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Sobre este blog

No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.

Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com

Romper la tradición

"The Beggars" Bruegel

Mariano Cuesta

Estos días se ha generado mucho revuelo interesado con motivo de algunas cabalgatas de Reyes Magos. Más allá de consideraciones políticas, que las tendría, voy a hablar de algo que creo que es importante: La tradición. Es uno de los motivos por los que mucha gente se escuda para ser inmovilista. “Las cosas siempre han sido as픓Esto lleva mucho tiempo y no hay que cambiarlo” son las razones más comunes que se suelen escuchar. Pero hay ocasiones en las que la tradición supone una losa. Es innegable que vivimos de arquetipos, de modelos y esta sociedad nuestra se encarga de crearlos o difundirlos al gusto.

Sin ir más lejos, en la Grecia clásica, los espartanos despeñaban a los retrones porque esa era la costumbre, o tradición, era lo que se hacía siempre. También en la Edad Media era costumbre escondernos para no ser la vergüenza de la población, y así hasta hace relativamente poco donde, según cuentan, nos empezaron a tratar como personas.

La tradición, esa que dice que los hombres no pueden llorar, no pueden jugar con juguetes de niñas, no se pueden vestir de princesas. Esa que dice que las niñas deben ser siempre femeninas, tener una educación exquisita, no mancharse, y no poder jugar a la pelota. Es la misma tradición que, de madres a hijas, imponía una manera de hacer las cosas, El hombre de la casa, la mujer en “sus labores”.

Como dije antes hay tradiciones culturales que pasan de padres a hijos y a veces son hasta necesarias, pero no por ser tradiciones, sino por lo que representan.

La gente que dice que las cosas son como son y no hay más que hablar me da mucho miedo, se pierden los matices de una sociedad diferente y, en algunas ocasiones mejor.

Evidentemente que no todas las tradiciones son malas ni perniciosas pero sí deberíamos replantearnos ciertas cosas. El hecho de que las tradiciones “sean así” nos impide ver que hay otras realidades. Por ejemplo, hace unos meses que anda por la red un vídeo sobre hacer las cosas “como una niña”  En este vídeo se replantea el estereotipo de lo que se supone que hacen las niñas. También hay que analizar el estereotipo masculino. Y aquí las tradiciones sí hacen daño. Por lo general el hombre es un animal de costumbres que vive permanentemente en su zona de confort. Todo lo que le es desconocido le produce rechazo, al menos en un primer momento.

Para que los retrones avancemos debemos romper la tradición que nos trata como pobrecitos, como personas inútiles ante la sociedad porque siempre hemos sido una rémora económica y social. Hay que acabar con la imagen de personas incapaces y demostrar, de una vez por todas, que no somos ni más ni menos que nadie. Que somos tan válidos como cualquier persona, que se acabó eso de tenernos compasión, de mirarnos con condescendencia. Hay que construir una sociedad nueva, con bases actuales, basada en la diversidad, en la destrucción de los estereotipos.

En el siglo XXI se espera que seamos una sociedad avanzada, luchemos para conseguirlo.

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No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.

Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com

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