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Diferentes enfoques

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Hay quienes afirman que estamos ante las puertas de un nuevo orden mundial y que la situación que estamos viviendo no se resuelve con medidas transitorias.

Dicen también que la pandemia del coronavirus nos ha enseñado muchas cosas, entre otras, que la unidad es la única forma de combatir al bicho y al resto de problemas que nos afecten a todos como habitantes del planeta.

No sé si en el resto de países se ha empezado a vislumbrar esa unión. Lo que es en este país nuestro, parece ser que no. Ya hemos comprobado como en pleno auge de la pandemia, los partidos de la oposición de la bancada de la derecha y extrema derecha se dedicaban a poner trabas a las decisiones del Gobierno mientras que en el resto de países de la Unión Europea todos los partidos políticos apoyaban a sus gobernantes fuese del signo que fuese.

Una de las consecuencias de la guerra de Ucrania es que está provocando el desbarajuste económico en que estamos inmersos, también llamado crisis económica. Me pregunto si es achacable en su totalidad a la guerra de Ucrania las subidas de precio de productos básicos o esta lo que ha hecho es profundizar lo que se nos venía encima.

Ante el incremento del IPC, la Unión Europea ya ha empezado a tomar medidas. Una de ellas es la de imponer un impuesto especial sobre los escandalosos beneficios que las compañías energéticas están obteniendo gracias a la coyuntura actual. La medida viene propuesta por la derecha europea. Pero la derecha local, el PP, Vox y Ciudadanos, se han opuesto desde el primer momento a la implantación de este impuesto cuando salió como propuesta del Gobierno de este país nuestro. Una vez que se han enterado de que la medida parte de la Unión Europea, se lo han pensado mejor (sobre todo el líder del PP) y la van a apoyar.

Queda claro que para hacer frente a la crisis cada ideología propone sus soluciones. La derecha española plantea bajar impuestos para hacer más llevadera la crisis. Sería buena idea si la bajada de impuesto repercutiera sólo a los sueldos más bajos, y no de forma generalizada. Así por ejemplo, el PP andaluz ya empieza a mostrar en toda su plenitud su rostro neoliberal y ha suprimido el Impuesto de Patrimonio que, por cierto, ya sólo lo pagaban las grandes fortunas. La izquierda, en cambio, aboga por subir los salarios para que la crisis se note menos en los bolsillos más precarios.

Ya se sabe que la derecha española es la valedora de los intereses empresariales. La derecha española está más por la labor de que todos mejoremos, pero sin que los beneficios empresariales se vean mermados. ¿Cómo? Bajando impuestos, pero con contención salarial.

Algunas propuestas de la izquierda, como la subida de impuestos a las empresas que han disparado sus beneficios, ya ha sido admitida como una parte de la solución. Porque a ver, si bajamos los impuestos, lo Público queda mermado por falta de presupuestos. Pero si subimos los sueldos que nos sirva ( además de sobrellevar la subida del IPC) para pagar los impuestos, podremos mejorar nuestra Sanidad Pública, nuestra Educación Pública, nuestras infraestructuras Públicas, nuestras pensiones Públicas...

La fórmula que propone la derecha sólo consigue deteriorar todo lo Público.

Si se adopta un impuesto a las empresas energéticas, la viabilidad de estas no se pone en riesgo, y, sin embargo, ese incremento si que puede ir dirigido a solucionar muchos problemas de la ciudadanía, como sería colaborar en el sostenimiento del estado del bienestar cuyo deterioro, desgraciadamente, está siendo palpable.

Subvencionar está bien, pero si las personas o las entidades, se aseguran unos ingresos dignos y suficientes, las ayudas sobran. Si hay que elegir entre la Caridad y la Solidaridad, siempre hay que apostar por la segunda.

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