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El PSOE abre su futuro a la decisión de todos los militantes

La presidenta andaluza, Susana Díaz

Gonzalo Cortizo

El nuevo líder del PSOE necesitará el aval de 10.000 militantes para dar los primeros pasos en la carrera por sustituir a Alfredo Pérez Rubalcaba al frente de un partido tocado de muerte tras las últimas elecciones europeas, en las que se ha ratificado el avance de una nueva izquierda coincidiendo con el hundimiento del socialismo. La propuesta de la dirección interina facilita las cosas a Eduardo Madina y se las complica a Susana Díaz, que se quiere presentar pero sin ir a una competición por el poder.

El documento (en fase de borrador), al que ha tenido acceso eldiario.es, plantea una gran pregunta: ¿estará dispuesta la presidenta de Andalucía a iniciar una carrera de confrontación con Madina por las federaciones socialistas para hacerse con el control de partido? Desde Andalucía se traslada la idea de que Díaz se siente respaldada por el apoyo de gran parte de los barones que ella misma ha movilizado, y que se pretende hacer pasar por espontáneos. Sin embargo, las reglas del juego redactadas por Óscar López vuelven a meter a Madina en la pugna y dificultan las aspiraciones de Andalucía de ir a una guerra sin heridos a la vista.

Madina ya ha anunciado que presentará su candidatura si el proceso se abría a la militancia. Esto es lo que sucederá ahora: para iniciar el asalto a la dirección del PSOE, el diputado vasco necesita el aval del 5% de los militantes. Madina, a día de hoy, cuenta con la aprobación de las federaciones de Extremadura y, en menor medida, de Asturias. No debería de tener problemas para cumplir su compromiso de presentarse como aspirante a la dirección del partido.

En declaraciones a eldiario.es, el diputado vasco insiste en sus intenciones: “Yo ya anuncié que me presentaría en un congreso abierto y voy a cumplir mi palabra”.

Mientras tanto, Susana Díaz no encontrará obstáculos para conseguir los avales, pero sí en la gestión del proceso. Fuentes del PSOE en Andalucía señalan que la candidatura de Díaz se sostiene en que ella no ha dado el paso sino en que han ido a buscarla. La idea se desmorona, ahora que las reglas del juego la obligan a competir con Madina si quiere alcanzar una secretaría general que, hace tan solo unos días, parecía segura. Es difícil explicar a los andaluces que su presidenta inicie un proceso de un mes de campaña interna para dirigir el PSOE, y en esa dificultad radican las pocas dudas de Díaz, a quien la abrumadora mayoría de los dirigentes regionales del partido han metido en la carrera sin que ella misma se pronunciase públicamente hasta la fecha sobre sus intenciones.

Las únicas declaraciones recientes de la presidenta andaluza señalaban que “Andalucía es la prioridad”. Ahora deberá conjugar esas afirmaciones con el inicio de una competición que se anuncia a cara de perro entre dos políticos que se conocen desde sus primeros pasos en Juventudes Socialistas. “Cualquier cosa puede pasar. Lo que queda del PSOE sigue siendo el PSOE”, señala una fuente conocedora del proceso.

Las cartas están sobre la mesa.

DOCUMENTO: Borrador de la normativa para el congreso federal extraordinario del PSOE

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