De la dignidad y la trashumancia ideológica

Se define la trashumancia como: “el desplazamiento estacional de rebaños”. Se considera rebaño, al referirnos a comportamientos del ser humano, cuando estos comportamientos tienen una base más emocional que racional, siguiendo las influencias de grupos a los que imitan de forma espontánea. Hay estudios que resaltan el hecho que basta que un 5% del grupo lance una idea para que el 95% restante lo siga sin cuestionarlo.

En este pastoreo ideológico la extrema derecha basa su estrategia para movilizar a las masas con discursos que centran sus mensajes en el nacionalismo, el miedo, la xenofobia o la tradición, anteponiéndolo a la amenaza que supone el pluralismo, la inmigración, la ideología de género y los cambios sociales con los que amenazan la izquierda. Utilizan el miedo a la pérdida de identidad y seguridad para generar apoyo, mientras restringen libertades o derechos a las minorías para consolidar el nacionalismo mediante agendas autoritarias y para ello buscan un enemigo común, a los que colocan en el centro de la diana de una base social que se siente maltratada por el sistema democrático liberal, da igual que sea el feminismo, la inmigración masiva, el comunismo/socialismo, o determinadas clases políticas a las que consideran elitistas. Para ello no dudan en utilizar estrategias de comunicación agresivas e influir de esta manera en el debate público y así llegar a conseguir el poder político.

En este escenario pre-distópico se producen oscilaciones continuas de ciudadanos que intenta adaptarse a determinados corrientes ideológicas en función de necesidades o carencias que no son suplidas por los partidos tradicionales y que trae como consecuencia que este espacio sea ocupado por aquellos partidos que aparecen con un discurso cuya estrategia consiste en manipular el descontento social, mezclando un enfoque liberal en materia económica y la defensa del nacionalismo más radical, usando una retórica que simplifica problemas complejos.

Estos pastores ideológicos, que surgen a la sombra de situaciones económicas complejas, ignoran lo esencial del ser humano, la dignidad, sobre la que descansa el respeto a los demás y la propia conciencia a la hora de actuar, de modo que se propicie una sociedad justa y libre que ayude a crear unas condiciones óptimas para que se fortalezcan los derechos humanos y contribuya a suprimir las desigualdades. y contribuya a suprimir las desigualdades.