferentes posiciones. Los beneficios de una zona sin tráfico son numerosos, pero la peatonalización de una calle como la Cava Baja puede traer consigo la aparición de más terrazas y más turistas, una lacra contra la que luchan diariamente los vecinos del barrio. “La calle estará mejor sin coches, pero mucho ojo con estas peatonalizaciones, que convierten la calle en un parque temático de terrazas”, comenta un usuario de Twitter. 

Los hay más optimistas que creen que este cambio mejoraría la vida de los vecinos en todos los aspectos, aunque ya se ha podido comprobar el efecto de la peatonalización en otras calles como la de Carretas, en las inmediaciones de Sol. Convertir esta zona del casco histórico madrileño en un segundo Ponzano no es una opción para la mayoría, que abogan por una solución inmediata al socavón.