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Golpes bajos y ganchos de izquierda en el segundo debate de los ‘rectorables’

La periodista Encarna Talavera (La 7 Televisión Región de Murcia), junto a los candidatos a rector de la Universidad de Murcia.

Santiago Cabrera Catanesi

Pedro Lozano, Emilio Martínez, José Luján, Pablo Artal y José Antonio Gómez se han vuelto a ver las caras en el segundo encuentro organizado por el Club de Debate de la Universidad de Murcia. Los candidatos a rector chocaron los guantes bajo los focos del salón de actos del Centro Social Universitario del Campus de Espinardo, en un debate dirigido por la periodista de la 7 Televisión Región de Murcia, Encarna Talavera.

Este segundo round dialéctico consiguió subsanar los errores del primero: los púgiles estaban más relajados y centrados, con un mejor control de los tiempos y con ganas de asestar unos cuantos directos. Pese a que el comienzo del encuentro estuvo marcado por la pauta de presentación de los candidatos en tres minutos, en este tiempo los cinco ‘rectorables’ se aclimataron para lo que sería un debate prometedor.

Folletos de la discordia y encuentro fallido con el CEUM

Fueron dos las claves que hicieron de este encuentro más dinámico, tanto para los oyentes presentes como los digitales (con picos de más 2000 personas en la web de la Universidad de Murcia): el debate abierto de 25 minutos y las preguntas de los medios de comunicación a los candidatos.

José Luján, catedrático de Derecho de Trabajo y la Seguridad Social, abrió el tiempo de coloquio libre defendiendo su posición por diferentes flancos. Sacó a la palestra los polémicos folletos repartido en la Universidad de Murcia, donde el resto de candidatos eran señalados por llevar entre sus filas a miembros acusados de tráfico de infuencias, acoso, explotación laboral…documento que no solo rechazó sino que condenó.

Además, hizo una mención directa a una controversia producida con el Consejo de Estudiantes de la Universidad de Murcia (CEUM). La misma mañana del debate, la secretaria general del órgano estudiantil, Sara Quesada, hacía llegar un correo a la comunidad universitaria en el que señalaba directamente a la candidatura de Emilio Martínez y José Luján como responsables de no haberse cerrado un debate coordinado por el CEUM, que se centraría en el alumnado.

La polémica se originó a raíz de los acuerdos internos de cada candidatura: José Luján era el responsable de intervenir en todos los debates que se sucedieran, mientras que Emilio Martínez se negaba a formar parte de este encuentro, relegando en su vicerrector de estudiantes. Si bien el resto de candidatos se mostraron abiertos a los diferentes formatos, no se pudo llegar a acuerdo. José Luján criticó este comunicado, acusando al CEUM de posicionarse en contra de dos candidaturas y de un presumible condicionamiento de voto.

Si bien la estrategia del catedrático se basó en una buena defensa desde el comienzo, la premura en su movimiento dejó un hueco abierto al resto de contrincantes. Una de las respuestas a sus argumentos que más sonaron en el patíbulo fue la de Pablo Artal, catedrádito de Óptica, que arengó al resto de candidatos a confirmar en ese mismo momento el debate del Consejo de Estudiantes. A esta invitación se sumó José Antonio Gómez, catedrático de Biblioteconomía y Documentación, recriminando que desde su candidatura se habían aceptado varios encuentros y que finalmente no se habían podido hacer, señalando sutilmente al resto de ‘rectorables’ como responsables de su no realización.

La importancia de la mujer en la universidad

Otro de los puntos fuertes en el debate abierto fue la igualdad en la comunidad universitaria y la necesidad de visibilizar a la mujer. Uno de los primeros en mencionar el tema fue José Luján, que hacía colectivo su mensaje: “seguro que no nos gusta a ninguno que no haya mujeres entre los candidatos” manifestó el catedrático. Tras sus palabras esperaba Emilio Martínez, catedrático de Filosofía Moral y Política, que criticó a Luján que no llevará políticas de igualdad en su programa. De hecho, el catedrático de Derecho de Trabajo y la Seguridad Social sí menciona la necesidad de activar un nuevo Plan de Igualdad de Género en su programa, sin profundizar.

Por otra parte, Pedro Lozano, catedrático de Bioquímica y Biología Celular, se manifestó a favor de la figura de la mujer en el ámbito universitario y de políticas que contribuyesen a una inclusión mayor. Pero fue Gómez quien marcó el ritmo en este punto del debate, que no solo se comprometió mediante las medidas integradas en su programa a visibilizar a la mujer, si no que apoyó públicamente la Huelga Feminista del 8 de marzo e interpeló al resto de candidatos a que hicieran lo mismo.

¿Dimitir o no dimitir? Esa es la cuestión

El ambiente estaba caldeado y todos los contendientes habían conseguido encontrar su lugar en el debate. Por si cabía alguna duda, Encarna Talavera tenía algunos ases en la manga guardados para soltar en el momento indicado. Uno de ellos fue preguntar si un candidato a rector debía dimitir de su puesto, haciendo referencia a un foco clave del debate anterior: la compatibilidad de Pedro Lozano como decano de la facultad de Química en su carrera como rector de la universidad simultáneamente.

El catedrático de Bioquímica parecía preparado para ello y colectivizó su situación señalando a Pablo Artal como director de un organismo de investigación y a José Luján como presidente del Consejo Económico y Social (CES), ambos ocupando sus puestos mientras se posicionaban como posibles rectores. Luján, que dimitió como decano de la facultad de Ciencias del Trabajo, aseguró no haber empleado su puesto en el CES en favor de su candidatura, mientras señalaba que miembros de otras candidaturas “llevaban semanas haciéndolo”.

Ante este cruce de golpes, José Antonio Gómez se sumó señalando que no solo habría dimitido de sus cargos para presentarse, sino que había firmado ante notario no emplear las ‘puertas giratorias’ para acceder a cargos público tras su presumible paso como rector en la universidad, decisión a la que se sumó 'ipso facto' Emilio Martínez.

La financiación universitaria y el ‘gatopardismo’

Otro de los puntos fuertes del debate fueron las intervenciones de Pablo Artal. Al catedrático hay que reconocerle su labor en el primer encuentro, con el que marcó el ritmo y nivel dialéctico trasladado al segundo debate. Artal buscó el enfrentamiento a corta distancia con los candidatos, encontrando más resistencia que en el primer encuentro.

Por un lado, intentó poner entre las cuerdas a los 'rectorables' preguntandoles cómo negociarían el techo de gasto público y si sabía cuánto dinero necesitaba la universidad. Emilio Martínez respondió que si bien no tenía datos exactos del techo de gastos, se debía negociar el porcentaje de ingresos con respecto a las tasas que se cobra a los estudiantes, situada en un 28% en la UM y en un 8% en la UPCT. Además, hizo mención de la media nacional, en torno al 0,8%.

Por otra parte, Artal protagonizó uno de los momentos más tensos del debate aludiendo al ‘gatopardismo’ de los candidatos, e incidiendo en que la única que hará auténticos cambios en la universidad será su candidatura. Este gesto fue aplaudido y abucheado a partes iguales por el público. Tras una interpelación de Emilio Martínez, considerando el calificativo como una “falta de respeto”, el catedrático de Óptica ha matizado que no era su objetivo ofender. Finalmente, Artal ha rematado su discurso añadiendo que con su puesto a rector no busca ser alcalde de Murcia, en referencia al actual primer edil del municipio murciano y antiguo rector de la UM, José Ballesta.

Cara a cara con los medios

El segundo plato del debate lo sirvieron los principales medios de la región: La Opinión, Cadena Ser, La Verdad, Onda Regional y Eldiario.es, que interpelaron directamente a los candidatos con preguntas de actualidad. Un espacio sin maquillar en el que la prensa puso a prueba los conocimientos y capacidades de los 'debatientes'.

Emilio Martínez dió su opinión sobre la negociación en la Ley Regional de Universidades y la falta de acuerdo entre el organismo público y privado, además de la necesidad de marcar unas líneas en favor de lo púbico.

Pablo Artal estructuró las directrices en su objetivo por entrar en el ranking 500 de las universidades del mundo, y de no perder como universidad pública frente a la UCAM.

Pedro Lozano tuvo que responder frente a la polémica concesión de la plaza de catedrático del ex alcalde imputado en el ‘caso Umbra’, Miguel Ángel Cámara, al habérsele acreditado sus años de docente y su trabajo como investigador mientras era alcalde durante 20 años. A este respecto, cercioró que es la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación) quien da validez a su actividad como investigador, mientras que en el caso de la docencia se aludió a un cuestión normativa aprobada en la época del rector José Antonio Cobacho.

José Luján defendió que no hay universitarios que sobren y la necesidad de continuar la formación. Asimismo se mostró a favor de desarrollar un grupo de trabajo que permita precisar las competencias más acertadas de cara nuevos puestos de trabajo.

José Antonio Gómez incidió en la necesidad de aumentar las prácticas para los estudiantes, optimizando la tutorización y creando un ‘semillero’ de empresas que les permita tomar contacto con el ámbito laboral.

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