La era de internet y de las redes sociales están cambiando el mundo que conocemos, y también afecta a la realidad política. El dinamismo de las conexiones y la posibilidad de acceso a contenidos de forma ilimitada ha permitido que puedan acceder a la escena política nuevos actores políticos. Primero fue la UPD de Rosa Diez, después CS y Podemos, un poco más tarde VOX, y por último el fenómeno que ya están detectando las encuestas en lo que ha se denominado la España vaciada.
En las últimas elecciones generales la plataforma cívica Teruel Existe, constituida en agrupación de electores, obtuvo un diputado y dos senadores en la provincia de Teruel. Con la situación actual del Parlamento, en la que cada escaño es importante, esta agrupación conseguirá inversiones importantes para la provincia en los Presupuestos Generales que se van a aprobar próximamente.
No se inventa nada nuevo, ya que esta forma de concebir la política nacional coincide con lo que han hecho desde los años ochenta los nacionalistas vascos y catalanes, a los que se han sumado últimamente los regionalistas cántabros y los canarios.
El movimiento de la España vaciada engloba actualmente a 160 plataformas y se ha extendido por una treintena de provincias, y ya empieza a ser detectado por las empresas demoscópicas las cuales les llegan a atribuirle ya en torno a cuarenta diputados.
El marketing de este movimiento es simple, pero efectivo. En lugar de elegir a diputados o senadores de los partidos nacionales, los cuales por regla general están más pendiente de no ofender al partido ni al líder de turno, se vende la idea de que es mejor elegir a representantes que se centren exclusivamente en sus intereses territoriales, los cuales pueden obtener beneficios para sus regiones, sobre todo en los tiempos en los que es difícil de obtener mayorías absolutas.
Ante este fenómeno caben varias reflexiones.
En el ámbito nacional no creo que sea beneficioso el triunfo electoral de este fenómeno, ya que convertiría las Cortes Generales en un mercado persa, abandonado el proyecto de vida en común que es una nación y prescindiendo de forma obscena de cualquier elemento ideológico, que bajo mi punto de vista, debe prevalecer en la acción política.
Esta quiebra del sistema vuelve a poner de manifiesto que la democracia española establecida en la Constitución del 78 debe de avanzar, debilitando el poder absoluto que ahora mismo tienen los aparatos de los partidos en la confección de las listas electorales. Los parlamentarios provinciales apenas rinden cuentas a los electores de su provincia, y la mayoría de éstos pasan de forma inadvertida por la Cortes, sin ser reivindicativos para los intereses de sus electores y molestando lo menos posible para poder repetir en las listas en las siguientes elecciones.
Otra forma de solucionarlo sería exigiendo un porcentaje nacional mínimo para obtener representación política en el Congreso. Si no se hiciera este cambio, los partidos minoritarios con presencia nacional seguirían siendo los más perjudicados del sistema electoral actual, como sucedió en su momento con IU y en las últimas elecciones con CS. Esta reforma tendría que venir unida a la reforma del Senado para aumentar su protagonismo en el proceso legislativo en determinadas materias y fomentar el carácter de Cámara de representación de carácter territorial.
Y la segunda reflexión es si este modelo tendría cabida en la Región de Murcia. Un análisis sincero de la evolución de la Región desde 1978 nos llevaría a todos los murcianos al diván del psicólogo. Si repasamos los grandes temas de la política nacional en los que existían intereses regionales, podremos observar la poca influencia de los políticos murcianos. Un ejemplo sería el de la política de los trasvases tan necesaria para la Región. Y el otro el de la política ferroviaria, con la llegada del AVE tarde, recordemos que en otras provincias de España lo disfrutan desde hacer treinta años, y por Alicante, que hace que en la práctica el viaje a Madrid dure tres horas y media, cuando duraría mucho menos si transcurriera por Albacete. Me temo que muchos murcianos seguiremos yendo en coche a Albacete para coger el AVE allí, lo cual es un poco humillante.
No cabe duda de que en la Región de Murcia tendría cabida un partido de estas características, ya que es complicado que estemos peor de lo que estamos, consecuencia del poco peso que han tenido los políticos regionales en la política nacional. Otra cuestión sería si esto sería positivo o no en la Región, esto dependería de los actores, de su forma de actuar y de los resultados que puedan obtener.
En fin, estamos viviendo tiempo convulsos en política, en los que la aparición de nuevos actores políticos hacen que cambien las reglas de juego, y se aceleren los cambios políticos. La parte buena es que los que seguimos la política no nos da tiempo para aburrirnos, y si hay algún momento de calma, a los murcianos siempre nos quedará para entretenernos el encendido debate en las redes sociales sobre los adornos navideños y el intento de agresión al ficus de Santo Domingo.
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