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Desembarco de líderes nacionales en la campaña de Castilla y León donde Yolanda Díaz tendrá un solo acto

Candidatos de Castilla y León y los líderes nacionales de los partidos

elDiario.es Política

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Castilla y León entra formalmente en modo electoral este viernes tras la llamada a las urnas para el 13 de febrero decidida unilateralmente por Alfonso Fernández Mañueco en una jugada con la que el PP persigue acabar definitivamente con Ciudadanos y encadenar victorias electorales que desgasten al PSOE. Después vendrá Andalucía. Los socialistas se esfuerzan por alejar el debate nacional y aseguran que “hay partido” si mantienen la movilización de su electorado y la derecha se divide. Las próximas semanas habrá un desembarco de líderes nacionales en Castilla y León en una competición autonómica en la que por primera vez entran en juego las plataformas de la España Vaciada. 

Pedro Sánchez participará en cuatro actos de campaña tras haber reducido su presencia en las semanas previas. Al candidato socialista, Luis Tudanca, no le interesa que la campaña en Castilla y León se juegue en clave nacional. El líder del PSOE, que no estará en la apertura de campaña, protagonizará un acto en Zamora el sábado, el central el domingo siguiente en León; acudirá el 9 de febrero a Soria, donde temen que la plataforma de la España Vaciada les haga un roto importante, y en el cierre en Valladolid. 

El PSOE ha preparado un importante despliegue de ministros por todo el territorio –nueve de ellos harán campaña– así como dirigentes socialistas, como la exvicepresidenta Carmen Calvo o el líder del PSC, Salvador Illa, además del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que ya ha estado en un acto en Salamanca y tiene previstos al menos dos más en su tierra. 

También Unidas Podemos tirará de los miembros del Gobierno, especialmente de Irene Montero y Ione Belarra, que serán las que tengan mayor presencia en la campaña: acudirán al arranque este viernes y al cierre del 11 de febrero. Además, cada una realizará por separado una visita a un municipio de Valladolid. En el acto final de la campaña estaba planificada la asistencia del ministro de Consumo, Alberto Garzón, pero su participación está en el aire tras dar positivo en Covid.

Por ahora no está prevista la presencia de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en un acto conjunto con el resto de ministros. La líder de Unidas Podemos en el Ejecutivo tiene programado –por el momento– un único acto. Se celebrará junto al candidato, Pablo Fernández. Díaz ha optado por un papel discreto en unos comicios que pillan a Unidas Podemos en un momento de transición, sin que haya cuajado aún el proyecto que prepara para las elecciones generales de 2023 y en un territorio en el que no espera un gran resultado. La agenda también es complicada para la vicepresidenta, que se encuentra en plenas negociaciones para la reforma laboral que están por ahora lejos de cerrarse con el ‘no’ que mantienen los socios de la investidura y la pugna en el seno de la coalición ante la posibilidad de que la medida estrella de la ministra de Trabajo salga adelante con el apoyo de Ciudadanos. 

La gran batalla está entre el PP y el PSOE. Los socialistas consideran que tienen más opciones de las que pronostican las encuestas –a excepción del CIS, todas dan una clara victoria del PP y la posibilidad de que gobierne gracias a Vox– y lo fían todo a mantener la movilización de su electorado de 2019, cuando ganaron las elecciones pero no gobernaron por el apoyo de Ciudadanos a Alfonso Fernández Mañueco, así como a la división de la derecha y sobre todo tratan de desvincular el resultado en estos comicios autonómicos de lo que pueda pasar en otras elecciones. 

El PP, por el contrario, persigue un ciclo electoral en el que encadene victorias que desgasten a Sánchez. Por eso ha planeado una profunda implicación de Pablo Casado a quien en Génova consideran que “se le identifica mucho con la tierra” dado que nació en Palencia, sus padres son de Matadeón de los Oteros (León), localidad que ha visitado este mismo jueves en un acto todavía de precampaña, y fue diputado por Ávila, donde tiene una de sus residencias en una urbanización de Las Navas del Marqués. Desde la dirección apuntan que hará una campaña “a pie de calle”, en la que haya contacto directo con la gente.

Casado tendrá su propia agenda en Castilla y León, con actos sectoriales como el celebrado este jueves en el que ha visitado una quesería y una granja con más de 3.000 cabezas de ganado ovino, y desde donde ha vuelto a arremeter contras el ministro de Consumo, Alberto Garzón, esta vez la aplicación del sistema Nutriscore de etiquetado de alimentos en los quesos. En el PP trabajan con la idea de que hay dos temas que desgastan mucho al Gobierno: la agricultura y los fondos europeos. “La gente tiene la tesis de que Pedro Sánchez no está repartiendo bien los fondos”, apuntan desde el equipo de Casado, pese a que la Comisión Europea ha negado en dos ocasiones sus denuncias contra el Ejecutivo, lo que ha provocado que el PP se revuelva contra las instituciones comunitarias.

El presidente del PP también hará grandes mítines. Compartirá escenario con Alfonso Fernández Mañueco en los actos centrales (los dos domingos, la apertura y el cierre) y le sustituirá los días que se encierre para preparar los debates.

También Inés Arrimadas pretende tener protagonismo en la región, donde se arriesga de nuevo a quedar como fuerza extraparlamentaria como en la Comunidad de Madrid, pero en el partido reconocen que su participación queda “supeditada” a la marcha de su embarazo, ya que se encuentra en las últimas semanas de gestación. Además de en el acto de pegada de carteles en Valladolid con el candidato Francisco Igea y al que acudirán también Verónica Casado la (exconsejera de Sanidad), la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y la diputada Sara Giménez, Arrimadas estará el sábado en Salamanca junto al presidente de las Cortes, Luis Fuentes, y el domingo, con Igea.

Ciudadanos trata de sacar la cabeza tras la abrupta ruptura de Mañueco, que le lleva a hacer una campaña a cara de perro, y tirará de otros líderes nacionales como Edmundo Bal o el eurodiputado Luis Garicano, además de Villacís. Sin embargo, sus expectativas han quedado muy reducidas y Vox amenaza con arrebatarle su representación y condicionar el nuevo Gobierno de la Junta. 

Exhibición de músculo de Vox

Por eso la extrema derecha está echando el resto en su apoyo al candidato autonómico, el polémico Juan García-Gallardo, con la presencia constante de los máximos dirigentes del partido: desde Santiago Abascal, al secretario general, Javier Ortega Smith, y al portavoz parlamentario Iván Espinosa de los Monteros, así como su número dos y diputada por Granada, Macarena Olona, que previsiblemente será la candidata a las elecciones de Andalucía.

El líder de Vox va a continuar arropando a García-Gallardo durante toda la campaña, aunque el partido de extrema derecha no ha ofrecido a esta redacción los datos concretos de su participación. La pegada de carteles tendrá lugar al filo de esta medianoche en el barrio de Las Delicias de Valladolid, uno de los tradicionales feudos de la izquierda. Pero el fin de semana lo dedicará a hacer una demostración de fuerza como anfitrión de una ‘cumbre’ de la ultraderecha europea con la participación de los polémicos primeros ministros de Hungría y de Polonia, Viktor Orbán y Mateusz Morawiecki.

Aunque el PP asume que su única forma de mantener el poder es apoyarse en Vox, mira de reojo el crecimiento de la extrema derecha a su costa y el resultado condicionará en buena medida la actitud de Casado. Castilla y León abre un ciclo electoral en España que se prolongará durante dos años y que complicará cualquier atisbo de entendimiento con el Gobierno. Los socialistas creen que un gobierno del PP y Vox puede complicar el discurso al líder de la oposición. “No es lo mismo que te apoyen a tenerlos dentro del Gobierno”, repiten en las filas del PSOE. 

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