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El juicio por abusos sexuales en un colegio del Opus se transforma en un proceso contra el denunciante

El acusado del 'caso Gaztelueta', esperando al inicio del juicio

Iker Rioja Andueza

“Le voy a explicar cómo funciona un juicio. Nosotros enjuiciamos lo que usted declara hoy, no lo que ha declarado con anterioridad. El enjuiciamiento depende casi en exclusiva de lo que usted declare aquí y ahora. Estamos muy familiarizados, desgraciadamente, a llamar a las cosas por su nombre y noto que usted, por educación o pudor, refiere las cosas de manera algo ligera”. Así se ha dirigido al denunciante el presidente del tribunal que juzga los presuntos abusos sexuales cometidos por un profesor en el colegio del Opus Dei Gaztelueta de Leioa a este exalumno que cursaba primer ciclo de Secundaria. El trance para la víctima, que hoy cuenta 22 años y que ahora ha podido iniciar sus estudios en la Universidad tras varios años académicos perdidos por sus problemas psicológicos, no ha sido para nada sencillo.

Su testimonio, contundente y de varias horas de duración, ha incluido nervios e incluso lágrimas. Primero ha preguntado el fiscal, Alejandro Torán, luego su letrada, Leticia de la Hoz, después el abogado del profesor denunciado, Eduardo Ruiz de Erenchun, y finalmente el juez Alfonso González Guija. Ha sido en esta parte final cuando el magistrado le ha recordado lo importante de los “detalles” y de evitar las contradicciones, hasta el punto de que cuando relataba un episodio muy concreto y ha explicado que el docente le pidió que se bajara los pantalones le ha recriminado que no haya mencionado si eso incluía también bajarse la ropa interior. También ha preguntado si los primeros expertos que le trataron no le inspiraron confianza suficiente como para relatarles unos abusos que sólo terminó de confesar en 2015, cuando cumplió la mayoría de edad y dio el paso de acudir a presentar una querella contra su extutor en Gaztelueta.

Antes de la víctima ha declarado el imputado, que se expone a un máximo de cumplimiento efectivo de 10 años de prisión. Pero la Fiscalía pide menos cárcel, tres años. El fiscal ha planteado algunas preguntas duras, como la de por qué no permitió a los forenses que examinaran su cuerpo cuando presentó las denuncias. El interrogatorio de Torán a Cuatrecasas ha sido más largo que el que ha practicado a Martínez Sanz. Torán le ha preguntado por las acusaciones concretas y, tras negarlas el docente, no ha formulado repreguntas.

Según ha explicado el letrado Ruiz de Erenchun a los periodistas al término de esta primera vista del juicio, que se prolongará hasta el jueves de la próxima semana, una de las claves han sido las nuevas “contradicciones” que ha detectado en el relato del denunciante. En sus preguntas al joven ha tratado de ponerlas en evidencia y, además, ha sugerido que ya tenía tratamiento médico por problemas psiquiátricos con carácter previo a los cursos 2008/2009 y 2009/2010, cuando ocurrieron las tutorías que han motivado estas denuncias.

El abogado ha adelantado ya otra de las bazas que la defensa esgrimirá en el juicio: el papel de su familia. Ya ha mencionado que incidirá en un ‘blog’ del padre del joven con contenido supuestamente pornográfico –aunque no ha explicado la relación de ello con los tocamientos de un profesor a su hijo- y ha sugerido que la madre le incitó a inculpar a Martínez Sanz. Ambos progenitores declararán este viernes y, según denunciaron en los días previos al juicio, se sienten juzgados y examinados.

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