Prueba del nuevo Peugeot E-2008: salto cualitativo
A veces, un cambio que se antoja pequeño puede traer consigo un auténtico salto de calidad. Eso es justamente lo que ha conseguido el grupo Stellantis al introducir en varias de sus marcas un nuevo sistema de propulsión eléctrica que incrementa la potencia de su motor de 136 a 156 caballos y la capacidad de su batería de 50 a 54 kW. La ganancia no parece gran cosa, pero en la práctica se nota, y bastante.
En el caso del Peugeot E-2008, que hemos tenido ya la oportunidad de probar en días pasados, la llegada de la nueva cadena cinemática no implica la desaparición de la antigua, que se mantiene disponible en versiones un poco más asequibles (cuestan 1.450 euros, a igualdad de acabado) que operan como de acceso a la gama eléctrica del modelo.
Los más observadores tal vez hayan advertido que la variante 100% eléctrica del 2008 ha dejado atrás la e minúscula inicial que lucía hasta ahora y adoptado una E (mayúscula) que viene a subrayar la mayoría de edad a la que accede el vehículo gracias a esta puesta al día.
El salto adelante que experimenta tiene menos que ver, a nuestro entender, con la potencia que con la ampliación de la autonomía entre recargas. La nueva batería de 54 kW reporta 402 kilómetros de alcance en la versión GT que hemos probado, por 345 km del modelo de 50 kW, cifras que en la práctica -o sea, en conducción real- rondan los 350 y los 300 km, respectivamente.
De nuevo, puede no parecer una mejora como para tirar cohetes, pero, teniendo en cuenta la influencia que sobre cualquiera ejercen las barreras psicológicas, y más cuando entra en juego la conocida ansiedad del coche eléctrico (más bien de su autonomía), no es lo mismo un registro que el otro. Naturalmente, cada cual juzgará si el desembolso de adquirir la variante más potente y de batería más grande merece la pena, o si puede apañarse con la más modesta y cargarla con algo más de frecuencia.
En cuanto al aumento de potencia, de 136 a 156 CV, desde luego se aprecia en las reacciones del E-2008, aunque la respuesta instantánea que distingue a cualquier eléctrico diluye un tanto la percepción de lo que una y otra versión son capaces de ofrecer. Las dimensiones compactas del coche, que mide 4,3 metros de longitud, y su relativa ligereza (1.625 kilos en versión GT) lo confirman en cualquier caso como un modelo sumamente ágil en todo tipo de entornos, y especialmente en ciudad.
El consumo de energía es prácticamente el mismo en las dos variantes, de entre 15,2 y 15,4 kWh/100 km según el equipamiento embarcado, y se ajusta mucho al que se puede obtener en el uso real siempre que el usuario no sea de los que conduce a base de pisar a fondo el pedal del acelerador y luego frenar bruscamente, una práctica que no hace buenas migas con el vehículo eléctrico en general.
El 2008 está a la venta en versiones de gasolina de 100 y 130 caballos y diésel de esta última potencia. Las eléctricas de 136 CV parten de 38.140 euros y las de 156 CV, de 39.590, ambas en acabado Active. El rango de precios alcanza por arriba los 42.940 euros, correspondientes al modelo más potente en terminación GT.
Funcionalidad de coche grande
Una de los aspectos que distinguen al nuevo 2008 es que la capacidad del maletero es la misma en cualquiera de las variantes, ya sean de combustión o eléctricas, y de los acabados: 434 litros que son dignos de destacarse en un coche de su tamaño y que, además, se sirven en unas forman completamente regulares. El doble fondo de que dispone es perfecto además para guardar los cables de carga en el caso de las versiones eléctricas.
A este respecto, conviene indicar que la batería de 54 kW admite la misma potencia de carga en corriente continua, 100 kW, que la de 50 kW y que con ella se recupera el 80% de la energía, partiendo de cero, en media hora. En corriente alterna soporta un máximo de 11 kW, con la que la recarga completa pasa ahora de 4,5 a 5,75 horas.
Además de un notable volumen en el maletero, el E-2008 proporciona un espacio interior generoso para cuatro personas, y la amplitud para las que se sientan detrás sorprende en un vehículo de estas dimensiones. Muchos usuarios harían bien en valorar si este modelo compacto no cumple casi las mismas funciones que otros más voluminosos y también más costosos, ya sea de la familia Peugeot o ajenos a ella.
Terminamos con una mención al siempre controvertido Peugeot i-Cockpit. Como hemos escrito aquí en más de una ocasión, este puesto de conducción agrada más o menos dependiendo sobre todo de la estatura del conductor y la posición que adopta al volante.
En esta actualización del 2008, quien esto escribe, de poco más de 1,80 metros de altura y una postura en general muy erguida, disfrutaba de una buena visión del cuadro de instrumentos en su totalidad al quedar el volante, colocado lo más bajo posible, justo por debajo de esa pantalla digital. Eso sí, en esto -como en casi todo-, cada uno tendrá su propia opinión.