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Las asociaciones ecologistas valoran la compra de Cabo Cope por parte de ANSE: “No es la primera vez que el movimiento ecologista adquiere propiedades”

Cabo Cope / V. García (ANSE)

Elisa M. Almagro

Murcia —

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La compra de Cabo Cope por parte de ANSE ha generado todo un debate en las redes sociales, agudizado por el análisis de Pedro Costa Morata publicado por este medio. El artículo, y una parte del ecologismo, considera que no tiene sentido adquirir este terreno en el municipio murciano de Águilas a la banca pública, por una parte, mientras que por otra, considera que no va a evitar que Iberdrola continúe con su proyecto de edificar sobre La Marina de Cope. Diversos ecologistas y expertos en sostenibilidad han aportado su visión sobre el tema.

Bernardo Robles, expresidente de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza Caralluma, explica los orígenes de la polémica: “Dentro del movimiento ecologista hay una corriente muy crítica con este tipo de actuaciones”. Para los que defienden la postura de Costa, “la protección ambiental no puede depender de que se vayan comprando propiedades para protegerla”.

Según Domingo Jiménez Beltrán, ex director general de la Agencia Europea del Medioambiente, “estamos hablando de percepciones distintas de un asunto, no creo que se trate de dos tipos de ecologismo”. Para él la filosofía del ecologismo radica en “adaptarse y adecuarse a las leyes de la naturaleza. Creo que eso es lo que hay que buscar en las acciones”.

Robles coincide con esta postura: “Las dos visiones son acertadas y complementarias y se aplican en distintos contextos”, y recuerda que “no es la primera vez que el movimiento ecologista adquiere fincas o propiedades”. WWF, quien ha apoyado a ANSE en este compra, ya adquirió en 1963 la Reserva Biológica de Doñana. El antiguo presidente de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza Caralluma admite que en su sociedad ecologista se han planteado adquirir una finca “como una herramienta naturalista para conservar bienes puntuales”.

Federico García Charton, miembro de Equo RM, va más allá: “No entiendo que si un grupo de forma autónoma y legítima decide tomar una decisión como ésta sean atacados por otros”. Coincide en que “la administración es la encargada de velar por el patrimonio natural de todos, pero este Gobierno ha evitado dar ese paso”. Beltrán se suscribe a esta idea: “La Región de Murcia es una de mejores regiones de Europa, pero también la que tratamos peor y gestionamos peor”.

Pedro García de ANSE, que ha preferido no valorar el contenido del análisis de Costa Morata, asegura que su asociación lleva “20 años” en una campaña para que la zona sea declarada como parque natural: “Nos reunimos con las administraciones la anterior legislatura para que adquirieran Cabo Cope y Marina de Cope. Como no funcionó decidimos emprender este paso”.

Desde ANSE, una asociación ecologista y naturalista que nació en 1973, subrayan que “esta medida es compatible con otras, las administraciones tienen que jugar un papel muy importante”.

“El Mar Menor también es un espacio público”

Pedro Costa Morata, aguileño y pionero en la lucha contra el programa nuclear en España, reitera su postura: “No se puede demostrar que dándole marcha a los principios liberales de conservación de la naturaleza”. Y añade que “son los poderes públicos los que deben responsabilizarse en primera instancia”. En su opinión, una zona “con tres protecciones” no se estaría salvando por la compra de ANSE.

Pedro García discrepa: “Incluso si hubiéramos conseguido que las administraciones hubieran comprado estos terrenos, no es una garantía de conservación necesariamente”. Recuerda que “el Mar Menor es un espacio público y está machacado. En su día Marina de Cope era un espacio natural protegido y fue desclasificado. La bahía de Portman era de todos y fue completamente destruida por los vertidos durante el régimen franquista”.

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