El Patio Maravillas okupa San Mateo 24 para denunciar la falta de espacios públicos en Malasaña
Hace unos meses, el muralista Rey de la Ruina escribió la frase “EL PATIO VIVE” junto a uno de sus famosos corazones en la puerta de entrada al último Patio Maravillas, el que estuvo en Divino Pastor 9 por unos meses. El lugar fue desalojado en agosto del año pasado por la Policía Nacional y, desde entonces, El Patio negociaba con el Ayuntamiento de Madrid la cesión de un espacio para desarrollar su actividad, de forma legal.
Pero los tiempos institucionales son lentos, y aunque el partido gobernante -Ahora Madrid- sea más sensible que Botella o Gallardón a las demandas de los muchos grupos que integraban el Patio Maravillas, la posibilidad de cesión se iba desdibujando con el tiempo y con varias negativas del Ayuntamiento en tres espacios concretos: el palacete de Alberto Aguilera 20, el de la calle Gobernador y los 3.000 m2 sin uso del Conde Duque.
De forma paralela, el proyecto del Patio Maravillas se iba desdibujando y disgregándose en otros espacios. Porque la falta de un espacio físico en el que juntarse estaba acabando poco a poco con su fuerza. Hasta este 12 de noviembre, en el que el movimiento ha vuelto a okupar un edificio en el número 24 de la calle San Mateo. Bajo el lema “El Patio Vive”, como decía aquel graffiti de El Rey de la Ruina.
“Un centro social sin centro social no es un centro social”, reza el manifiesto con el que reivindican su nuevo espacio, un ataque a la deriva de Malasaña que, desde su punto de vista, no ha detenido con el cambio de gobierno la dinámica privatizadora y de pérdida de los espacios públicos. “Hemos visto cambiar dramáticamente el barrio de Malasaña, el barrio que nos vio nacer, víctima de la voracidad empresarial, de los intereses inmobiliarios y del expolio de los bienes comunes con la aprobación, o el impulso, de las distintas administraciones locales, autonómicas y estatales”, explican.
El edificio okupado, que tenía tapiadas todas sus entradas de las plantas baja y primera, se encontraba cerrado desde hace tiempo. Pertenece a una fundación que, según fuentes del Patio Maravillas, debería haberlo dedicado a fines asistenciales hace años. Su interior se encuentra en estado de abandono, pero no tiene riesgo de derrumbe, por lo que después de un intenso acondicionamiento, podrá albergar las actividades habituales que tenía el Patio Maravillas.
El nuevo edificio se encuentra en la confluencia de la calle San Mateo y de la Travesía de San Mateo, justo enfrente de la entrada al Museo del Romanticismo. Como primer acto, los miembros de este colectivo han invitado a vecinos de la zona y colectivos interesados a un encuentro informal a las 13.00 de este sábado.
Una normativa “cobarde e insuficiente”
Una normativa “cobarde e insuficiente”
El Patio critica duramente en en el comunicado publicado al equipo de Carmena, al que acusa de aprobar una normativa “cobarde e insuficiente” para la cesión de espacios a colectivos sociales. En San Mateo 24, el Patio apuesta por “aportar un espacio de autogestión ciudadana para la ciudad” y “poner el acento en este edificio como símbolo del fracaso de unas políticas públicas que favorecen la especulación a costa del bienestar de la ciudadanía”. Dos ejes sobre los que ha girado la acción de este movimiento desde hace nueve años, cuando se instaló en la calle Acuerdo y después en Pez.
Su labor, en tiempos en los que el antiguo equipo de Gobierno privatizaba edificios públicos en Malasaña, fue muy valorada por los vecinos, comerciantes y asociaciones, que llegaron a pedir en una carta a Manuela Carmena la cesión de un lugar para el Patio Maravillas en Malasaña, el barrio en el que desarrolló multitud de actividades culturales, sociales y políticas, además de constituirse como una de las escasas alternativas al ocio nocturno para adolescentes y jóvenes de la zona.
El Patio Maravillas lleva sin espacio físico desde hace más de un año, cuando fue desalojado de Divino Pastor 9, un inmueble malvendido a precio de escándalo por el Ayuntamiento de Madrid. Desde entonces ha negociado con el Ayuntamiento de Madrid la cesión de un espacio sin haber alcanzado ningún acuerdo. Se le llegó a ofrecer Alberto Aguilera 20, pero el entorno de Carmena cortó la operación por la presión mediática. La alcaldesa negó haber tenido conocimiento de estas conversaciones cuando anunció que el lugar albergará la Casa de México.
Más información:
Más información:
0